15 DE OCTUBRE
DOMINGO XXVIII T.O.
Mt 22, 1-14
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Jesús nos dice que el reino de los cielos se parece a un rey que celebraba la boda de su hijo.
Preparó un banquete pero los convidados no quisieron asistir.
Entonces decidió invitar a los que se encontraran por los caminos.
Cuando entró en la sala del banquete, no le gustó ver a un invitado sin el traje de fiesta y mandó que lo expulsaran.
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El Rey de los cielos, Dios Padre, celebra por toda la eternidad la Boda de su Hijo.
Jesús se ha desposado en la cruz con la humanidad, con cada persona concreta.
Esto significa que desea una unión total, íntima y profunda con cada hombre y con cada mujer, una unión eterna con fidelidad y correspondencia amorosas.
Esta llamada a vivir este desposorio con el Hijo de Dios la sentimos y vivimos especialmente las personas consagradas.
Dios Padre celebra por toda la eternidad la Boda de su Hijo.
La celebra en cada Eucaristía, que es al mismo tiempo desposorio, boda y banquete, todo al mismo tiempo.
El Padre celebra esta Boda en el Cielo, que es una Eucaristía-Boda eterna.
Estamos todos invitados a las Bodas del Hijo. El Pueblo de Dios es al mismo tiempo invitado y contrayente.
Todos los días me desposo con el Hijo de Dios. En la Consagración Él se entrega y yo me entrego. En la Comunión se consuma la entrega.
La vida se convierte en entrega y la Eucaristía se hace vida, y a su vez la vida se convierte en espera entre una Eucaristía y otra.
Entre una Eucaristía y otra doy gracias por mi vocación contemplativa y deseo que mi unión con Jesús fructifique en hijos para Él.
En la Eucaristía celebramos el desposorio de Jesús y nos unimos a la celebración eterna del Cielo.
La Eucaristía es la celebración del Amor eterno, unidos los que estamos en el tiempo a la celebración de los que ya están en la eternidad.
Igual que Jesús dijo que se iba a prepararnos un sitio, también le pedimos que nos prepare un vestido adecuado para la celebración de bodas de la eternidad. También le pedimos que nos hagamos dignos de ese vestido.
¡ Qué hermoso es entender y vivir la vida como una Boda! ... Es algo que colma todos los anhelos...
María Dolores, virgen consagrada. Archidiócesis de Madrid.
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