LA ESCUCHA DEL CORAZÓN ♥🙏🏻

1 DE MARZO
Lc 16, 19-25.27-31

Jesús cuenta a los fariseos la parábola de Lázaro, un pobre que mendigaba a la mesa de un rico, deseando poder alimentarse de las migajas que caían.

Murieron el rico y el pobre y éste fue llevado al seno de Abraham, mientras que aquél fue llevado al infierno.

Estando allí, el rico le pidió a Abraham que Lázaro volviera a la vida para avisar a sus hermanos y que se convirtieran, y no terminaran en aquel lugar de tormento.

Pero Abraham contestó "Si no escuchan a Moisés y a los profetas no se convencerán ni aunque resucite un muerto".

Este evangelio me recuerda que tenemos esta vida para hacer examen de conciencia, revisar nuestra vida y convertirnos.

Esta Cuaresma es un buen momento para ello, también para hacer memoria de las personas que nos encontramos cada día, puede que haya pobres Lázaros mendigando cerca de nosotros una limosna de un favor o de afecto o una limosna real.

Es un buen momento para pensar en ello delante del Señor, para pensar en quién puede necesitarnos, puede que haya personas que nos necesiten y no hayamos reparado en ello.

También podemos pedir humildad, la cual es muy necesaria para reconocer nuestro pecado y convertirnos.

Si no somos humildes, no nos convertiremos "ni aunque resucite un muerto".

El Espíritu Santo nos pide hoy conversión y delicadeza con el prójimo.

PON A LA ESCUCHA EL CORAZÓN ♥

María Dolores, virgen consagrada. Archidiócesis de Madrid.

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28 DE FEBRERO
Mt 20, 17-28

El evangelio de hoy empieza igual que acaba. Es muy bonito ver esto.

Jesús les cuenta a los Doce su Pasión: les cuenta que lo van a entregar a los fariseos, los cuales lo van a condenar a muerte y lo van a entregar a los gentiles (a los romanos), y que éstos se burlarían de él, lo azotarían y lo crucificarían, y que al tercer día resucitaría.

Entonces se acercó la madre de Santiago y Juan y pide que sus hijos se sienten uno a su derecha y otro a su izquierda en el reino de los cielos.

Jesús les explica que es Dios Padre quien lo decide.

La reacción de los otros apóstoles fue indignarse contra Santiago y Juan por pedir un trato de favor.

Entonces Jesús les explica quiénes pueden considerarse primeros entre ellos y pone la medida en el servicio: "El que quiera ser grande entre vosotros que sea vuestro servidor", les dice.

Y a continuación el evangelio termina como empieza porque Jesús añade "El Hijo del hombre no ha venido a ser servido sino a servir y a dar su vida en rescate por muchos".

Con estas palabras hace alusión a su Pasión, que es lo que empezó contándoles, vuelve al punto de comienzo, era de esto de lo que empezó a hablarles y vuelve a retomarlo.

Al principio les abre su Corazón, les confía el Misterio de su Pasión, buscando seguramente afecto y cariño.

Al final vuelve a hablar de su Pasión porque tenemos que identificarnos con Él, entregarnos, morir y resucitar como Él.

Para ser primeros tenemos que ser servidores y nuestro modelo de Servicio es Él, que se entregó por todos.

Nadie ha servido más que Él y nunca serviremos tanto como cuando nos entregamos como Él.

Ésta es la medida de nuestra plenitud, no hay otra. Ésta es toda la grandeza a la que podemos y debemos aspirar.

No hay ya entre nosotros categorías ni primeros ni últimos, el que quiera ser primero tiene que servir, y para servir hay que identificarse con Cristo, entregarse y configurar nuestra vida con las medidas de la cruz, y no tener otro anhelo que morir con Él para resucitar con Él.

PON A LA ESCUCHA EL CORAZÓN ♥

María Dolores, virgen consagrada. Archidiócesis de Madrid.

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27 DE FEBRERO
Mt 23, 1-12

Hoy Jesús en el evangelio nos explica cómo tienen que ser las personas de autoridad.

Lo hace explicando cómo se comportaban los fariseos y qué cosas había en su comportamiento que eran reprobables.

Cuando hablo de personas de autoridad no sólo me refiero a personas que puedan tener un cargo y unas obligaciones de gobierno sino a todo aquel que por su vocación (sacerdotes, consagrados, padres...) o profesión (profesores, educadores...) pueda tener responsabilidad de dar testimonio a los demás.

Y al fin y al cabo lo que dice Jesús nos lo podemos aplicar todos, porque todos, por el hecho de estar bautizados, tenemos obligación de dar testimonio a los demás.

Jesús nos habla de cuidar tres puntos a la hora de educar, de enseñar o de dar testimonio:

🕯No "exigir" a nadie lo que no hacemos nosotros: "No hagáis lo que ellos hacen, porque ellos dicen pero no hacen" dice Jesús.

Si no cumplimos este punto el testimonio no sólo no será testimonio sino que podrá llegar a ser antitestimonio.

🕯No ser personas de imagen: "Todo lo que hacen es para que los vea la gente" dice Jesús de los fariseos.

Seamos personas con contenido, personas que vivimos en conciencia y cara a Dios.

🕯No buscar la vanagloria: "No os dejéis llamar rabbí (maestro)" dice también Jesús.

No busquemos que nadie se quede apegado a nosotros, lo que nos tiene que importar es que la gente se vaya tras el Señor, no tras una pobre persona que no es más que un medio del cual se sirve Dios.

Sobre todo, para que el testimonio que damos sea verdadero, tenemos que ser personas auténticas, enamoradas de Jesús.

Los demás podrán ver nuestras miserias pero el amor siempre impacta, y, si le tenemos amor a Jesús, este amor se manifestará, porque el amor no se puede esconder ni disimular.

PON A LA ESCUCHA EL CORAZÓN ♥

María Dolores, virgen consagrada. Archidiócesis de Madrid.

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26 DE FEBRERO
Lc 6, 36-38

En el evangelio de hoy se nos pide ser misericordiosos, no hacer juicios de los demás y perdonar.

Se trata de tres indicadores del amor al prójimo.

Los tres nos indican lo que pensamos de los demás.

Tenemos que amar al prójimo como a uno mismo, porque así nos saldrá muy fácil tener misericordia, no hacer juicios y perdonar.

En realidad tener misericordia, no hacer juicios y perdonar son tres manifestaciones de la misma cosa, del amor.

En realidad son manifestación del Amor de Dios al prójimo, manifestado a través de nosotros, de cada uno de nosotros.

Tenemos que ver qué obstáculos hay para que el Amor de Dios no se manifieste a través de ti y de mí, qué obstáculos hay en el corazón.

Tenemos que ser cauce del Amor de Dios y pensar qué obstáculos ponemos al Amor de Dios para que no se den el perdón y la Misericordia.

Tenemos que pedir al Espíritu que derribe con su fuerza esos obstáculos, que inunde, que irrumpa, que cure, que sane.

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María Dolores, virgen consagrada. Archidiócesis de Madrid.

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25 DE  FEBRERO
Mc 9, 2-10

El evangelio de este domingo nos narra la Transfiguración del Señor.

Jesús subió a un monte con Pedro, Santiago y Juan y se transfiguró delante de ellos.

Se aparecieron Elías y Moisés y se oyó la voz del Padre: "Éste es mi hijo amado, escuchadlo".

Pedro, Santiago y Juan se quedaron alucinados, no es para menos, y Jesús les pidió que no contaran a nadie lo sucedido hasta que resucitara.

Pensemos qué significa exactamente transfigurarse, significa cambiar de aspecto.

Jesús modificó su aspecto habitual y les mostró a Pedro, a Santiago y a Juan, en cierto modo, lo que es el Cielo.

El aspecto de Jesús cambió, dejando que apareciera su divinidad.

Dice el evangelio que sus vestidos resplandecían como ningún batanero del mundo puede dejarlos. La expresión es muy acertada, porque realmente aquella luminosidad no era de este mundo.

También se aparecieron algunos santos y se oyó la voz del Padre: "Éste es mi Hijo amado, escuchadlo".

Lo que me parece más llamativo es que Pedro, Santiago y Juan estaban borrachos de felicidad --también estaban un poco asustados -. Dice el evangelio que Pedro dijo "¡ Qué bueno es que estemos aquí!".

Hoy podemos reflexionar sobre la realidad del Cielo, la realidad de que existe una dimensión donde se encuentran Dios, los ángeles y los santos, una dimensión en la que viviremos la plenitud del Amor y a la cual estamos llamados.

También podemos reflexionar hoy sobre la realidad de lo sobrenatural en general, realidad con la cual convivimos habitualmente, aunque nuestros sentidos no lo vean.

Cuando celebramos la Eucaristía, cuando hacemos oración, cuando estamos delante del Señor en un Sagrario o en una Exposición, una cosa es lo que vemos y otra la realidad sobrenatural que se está dando allí: la Trinidad y el cielo presentes, y los ángeles adorando a Dios eternamente.

También en cualquier momento de la vida, una cosa es lo que vemos y otra es la realidad sobrenatural que se está dando allí: Dios presenciando todo de forma ininterrumpida, cuidando de sus criaturas y mirándolas.

Santa Teresa de Jesús decía que le pasmaban las cosas que suceden en el alma cuando Dios se entrega a la persona y la persona se deja amar por Dios.

Hoy podemos pedir tener más fe, porque la fe nos lleva al amor y el amor es santidad y fecundidad.

Hoy podemos reflexionar sobre la realidad de lo sobrenatural.

PON A LA ESCUCHA EL CORAZÓN ♥

María Dolores, virgen consagrada. Archidiócesis de Madrid.

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24 DE FEBRERO
Mt 5, 43-48

Jesús nos manda amar al prójimo y esto incluye amar a los enemigos.

Qué difícil es esto, amar a quien te odia, a quien te hace sufrir, a quien se ha aprovechado de ti o a quien ha hecho sufrir a tus seres queridos.

El evangelio de hoy da dos formas concretas de amar al enemigo:

Nos dice "Rezad por los que os persiguen".

Y también "Si saludáis sólo a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de extraordinario?".

De esta forma, el Evangelio, en su sabiduría, nos concreta dos formas de amar al enemigo: rezar por él/ella y saludar.

Son cosas de mucho sentido común: no romper el mínimo vínculo comunicativo que es un saludo y rezar por las personas.

Solamente quería añadir que es mi madre quien me ha enseñado lo mismo que dice el Evangelio.

Con respecto a personas que han hecho sufrir a mi familia, ella siempre nos ha dicho "saludar, rezar y perdonar".

Y es que el Evangelio, con toda la profundidad y el sentido común que encierra, se encarna con toda naturalidad en las personas buenas.

PON A LA ESCUCHA EL CORAZÓN ♥

María Dolores, virgen consagrada. Archidiócesis de Madrid.

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23 DE FEBRERO
Mt 5, 20-26

En el evangelio de hoy Jesús nos habla de cómo hemos de tratar a los demás.

Concretamente nos dice "Si cuando vas a presentar tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí de que tu hermano tiene quejas contra ti, deja allí tu ofrenda y ve primero a reconciliarte con tu hermano y después vuelve a presentar tu ofrenda".

Cada vez que celebramos la Eucaristía hacemos, de forma explícita o implícita, una ofrenda de nuestra vida.

Si no la hacemos deberíamos hacerla.

Hoy podemos aplicar en ese sentido lo que nos dice el Evangelio: si en la Eucaristía tenemos conciencia de que alguien tiene quejas - se entiende quejas justas - contra nosotros, quizá no tenemos que salir de misa en ese momento pero sí poner remedio cuanto antes.

Poner remedio mediante una entrevista serena o teniendo un detalle o haciendo un rato de oración para que Jesús nos cambie el corazón y decidamos cambiar en nuestra relación con los demás lo que tenga que ser cambiado.

Lo más bonito de este evangelio no es sólo que se nos pida reconciliarnos con nuestro hermano sino que esto se vincule a la celebración eucarística.

Esto es hermoso porque es la Eucaristía la que nos vincula como hermanos que comemos un mismo Pan.

También es la Eucaristía la celebración sublime en la que Cristo se entrega al Padre y nos presenta a Él como hermanos suyos. Nosotros nos unimos a ese Misterio y Jesús espera y desea que lo hagamos con los mismos sentimientos de su Corazón, es decir, teniendo a todos los hombres en nuestro corazón.

Por tanto, para vivir bien la celebración de la Eucaristía, con los sentimientos del Corazón de Jesús, y para vivir bien también la Eucaristía en la que tiene que convertirse tu vida, PON A LA ESCUCHA EL CORAZÓN ♥ y pídele a Jesús que meta a todos los hombres en tu corazón.

María Dolores, virgen consagrada. Archidiócesis de Madrid.

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22 DE FEBRERO
Mt 16, 13-19

Jesús les preguntó a sus discípulos que quién pensaba la gente que era Él.

"Unos que Juan Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías" le contestaron.

Después les preguntó que quién pensaban ellos que era Él.

Pedro contestó "Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios".

¡Qué alegría debió de sentir Jesús ante esta respuesta! ... Pensemos que Jesús estaba rodeado de gente que lo quería pero también había gente que lo envidiaba como los fariseos, que le pedían un signo y dudaban de Él.

Jesús se llenó de emoción y le dijo a Pedro "Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia y el poder del infierno no la derrotará".

Estas palabras son muy alentadoras porque Jesús prometió que nada destruiría su Iglesia.

Este evangelio también nos habla del Primado de Pedro.

Concretamente Jesús le dice a Pedro "Te daré las llaves del reino de los cielos". Me impresionan mucho estas palabras. Porque realmente en la Iglesia reside el poder para abrirnos la puerta del Cielo.

"Lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo, lo que desates en la tierra quedará desatado en el cielo" le dice Jesús a Pedro.

Realmente Jesús constituye a Pedro y a sus sucesores en vínculo entre este mundo y el otro, por su Magisterio y por la celebración de los sacramentos.

Del mismo modo que Jesús es quien nos muestra el rostro del Padre y quien nos despeja el camino hacia el Padre, que estaba cerrado por el pecado, convirtiéndose en nuestro Abogado y Valedor por el derramamiento de su Sangre, del mismo modo,  por el poder que otorga Jesús a Pedro, él y sus sucesores, y los obispos en comunión con cada uno de los sucesores de Pedro, y los sacerdotes dependiendo de sus obispos, tienen la llave de la puerta del cielo, cada vez que aplican los tesoros de gracia que nos ganó Jesús en la cruz, pues ellos hacen efectiva en cada sacramento la gracia de la Redención.

Hoy celebramos en la Iglesia la fiesta de la cátedra de san Pedro.

Es una fiesta para rezar por el Papa y para sentirnos en la Iglesia vinculados al cielo gracias al ministerio petrino.

En el momento en que suceden estas cosas en el evangelio de hoy, aún no han sido constituidos sacerdotes ninguno de sus discípulos - porque ni siquiera Jesús se ha entregado como Sacerdote por la humanidad - pero es muy bonito que Jesús establece ya la comunión con Pedro como el cimiento de su Iglesia.

(Porque la verdadera construcción de su Iglesia se producirá en la cruz y en cada Eucaristía).

Hoy es un día apropiado para rezar por el Papa y por la Iglesia y para pedir al Espíritu hacernos comprender la importancia de vivir en comunión en la Iglesia.

María Dolores, virgen consagrada. Archidiócesis de Madrid.

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21 DE FEBRERO
Lc 11, 29-32

Jesús le dijo a la gente "Esta generación pide un signo pero no se le dará más signo que el signo de Jonás".

Con estas palabras Jesús quería decir que no se les daría más signo que el signo de su propia Resurrección.

En realidad ese signo no se le dio sólo a la generación que lo pedía, sino a todas las generaciones y a todas las personas de todos los tiempos.

La Resurrección de Cristo es un Don de Dios para todos los hombres, un Don que testimonia el poder de Dios.

Es un Don que forma parte del Misterio de la Encarnación, Pasión y Muerte del Hijo de Dios y que hace adquirir toda la relevancia al Evangelio de Jesús porque, como dijo el Apóstol, si Jesús no ha resucitado, vana es nuestra fe.

Así pues, si Jesús es el Hijo de Dios, y su Resurrección lo testimonia, sus palabras son Palabra de Dios, no palabra de hombre, y no sólo sus palabras sino toda su vida y hasta el último de sus latidos.

A nosotros también se nos da y se nos va a dar el signo de la Resurrección.

Se nos va a dar en Pascua, y nuestro ayuno, oración y limosna tienen que purificar el corazón para poder ver en Pascua el signo de la Resurrección de Cristo.

Sólo si somos humildes se nos dará un signo. Pidamos al Espíritu que nos haga humildes en esta Cuaresma para ver en Pascua a Cristo resucitado.

María Dolores, virgen consagrada. Archidiócesis de Madrid.

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20 DE  FEBRERO
Mt 6, 7-15

En el evangelio de hoy Jesús enseña el padrenuestro a sus discípulos.

Ahora no nos llama la atención pero pienso en cómo se quedarían los discípulos cuando Jesús les enseñaba el padrenuestro y oían de sus labios por primera vez que podían llamar padre a Dios.

Esto era algo totalmente novedoso y que a ninguno de los discípulos se les hubiera podido pasar por la imaginación... ¡Llamar a Dios padre!...

"Padre nuestro". Qué palabras tan hermosas y cuántas veces las decimos sin apenas reparar en lo que decimos.

Creo que tenemos que pedir al Espíritu la gracia de sentirnos hijos de Dios y de caer en la cuenta de lo que esto significa.

Cuando Jesús enseña el padrenuestro a los discípulos, aún no éramos hijos de Dios, pues la filiación nos la ganó Cristo en la cruz, pero Él ya enseña a los hijitos de Dios a llamarlo padre y a esperar todo de Él.

A esperar en Él y en su Reino, a esperar en su Providencia y a suplicar que nos dé el don del perdón, que es el ceñidor que nos liga a nuestros hermanos, como hijos de un mismo Padre.

Hoy damos gracias por ser hijos de Dios, y pedimos vivir como tales, y que esta verdad cale en nuestra alma.

PON A LA ESCUCHA EL CORAZÓN ♥

María Dolores, virgen consagrada. Archidiócesis de Madrid.

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19 DE FEBRERO
Mt 25, 31-43.46

Jesús nos dice que lo que hacemos a sus hermanos a Él se lo hacemos.

Nos dice "Tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, fui forastero y me hospedasteis, estuve desnudo y me vestisteis, enfermo y me visitasteis, en la cárcel y vinisteis a verme".

Todo esto se lo hacemos a Jesús si se lo hacemos a sus hermanos.

Sus hermanos somos todos porque con su Sangre nos hizo hijos de Dios y hermanos suyos.

Cuando santa Teresa de Calcuta vivió la experiencia mística que cambió su vida en una estación de tren, lo que sintió fue que Jesús, en un pobre, le decía "Tengo sed".

Después, en sus horas de oración, Jesús le fue explicando que esa sed consistía sobre todo en sed de que los niños fueran salvados, que no hubiera tantos niños por las calles solos y abandonados al pecado.

Tenemos que preguntarnos qué sed de Jesús desea Él que calmemos en el hermano.

Hay personas que tienen carismas especiales para socorrer a los pobres o necesitados.

Pero todos tenemos que vivir la caridad y orar para saber qué sed de Jesús tenemos que calmar.

Esa sed será la misma que tenía Jesús en la cruz, sed de almas, sed de corazones entregados.

Tenemos que pensar qué necesidades tiene el mundo y qué espera Jesús que hagamos, qué sed de Jesús tenemos que aplacar socorriendo al hermano, qué obra de misericordia podemos practicar, qué consejo o qué rato de compañía podemos dar, qué gesto, qué sonrisa.

Tenemos que pedir al Espíritu que nos ilumine y nos empuje a saciar la sed de Jesús en el hermano.

Sobre todo tenemos que amar a Jesús en los más cercanos, en los familiares y amigos, vecinos y compañeros, en lo pequeño y en lo cotidiano.

PON A LA ESCUCHA EL CORAZÓN ♥

María Dolores, virgen consagrada. Archidiócesis de Madrid.

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18 DE FEBRERO
Mc 1, 12-15

             PINTURA DE JAVIER GONZÁLEZ

El evangelio de este domingo nos habla de que Jesús se retiró al desierto empujado por el Espíritu.

Después marchó a Galilea a proclamar que el reino de Dios está cerca y a exhortar a la conversión.

Siempre todo anuncio misionero y evangelizador tiene que tener un tiempo previo de oración.

Igual que hizo Jesús, nos conviene retirarnos de vez en cuando, dedicar un tiempo más intenso a la oración.

Siempre que nos retiramos lo hacemos movidos por el Espíritu. Nos puede parecer que la idea es nuestra pero no lo es. Es el Espíritu el que nos conduce.

Podemos hacer retiro de un día o de varios. Siempre retirarnos es bueno para nuestra alma.

Jesús se retiró al desierto.

El desierto simboliza o expresa el hecho mismo de alejarnos de nuestro presente y de lo cotidiano para ver nuestra vida en la distancia, y hacer silencio para dejar que el Espíritu nos hable en el silencio.

El desierto también puede significar épocas de nuestra vida de mayor oscuridad, en las cuales Jesús espera que hagamos oración y nos retiremos con Él.

El desierto en este caso sería vivir de más fe y ser despojados de muchos asideros para vivir de más fe.

En cualquier caso tenemos que retirarnos al desierto con Jesús.

El desierto es un lugar privilegiado de oración y discernimiento, también de seducción y de amor.

Siempre supone hacer más oración y buscar a Dios con más intensidad, siempre convocados por el Espíritu.

En el desierto no estamos solos porque nunca estamos más acompañados que cuando estamos con la Trinidad.

Hoy se nos pide entrar en el desierto para buscar a Dios y dejarnos encontrar allí por Él.

Entra en el desierto y PON allí A LA ESCUCHA EL CORAZÓN ♥

María Dolores, virgen consagrada. Archidiócesis de Madrid.

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17 DE FEBRERO
Lc 5, 27-32

Jesús se acercó a Leví y le dijo "Sígueme". Leví se levantó y lo siguió.

Después, Leví dio un banquete y estaban a la mesa Jesús y sus discípulos con los conocidos de Leví, considerados públicamente como pecadores.

Entonces los fariseos se escandalizan de que Jesús y sus discípulos coman con pecadores.

Los fariseos estaban convencidos de su perfección. Éste es su peor pecado, la soberbia.

Dividían el mundo en dos: los perfectos, que eran ellos, y los demás.

No buscaban a Dios para amarlo sino que reducían todo a normas que ellos cumplían a la perfección.

No les importaba nadie, sólo ellos mismos y su perfección.

Lo peor de todo es que les dicen a los discípulos de Jesús "¿Cómo es que coméis con pecadores?", como si ellos no lo fueran.

Su peor pecado es no caer en la cuenta de que ellos son tan pecadores como los amigos de Leví.

Hoy la Iglesia con este evangelio nos pide que nos reconozcamos pecadores, pobres pecadores que intentamos seguir a Jesús, el único Santo.

Todos somos pobres pecadores necesitados del Médico de los pecadores.

Nuestro único orgullo es poder seguirlo a Él, agradecidos de poder sentarnos a la Mesa del Pan y de la Palabra con Él.

Todos estamos invitados al Banquete de la Eucaristía si nos arrepentimos de nuestros pecados.

Hoy se nos pide que confesemos nuestro pecado y nos convirtamos.

PON A LA ESCUCHA EL CORAZÓN ♥

María Dolores, virgen consagrada. Archidiócesis de Madrid.

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16 DE FEBRERO
Mt 9, 14-15

El evangelio de hoy es muy bonito, trata sobre el ayuno y nos presenta a Jesús como el Esposo.

Él es el Esposo que se desposa con la humanidad, y con cada persona concreta, en la Cruz.

Hay un icono muy bonito en el que se ve a Jesús preparado para la Cruz. Es el icono del Esposo.

Desposarse significa entregarse TOTALMENTE, prometerse para guardarse fidelidad viviendo en un amor exclusivo.

Esto es un misterio que todos los bautizados estamos llamados a vivir, especialmente las personas consagradas.

Los discípulos de Juan Bautista le preguntaron a Jesús por qué ellos ayunaban y sus discípulos no.

Y Él les respondió: "¿Pueden guardar luto los amigos del Esposo mientras el Esposo está con ellos?".

Jesús vincula así la práctica del ayuno con Él mismo, concretamente con su ausencia.

Ayunamos cuando Él se ausenta de nosotros.

Por eso ayunamos en Cuaresma, porque nos va a ser arrebatado el Esposo.

También se nos arrebata el Esposo cada vez que tenemos una crisis y no vemos al Señor. Entonces también conviene ayunar.

No por el ayuno en sí, sino porque el ayuno, hecho con humildad, nos prepara para ver a Dios.

Hoy podemos pensar de qué conviene que ayunemos, qué hay en nuestra vida que podemos quitar para tener el corazón más puro y más libre para Dios.

Pensemos que, si ayunamos, es por Jesús, sólo por Él y para agradadarle a Él.

PON A LA ESCUCHA EL CORAZÓN ♥

María Dolores, virgen consagrada. Archidiócesis de Madrid.

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15 DE FEBRERO
Lc 9, 22-25

Jesús les dijo a sus discípulos "El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, ser desechado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar al tercer día".

Me parece impresionante que Jesús les profetizara a sus discípulos cuál iba a ser su "final" en este mundo.

Precisamente para esto nos estamos preparando en Cuaresma, para vivir en el Triduo Pascual con Él lo que Él acaba de contar: su Pasión, Muerte y Resurrección.

Después de decirles esto añadió "Si alguno quiere venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga".

Para vivir el Misterio Pascual con Jesús tenemos el tiempo litúrgico de la Semana Santa.

Pero en Semana Santa y siempre podemos vivir el Misterio Pascual viviendo el misterio de la cruz cada día.

Podemos vivirlo ofreciendo nuestra vida con nuestras cruces en cada Eucaristía, en cada rato de oración y en cualquier momento, pues nuestra vida tiene que hacerse Eucaristía y oración.

Con la vivencia del misterio de la cruz "nos jugamos todo" pues para eso hemos nacido y hemos sido creados y pensados en la mente de Dios desde toda la eternidad, para unirnos a Jesús, transfigurar nuestras llagas en las Suyas, y hacernos uno con Él en el Amor a Dios y a los hermanos.

Por eso Jesús en el evangelio de hoy dice claramente "El que quiera salvar su vida, la perderá, pero el que pierda su vida por mi causa la salvará".

Porque sólo en el desapego de la propia vida que implica vivir el misterio de la cruz con Cristo, salvaremos la vida.

Esto no podemos hacerlo sin la intervención del Espíritu.

PON A LA ESCUCHA EL CORAZÓN ♥

María Dolores, virgen consagrada. Archidiócesis de Madrid.

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14 DE FEBRERO
Mt 6, 1-6.16-18

Comenzamos el tiempo de Cuaresma y tenemos que plantearnos qué espera de nosotros la Iglesia.

Es la Iglesia la que ha dispuesto este tiempo y lo ha hecho para purificar nuestro corazón y que amemos más al Señor.

Se nos aconsejan tres medios evangélicos:

🕯la limosna
🕯la oración
🕯el ayuno

Se nos pide cambiar el corazón y hacerlo más apto para el Amor de Dios.

Una cosa muy hermosa que podemos hacer a lo largo de nuestra vida y especialmente ahora en Cuaresma es buscar agradar sólo a Dios.

Este salir de la apariencia y buscar agradar sólo a Jesús es una sugerencia imperativa del Espíritu, que quiere hacernos una sola cosa con el Amor crucificado.

Sólo con mejorar en esto, ya el Espíritu estaría gozoso de morar en un alma tan sincera.

Amar sólo a Dios y buscar sólo su agrado.

Pensemos cómo nos sentiríamos nosotros si nos enteramos de que alguien supuestamente ha hecho algo por nosotros pero en realidad lo ha hecho para quedar bien o incluso para su beneficio.

¡Qué decepción sentiríamos!

Eso mismo siente Jesús si hacemos oración, ayunamos o damos limosna y lo hacemos para que nos vean.

Así nos lo advierte el evangelio de hoy:

"Cuando des limosna que no sepa tu mano izquierda lo que hace la derecha"

"Cuando ores, entra en tu cuarto y cierra la puerta"

"Cuando ayunes, que tu ayuno no lo note la gente sino tu Padre que está en lo escondido"

Hoy comenzamos la Cuaresma y es un buen momento para decidir vivir sólo para Dios, para rectificar la intención y hacer las cosas sólo por Dios.

PON A LA ESCUCHA EL CORAZÓN ♥

María Dolores, virgen consagrada. Archidiócesis de Madrid.

LA ESCUCHA DEL CORAZÓN ♥🙏🏻

13 DE FEBRERO
Mc 8, 14-21

En el evangelio de hoy Jesús habla a los discípulos pero es como un diálogo de besugos, porque ellos no se enteran de lo que Jesús les quiere decir.

Jesús les dice "Tened cuidado con la levadura de los fariseos" que es como decir "Tened cuidado con los fariseos porque son unos falsos, son como la levadura, que parece una cosa y es otra".

Y los discípulos se creen que Jesús les está reprochando no haber traído suficiente pan.

Realmente es como decir "¿Adónde vas?" y responder "Manzanas traigo".

Con Jesús hay que cambiar totalmente la mentalidad. No es necesario llevar pan porque, si se necesita, Él  multiplicará de nuevo los panes y los peces.

Pero sí es necesario sentarnos a escucharle con el corazón limpio, hacer oración, PONER A LA ESCUCHA EL CORAZÓN ♥.

Porque nos puede pasar que Jesús nos diga como a los discípulos en el evangelio "¿Tenéis el corazón embotado?".

Hoy Jesús nos pide que pensemos por qué no escuchamos a Jesús, por qué no ponemos a la escucha el corazón, qué hay en nuestro corazón, porque quizá esté embotado.

Hoy Jesús vuelve a decirnos "PON A LA ESCUCHA EL CORAZÓN ♥, siéntate a escucharme con calma, escúchame con el corazón".

María Dolores, virgen consagrada. Archidiócesis de Madrid.

LA ESCUCHA DEL CORAZÓN ♥🙏🏻

12 DE FEBRERO
Mc 8, 11-13

El evangelio de hoy es muy breve. Simplemente nos dice que los fariseos se pusieron a discutir con Jesús para ponerlo a prueba y que le pidieron un signo.

Pero Jesús respondió que no se les daría un signo.

Creo que la clave de este evangelio está en las palabras "se pusieron a discutir con Jesús para ponerlo a prueba".

Porque si la intención de los fariseos no hubiera sido poner a prueba a Jesús, quizá se les hubiera dado un signo.

Jesús comprende nuestra debilidad y a veces puede enviarnos un signo para sostenernos en la tribulación o en la adversidad.

Pero lo que no está bien es poner a prueba a Dios.

Esto sí que es un signo pero de soberbia por parte de quien lo hace.

No podemos ofender a Dios desconfiando de Él.

Lo que se nos pide es ser humildes y, si pedimos un signo, pedirlo con humildad, exponiendo nuestra pobreza, no desconfiando del Señor.

Recibir un signo es muy de agradecer.

Tenemos que ser humildes para pedirlo y para recibirlo, pues, la soberbia nos impediría ver un signo, aunque se nos apareciera el mismo Jesús.

Porque, ¿puede haber signo mayor de Dios que el Hijo de Dios hecho hombre?

Los fariseos lo tenían delante y no lo vieron.

Pidamos ser humildes para ver a Dios.

Si no somos humildes, lo tendremos delante y no lo veremos.

PON A LA ESCUCHA EL CORAZÓN ♥

María Dolores, virgen consagrada. Archidiócesis de Madrid.

LA ESCUCHA DEL CORAZÓN ♥🙏🏻

11 DE FEBRERO
Mc 1, 40-45

En el evangelio de hoy Jesús cura a un leproso.

Se acercó el leproso a Jesús y le dijo "Si quieres puedes limpiarme" y Jesús le dijo "Quiero, queda limpio".

La lepra no era sólo una enfermedad sino, lo que es peor, un estigma social y público.

El leproso quedaba proscrito y excluido. Todos salían corriendo si tropezaban con él por algún camino.

La lepra me recuerda al bullying.

Con esta palabra se expresa el concepto de quien es expulsado de un grupo.

Se marca a la persona como non grata porque alguien - normalmente quien manda - lo decide así.

Se la humilla públicamente y se crea un entorno de frialdad a su alrededor.

El bullying es desquiciante porque la persona no puede hacer nada. Sólo puede irse impotente.

Se le practica algo que es muy ladino y para llevarlo a cabo hace falta un grupo que mire para otro lado.

Hace años viví esto y me sentí así, como una leprosa.

En realidad todos tenemos la lepra del pecado y tenemos que ponernos ante Jesús y decirle "Si quieres puedes limpiarme".

A Él no le dan asco nuestras heridas.

A veces quedan heridas del pecado, del propio pecado o del de los otros.

Esas heridas también son una lepra pero Jesús nos coge, nos acoge, nos toca y nos cura.

Para eso ha venido, para curar a todos los leprosos que hay en su Corazón, que somos todos.

Para que nos identifiquemos con Él y nuestras heridas sean transformadas por la Gracia en Heridas transfiguradas a imagen de las Llagas de Jesús.

Hoy le decimos a Jesús "Si quieres puedes limpiarme".

PON A LA ESCUCHA EL CORAZÓN ♥

María Dolores, virgen consagrada. Archidiócesis de Madrid.

LA ESCUCHA DEL CORAZÓN ♥🙏🏻

10 DE FEBRERO
Mc 8, 1-10

El evangelio de hoy narra el milagro de la multiplicación de los panes y los peces.

Dice el evangelio que llevaban ya tres días con Jesús unas 4000 personas.

Hay veces que nos acostumbramos a los relatos evangélicos y no caemos en la cuenta de las cosas.

¿Podemos imaginar lo que son 4000 personas en un descampado con Jesús?

Es un milagro impactante que comieran todos hasta saciarse cuando sólo tenían 7 panes y unos cuantos peces.

Pero hay que empezar por imaginar una reunión de 4000 personas.

El paso siguiente es imaginar qué tendría el Señor para que 4000 personas estuvieran con Él tres días.

Tras meditar en estos datos leamos despacio estas palabras de Jesús: "Me da lástima esta gente, llevan ya tres días conmigo y no tienen qué comer, y, si los despido a sus casas en ayunas, se van a desmayar por el camino".

¡Qué bellas palabras!

Ahora pensemos cuando tú y yo hacemos oración.

Porque ahí, en Presencia del Señor, estás tú o estoy yo y Él te ve y su Corazón ni mucho menos está indiferente sino que Él está pensando "Me da pena fulano - tú o yo, puedes poner tu propio nombre - porque ha venido a verme y tengo que ayudarle porque además ha venido de lejos y está cansado/a. Tengo que ayudarle en esto o en lo otro".

Hoy el evangelio  nos recuerda que Jesús nos ama y está pendiente de nosotros y está pensando cómo ayudarnos, qué personas poner en nuestra vida, cómo hacernos llegar su amor y su cuidado providente.

Sobre todo lo piensa cuando vamos a verlo y a estarnos con Él un rato, como lo pensó de los 4000 que llevaban con Él tres días.

Hoy se nos pide hacer oración con la confianza de que Él nos ama.

PON A LA ESCUCHA EL CORAZÓN ♥

María Dolores, virgen consagrada. Archidiócesis de Madrid.

LA ESCUCHA DEL CORAZÓN ♥🙏🏻

9 DE FEBRERO
Mc 7, 31-37

Jesús cura a un sordomudo y a los presentes les manda que no se lo digan a nadie.

Sin embargo, dice el evangelio que "cuanto más se lo mandaba, con más insistencia lo proclamaban ellos".

Me sorprende, Señor, que esperaras que la gente se guardara para sí el haber presenciado tus milagros.

Sin embargo se lo mandabas.

También me sorprende que no te limitaras a pedir que no los divulgaran sino que se lo mandaras, tan fuerte era tu deseo.

Si habías venido a dar testimonio del Amor del Padre y a predicar la Buena Noticia de la venida del Reino, ¿por qué les mandabas a los que presenciaban tus milagros que no dijeran nada a nadie?

¿No era una forma de difundir el evangelio?

¿Quizá temías que se deformara el evangelio y que la gente no calara en el Amor de Dios y se quedaran sólo en la aparatosidad de las curaciones?

El evangelio nos da un dato revelador, dice que la gente decía de Ti "Todo lo ha hecho bien; hace oír a los sordos y hablar a los mudos".

Por eso pienso, Señor, que les mandabas callar por humildad, que curabas a la gente por Amor, pero que tu único deseo era dar a conocer al Padre y reconciliar a los hombres con el Padre. Fuera de eso, silencio.

Tu alimento era y es hacer la voluntad del Padre y entregarte para que los hombres sean hijos de Dios.

Pero no deseas ser conocido por Ti mismo sino por que das testimonio de la Verdad, pues para eso has venido.

Hoy se nos pide que pensemos si cuando hacemos algo bueno sólo deseamos que Jesús sea amado y conocido o si deseamos ser conocidos nosotros.

Pidamos al Espíritu dar testimonio de la Verdad y que sólo nos importe que Jesús sea amado y conocido.

PON A LA ESCUCHA EL CORAZÓN ♥

María Dolores, virgen consagrada. Archidiócesis de Madrid.

LA ESCUCHA DEL CORAZÓN ♥🙏🏻

8 DE FEBRERO
Mc 7, 24-30

En el evangelio de hoy una mujer pagana le pide a Jesús que eche un demonio de su hija.

Jesús le contesta "Deja que se sacien primero los hijos. No está bien tomar el pan de los hijos y echárselo a los perritos".

Me sorprende que digas esto, Señor, que hagas distinciones.

Entonces pienso que aún no ha sido inaugurada la Nueva Pascua a partir de la cual ya no hay ni griego ni esclavo ni gentil sino todos hermanos en Cristo.

Quizá por eso le quieres hacer ver a esta mujer que primero les tienes que anunciar el Reino a los judíos.

Pero ella insiste: "Señor, también los perros, debajo de la mesa, comen las migajas que tiran a los niños".

Y con estas palabras vence tu Corazón. Y adelantas la Nueva Pascua en su hija por la fe y la humildad de la madre.

"El demonio ha salido de tu hija" le dices.

¡Qué humildad tan grande la de esta mujer!

No le importa que la llamen "perro" ni disponerse a recibir lo que le tiran debajo de la mesa.

Se rebaja a la condición de animal y asume que no merece nada.

Sólo aspira a unas migajas que no quiere nadie.

Creo que tenemos que meditar en esta humildad y desear imitarla.

Cuando tenemos necesidad de algo, tenemos que ponernos ante Jesús así, sintiendo que no merecemos nada y poniéndonos en el último lugar.

También tenemos que tener fe para insistir, mostrando a Jesús nuestra pobreza.

Hoy se nos pide que meditemos y examinemos con qué actitud presentamos al Señor nuestras necesidades.

Con los humildes Jesús siempre se deja llevar por el Corazón.

PON A LA ESCUCHA EL CORAZÓN ♥

María Dolores, virgen consagrada. Archidiócesis de Madrid.

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7 DE FEBRERO
Mc 7, 14-23

En el evangelio de hoy Jesús nos dice: "Del corazón del hombre salen los pensamientos perversos, las fornicaciones, robos, homicidios, adulterios, codicias, malicias, fraudes, desenfreno, envidia, difamación, orgullo, frivolidad".

Nos hace Jesús una relación de pecados de toda clase.

En unos interviene el pensamiento, en otros la lujuria, en otros el deseo desordenado de poseer, también nos cita el homicidio y el robo, la envidia y el orgullo, y el hablar mal de los demás...

Son pecados muy distintos pero, como todo pecado, todos tienen la misma raíz: se gestan en el corazón del hombre.

Entendemos por corazón la profunda intimidad del ser humano donde sentimos y deseamos y decidimos qué hacer y a quién entregarnos.

Y ahí, en ese "lugar" íntimo, decidimos amar o no amar.

Y con cada decisión se arraiga más en el corazón el amor o el odio.

Y con cada decisión, consciente o inconsciente, se gesta y se da a luz un pecado u otro, una obra de amor u otra.

Hemos sido creados para amar y sin embargo, como decía el apóstol, hago el mal que no quiero y no hago el bien que quiero.

Hay algo en ti y en mí que tiende a hacernos difícil el amor y fácil el egoísmo.

Y, al mismo tiempo, con cada paso que damos hacia el amor, se activa una voz en nuestro interior que nos habla de amor sin palabras y que conviene escuchar.

Hoy se nos pide que entreguemos el corazón al Espíritu para que lo sane, porque sólo Él puede sanarnos del egoísmo que no nos deja libres, y que escuchemos en nuestro corazón la voz de Dios, que nos habla de amor.

PON A LA ESCUCHA EL CORAZÓN ♥

María Dolores, virgen consagrada. Archidiócesis de Madrid.

LA ESCUCHA DEL CORAZÓN ♥🙏🏻

6 DE FEBRERO
Mc 7, 1-13

Los fariseos y escribas le preguntaron a Jesús que por qué sus discípulos comían con manos impuras.

Los judíos tienen muchas tradiciones que consisten en preceptos como lavarse las manos antes de comer y les dan mucha importancia. El problema es precisamente eso, que se trata de preceptos, de grandísima importancia pero al fin y al cabo preceptos, muy importantes pero a menudo vacíos de contenido.

Jesús intenta hacerles ver que lo importante es el amor, éste es el punto central de su predicación y aquí se resume todo.

Jesús no quiere que Dios pueda decir de nosotros "Este pueblo me honra con los labios pero su corazón está lejos de mí".

Esto es lo único que importa, si le hemos dado el corazón al Señor o no.

Esto es lo único que quiere Jesús de ti y de mí: nuestro corazón.

Siempre me ha impresionado que Jesús mendiga nuestro amor como un niño.

Quiere que llevemos una vida auténtica y sincera. Sobre todo quiere que no vivamos en el engaño de creer que podemos atrapar a Dios por cumplir preceptos.

El Señor es inabarcable y sólo entregándole el corazón Él se nos entregará, porque lo único que quiere es nuestro corazón.

Por eso, como decía san Agustín, el Señor ha hecho nuestro corazón para Él y nuestro corazón no descansa hasta que está en Él.

Porque lo único que quiere es nuestro corazón y sólo desea que libremente se lo demos.

PON A LA ESCUCHA EL CORAZÓN ♥ y descubrirás que lo único que lo llena de paz es descansar en Jesús.

María Dolores, virgen consagrada. Archidiócesis de Madrid.

LA ESCUCHA DEL CORAZÓN ♥🙏🏻

5 DE FEBRERO
Mc 1, 14-20

Jesús proclamaba el evangelio y decía "Convertíos y creed en el evangelio".

Jesús siempre pedía y sigue pidiendo conversión.

Tiene que haber una conversión o transformación en cada persona. Jesús nos lo pide y su Corazón lo desea sin descanso.

Desea que quitemos todo lo que no es amor para que aparezca el proyecto de Dios que somos cada uno, la persona preparada para amar.

Tenemos que quitar todo lo que no es capacidad de amar y aparecerá el auténtico ser humano, tal y como Dios nos ve, pleno de verdad y de santidad.

Tenemos que quitar todo lo que es mentira o fingimiento, lo que nos separa de Dios, de nuestros hermanos y de nosotros mismos, el pecado, que nos hace infelices y desgraciados.

Esto nos pide Jesús, que haya una transformación en cada persona y que aparezca el verdadero ser humano, el hombre santo en el cual brilla la acción de Dios.

Esto espera Jesús de cada uno, que nos entreguemos a la acción del Espíritu, porque nuestra conversión y santificación sólo puede obrarla Él.

Nosotros sólo podemos ofrecer nuestra voluntad y disponernos a la Acción de Dios.

Entrégate al Señor y PON A LA ESCUCHA EL CORAZÓN.

María Dolores, virgen consagrada. Archidiócesis de Madrid.