LA ESCUCHA DEL CORAZÓN ♥🙏🏻

1 DE FEBRERO
Mc 6, 7-13

El evangelio de hoy nos cuenta que "Jesús llamó a los Doce y los fue enviando de dos en dos, dándoles autoridad sobre los espíritus inmundos".

También nos dice que "ellos salieron a predicar la conversión, echaban muchos demonios, ungían con aceite a muchos enfermos y los curaban".

Este evangelio nos habla de la misión apostólica.

Esta misión que se nos refiere hoy, quizá como "preparación" al envío definitivo que tendría lugar tras la Resurrección, nació, por lo que nos cuenta el evangelio, durante la vida pública de Jesús.

Dice el evangelio que Jesús
🕯los llamó
🕯los envió
🕯y les dio autoridad.

Éstos son los pasos de la misión apostólica: el llamamiento, el envío y la "autorización" para actuar en nombre de Jesús.

Este evangelio me recuerda que por nuestro Bautismo hemos renunciado a satanás y hemos sido sumergidos en el Misterio pascual comprometiéndonos a ser santos.

Ésta es la clave de la misión apostólica: procurando la santidad desear que los demás también sean santos.

Por el Bautismo nos hemos comprometido a ser santos, lo cual lleva implícito desear que los demás también lo sean.

El Bautismo supone la entrada en el Cuerpo de Cristo, como vocación común de todos los hermanos. Esto implica participar de la tensión del Corazón de Jesús que late en un deseo infinito de que todos seamos uno con Él y con la Trinidad.

Participando de este deseo nos preocupamos por la santidad y el conocimiento de Dios de todos los hombres.

Hoy podemos preguntarnos si nos sentimos
🕯llamados
🕯enviados
🕯autorizados para hablar de Jesús.

PON A LA ESCUCHA EL CORAZÓN ♥

María Dolores, virgen consagrada. Archidiócesis de Madrid.

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31 DE ENERO
Mc 6, 1-6

Jesús va a su pueblo y predica en la sinagoga el sábado.

Todos se quedan muy extrañados por su predicación y sus milagros, porque lo habían conocido como carpintero y les costaba aceptar que ahora predicase e hiciera milagros.

Llegan incluso a escandalizarse, hasta el punto de que apenas pudo hacer allí milagros, dada su falta de fe.

Estas personas no aceptaban la predicación y los milagros de Jesús porque lo habían conocido como carpintero.

No soportaban la idea de que un profeta pudiera ser alguien normal.

No sabemos si además les daba envidia que su vecino fuera ahora alguien importante.

Lo que está claro es que no tenían sencillez en el corazón.

Siempre la sencillez y la humildad van de la mano y Dios da el don de la fe a los humildes.

Su soberbia les cegó y les impidió abrir las puertas de su corazón al bien y al amor.

Pensarían "Éste se ha creído que va a venir a darnos lecciones a estas alturas".

Hoy se nos pide que recordemos que el evangelio es para los que se hacen como niños, para los que se alegran por la prosperidad del vecino, para los que están dispuestos a aprender algo nuevo, para los que abren su mente a la idea de que Dios se encarne en un hombre "normal".

No es para los que se cierran y no son acogedores ni con sus vecinos.

Hoy podemos pedirle al Señor que sepamos acoger el don de Dios, que seamos sencillos para ver a Dios.

También podemos pedir aceptar y ofrecer que entre los nuestros puedan no entendernos ni querernos, como le sucedió a Jesús.

PON A LA ESCUCHA EL CORAZÓN ♥

María Dolores, virgen consagrada. Archidiócesis de Madrid.

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30 DE ENERO
Mc 5, 22-24.35-43

El evangelio de hoy nos refiere la resurrección de la hija de Jairo.

Jairo era un jefe de la sinagoga. Se acercó a Jesús y le pidió de rodillas que curara a su hija enferma.

Mientras iban hacia la casa se enteraron de que la niña ya había muerto pero aun así Jesús va a la casa y resucita a la niña.

De este evangelio me llama la atención que, cuando van de camino a la casa y le comunican a Jairo que su hija ha muerto, Jesús le dice a Jairo "No temas, basta que tengas fe".

Jesús nos lo dice a menudo, que cuando necesitamos algo tenemos que pedirlo con humildad, con sencillez y con fe.

"Basta que tengas fe" le dice Jesús a Jairo.

La fe es importantísima pero no vamos a tener más fe porque apretemos los puños y digamos "Vamos a tener fe, vamos a tener fe".

La fe es un don de Dios que Él da a los humildes.

La humildad supone el reconocimiento de la propia nada, es el punto de partida, y la fe nos une a Dios porque abre el corazón a lo sobrenatural.

La humildad y la fe están muy relacionadas y ambas agradan mucho a Dios.

Hoy pedimos a Jesús que nos aumente la fe. Lo pedimos con humildad.

Pedimos con humildad la fe para poder pedir con fe.

PON A LA ESCUCHA EL CORAZÓN ♥

María Dolores, virgen consagrada. Archidiócesis de Madrid.

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29 DE ENERO
Mc 5, 1-2.9-13.17.20

Jesús llega a la región de los gerasenos y le sale al encuentro un endemoniado poseído por muchos espíritus inmundos, los cuales le ruegan a Jesús que les permita entrar en una piara de cerdos.

Él accede y, tras entrar los espíritus inmundos en los cerdos, éstos se precipitan por un acantilado.

La gente fue a ver qué había pasado y le ruegan a Jesús que se vaya de allí.

El hombre que había estado poseído, por su parte, se fue por los pueblos dando testimonio.

De este evangelio me parece impresionante que sean los demonios los que rueguen a Jesús que los envíe a los cerdos.

No por el hecho de ser enviados a los cerdos. Sino porque pensemos qué haríamos cualquiera si nos encontráramos con alguien poseído.

Creo que tendríamos miedo, cuidado y respeto.

Sin embargo es impresionante que a Jesús los espíritus se le sometían, tenían claro que estaban ante Dios y que sólo podían rogar.

Esto nos tiene que llenar de admiración y confianza.

De este evangelio me llama también la atención que aparecen dos formas de mal.

Aparecen los demonios, que reconocen al Señor pero ya tienen hecha su decisión de seguir al mal. Es una forma de mal perversa y nos hiela el alma saber que pueda darse.

Hay otra forma de mal y es la de quien se cierra a Dios como los gerasenos, que tienen delante al Señor pero le ruegan que se vaya.

No se plantean más, sólo quieren vivir tranquilos con sus cerdos.

Tú y yo, que nos hemos encontrado con Cristo y nos ha librado de muchas cosas, tenemos que dar testimonio como el geraseno liberado de la posesión, y tenemos que rezar mucho por el mundo, porque hay muchas personas así, viviendo en un letargo de materialismo y sin querer plantearse más.

Se los presentamos a Jesús y a María con pena.

Y le pedimos a Jesús "Líbranos del mal".

María Dolores, virgen consagrada. Archidiócesis de Madrid.

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28 DE ENERO
Mc 1, 21-28

Jesús entró con sus discípulos en la sinagoga de Cafarnaún y se puso a enseñar.

También mandó salir de un hombre a un espíritu inmundo.

Estas dos cosas impactaron a la gente y decían "¿Qué es esto? Una enseñanza nueva expuesta con autoridad. Incluso manda a los espíritus inmundos y le obedecen".

Que Jesús enseñe con autoridad y que expulsara demonios es lo propio de la Misericordia de Dios, que nos envió a su Hijo para predicar el amor y librarnos del mal.

Las personas que oían a Jesús quedaban impactadas porque enseñaba con autoridad y expulsaba demonios.

A ellos les impactó esto. Nosotros podemos preguntarnos qué nos ha impactado de Jesús.

A veces el amor se renueva cuando se toma conciencia de lo que nos enamoró de alguien.

Hoy podemos preguntarnos qué nos ha impactado de Jesús.

Podemos ponernos ante Él y recordar qué sucedió en nuestra vida y en nuestro corazón cuando nos encontramos con Cristo, qué nos enamoró de Él.

A mí Jesús me sedujo, me mostró sus Llagas y dejó mi corazón en calma.

Mi corazón que demandaba amor de forma ilimitada quedó calmado y silenciado, borracho de gracia y de Palabra. 

Pregúntate qué te impacta del Señor y da gracias por que el Espíritu te haya llevado hasta Él y te haya abierto a conocer el don de Dios en Él.

PON A LA ESCUCHA EL CORAZÓN ♥🙏🏻

Tu propio corazón te dirá qué ha hecho Jesús en él y qué te ha enamorado de Él.

María Dolores, virgen consagrada. Archidiócesis de Madrid.

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27 DE ENERO
Mc 4, 35-41

El evangelio de hoy nos cuenta que Jesús va con sus discípulos en la barca y se queda dormido durante una tormenta.

Ellos le despiertan y Él manda callar al viento y al mar y todo queda en calma.

A veces nos puede pasar esto.

Hay una gran tormenta en nuestra vida y nos parece que perecemos, que nada tiene remedio y que se acerca nuestro final.

Jesús guarda silencio y nos puede entrar la desconfianza y le preguntamos "¿No te importa lo que me está pasando?".

Tenemos que pedirle ayuda y confiar, pues, aunque aparentemente guarde silencio, Él actuará cuando estime conveniente.

A veces Jesús guarda silencio porque desea purificarnos o fortalecer nuestra fe.

Tenemos que pensar que de las etapas de crisis siempre tenemos algo que aprender y que después de la tempestad viene la calma.

Muchas veces en la vida espiritual se alternan los períodos de luz y de oscuridad y lo que el Señor quiere es que salgamos fortalecidos de las etapas de tormenta.

Dejemos las cosas en manos de Jesús, pongamos en Él nuestra confianza.

PON A LA ESCUCHA EL CORAZÓN ♥

María Dolores, virgen consagrada. Archidiócesis de Madrid.

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26 DE  ENERO
Mc 4, 26-34

Jesús compara el reino de Dios con una semilla que se siembra y germina y, sin saber cómo, va creciendo.

Lo primero que podemos preguntarnos es a qué se refiere Jesús cuando habla del reino de Dios.

El reino de Dios es la acción de Dios en nosotros. Es Dios que viene a tu vida y a la mía, que se ha revelado en el Hijo, que se nos da en los sacramentos y en la Palabra y que actúa en nuestra alma. Esto es el reino de Dios, el Amor de Dios que se nos entrega y nos transforma.

Y el reino de Dios dice Jesús que es como el crecimiento de una semilla.

Si nos abrimos a la Acción del Espíritu, nos daremos cuenta de que efectivamente es así.

Jesús se colará en nuestra vida por una rendijita y, si nos abrimos a Él, se adueñará de nuestro ser, tomará posesión de nuestra alma, nos transformará, no podremos vivir sin Él, y nuestra vida dará fruto.

Igual que sucede en el crecimiento de una semilla, habrá una transformación grande y, sin darnos cuenta y sin saber cómo, todo cambiará y nos convertiremos en alguien que da sombra y alimento a los demás, como un árbol.

Sólo tienes que abrirte a la acción de Dios y para ello hay que enterrarse antes en la tierra, que es como decir que hay que ser humildes.

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María Dolores, virgen consagrada. Archidiócesis de Madrid.

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25 DE ENERO
Mc 16, 15-18

Jesús se apareció a los Once y les dijo "Id al mundo entero y proclamad el evangelio a toda la creación".

Las palabras de Jesús fueron claras e inequívocas y los apóstoles no tuvieron duda de su significado porque eso fue precisamente lo que hicieron: se "regaron" por el mundo conocido y bautizaron a todos los que recibieron el don de la fe.

El imperativo de Jesús fue claro, los apóstoles obedecieron e inmediatamente la Iglesia se extendió.

Ellos obedecieron y el Espíritu los bendijo.

El evangelio de hoy nos da las claves para la misión apostólica:

🕯 Orar para que se nos revele la voluntad de Dios.

🕯Cuando se nos manifieste, llevarla a cabo.

Entonces el Espíritu bendecirá la misión.

A veces se ponen en marcha dinámicas, grupos, proyectos. Ojalá que se haya orado antes para saber la voluntad de Dios.

Hoy podemos preguntarnos si oramos, si buscamos saber la voluntad de Dios - para la misión apostólica y para cualquier cosa de nuestra vida - y si ponemos medios para hacer lo que Dios quiere.

Esto es lo que tenemos que hacer, y no otra cosa, ni más ni menos que lo que Dios quiere.

Para saber qué quiere Jesús de ti PON A LA ESCUCHA EL CORAZÓN ♥

Después, cuando veas la voluntad de Dios, haz lo que Él te ha dicho que quiere.

María Dolores, virgen consagrada. Archidiócesis de Madrid.

LA ESCUCHA DEL CORAZÓN ♥🙏🏻

24 DE ENERO
Mc 4, 1.3-8.14-20

LA ESCUCHA DEL CORAZÓN es sobre todo escucha de la Palabra.

Escuchamos la Palabra y la acogemos con el corazón.

Hoy el evangelio nos habla precisamente de LA ESCUCHA DEL CORAZÓN, de la escucha de la Palabra.

Tenemos que escuchar a Jesús porque Él es quien siembra la Palabra en el corazón.

Tenemos que pedir al Espíritu Santo que la Palabra eche raíces en nuestro corazón.

Para que la Palabra se quede en el corazón y dé fruto,  tenemos que ver antes qué hay en nuestro corazón.

Si el corazón está ocupado con otras cosas, la Palabra de Dios no echará raíces y no dará fruto.

El corazón tiene que estar libre para Dios y enamorado, entonces la Palabra arraiga y da fruto.

Después de escuchar la Palabra tenemos que regar la semilla con el agua de la oración.

Tenemos que quitar del corazón las faltas de amor y la preocupación desmesurada por las cosas de este mundo, pues ahogan la semilla.

Por sus frutos los conoceréis. Si en una vida hay fruto, es que el corazón está preparado para el amor.

PON A LA ESCUCHA EL CORAZÓN ♥🙏🏻

María Dolores, virgen consagrada. Archidiócesis de Madrid.

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23 DE ENERO
Mc 3, 31-35

En el evangelio de hoy está Jesús predicando y llegan su madre y sus hermanos - entendemos que son primos u otros parientes, pues según la tradición oriental "hermano" tiene un sentido más amplio que para nosotros -, llegan - como decimos - buscándolo.

Entonces Jesús dice "¿Quiénes son mi madre y mis hermanos? (...) El que haga la voluntad de Dios, ése es mi hermano y mi hermana y mi madre".

Jesús nos está hablando de dos órdenes distintos en lo que a lazos familiares se refiere.

Uno es el orden natural y otro el sobrenatural.

Su santísima Madre está incluida en los dos, pues es su Madre porque lo gestó y lo dio a luz y también porque lo hizo obedeciendo a Dios: "He aquí la esclava del Señor".

A Jesús lo buscaba su familia pero Él aprovecha la coyuntura para hablar de la Familia de los hijos de Dios, que Él va a instaurar en la cruz obedeciendo al Padre.

Realmente es tal y como Él lo dice: pasamos a ser hermanos suyos e hijos de Dios por cumplir la voluntad de Dios.

El misterio teológico que se encierra en el cumplimento de la voluntad de Dios supera toda expectativa humana, pues por la obediencia vivimos nuestro sacerdocio - común o ministerial - y convertimos nuestra vida en una Eucaristía identificándonos con el Hijo, que, crucificado, se ofrece al Padre y, con Él, a todos los que estamos en su Corazón, a todos los que cumplimos la voluntad de Dios o al menos deseamos hacerlo y a todos los pecadores para que se aplique la gracia de la Redención cuando se conviertan, por Misericordia de Dios.

El "Hágase" encierra así todo el proyecto del Amor de Dios, toda la vida eucarística, toda la vida de unión con Dios y con los hermanos, el constituirnos en Iglesia y ser adoptados como hijos por el Padre, siendo el Amor del Espíritu el que lo cohesiona todo.

Hoy más que nunca PON A LA ESCUCHA EL CORAZÓN ♥

María Dolores, virgen consagrada. Archidiócesis de Madrid.

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22 DE ENERO
Mc 3, 22-30

En el evangelio de hoy los escribas dicen que Jesús expulsa los demonios con el poder del jefe de los demonios.

Y Él les intenta hacer comprender que no es lógico pensar que satanás actúe contra sí mismo.

Pero no quería detenerme en esto sino en la raíz de por qué decían esa barbaridad de Jesús y la raíz es la envidia.

Es un pecado capital muy feo y muy dañino.

Dios nos libre de él.

Pidamos a Dios un corazón grande que ame a todos y se alegre por lo de todos.

La persona envidiosa es muy infeliz porque siempre quiere lo de alguien, nunca está satisfecha.

La envidia tiene su raíz en una soberbia muy retorcida y suele coger fijación por algunas personas a las que no puede ver, literalmente.

De hecho la palabra envidia tiene que ver con el verbo ver, porque los envidiosos se ponen malos por lo que ven en otros.

Las personas envidiosas además sufren mucho y hacen sufrir mucho, porque cogen odio a algunas personas y es algo muy desagradable para ellas mismas y para quienes son objeto de su odio.

Es un odio que no entiende de amistad ni de familia ni de nada.

Creo que tenemos que ser sencillos. Tenemos que pedirlo con toda la fuerza de nuestro corazón.

Cuando alguien tiene cosas buenas en su vida tenemos que alegrarnos y felicitar a las personas y pensar qué bien.

Pensemos que Cristo fue envidiado y odiado por envidia.

Pidamos al Espíritu que nos libre de la envidia.

Pidámoslo de rodillas delante del Señor.

Pidamos por quienes nos han hecho sufrir. Casi todos tenemos alguna historia en el corazón de alguien que nos ha hecho sufrir por envidia. En realidad tienen que darnos lástima, aunque las heridas están ahí, en el corazón.

Hay cosas que nos superan y tenemos que dejarlas en manos de Jesús.

María Dolores, virgen consagrada. Archidiócesis de Madrid.

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21 DE ENERO
Mc 1, 14-20

Hoy LA ESCUCHA DEL CORAZÓN nos lleva junto al mar de Galilea y allí Jesús llama a Simón y a Andrés y a Santiago y a Juan para que lo sigan.

Simón y Andrés estaban pescando en el mar y Jesús les dice - se supone que a voces, porque Simón y Andrés estaban en el mar- "Venid en pos de mí y os haré pescadores de hombres".

Hay que imaginar la escena, porque Simón y Andrés estaban pescando en ese momento y Jesús les dice que Él los va a convertir en pescadores de hombres.

Era como decir "Si os venís conmigo, vamos a ser muchos".

Dice el evangelio que inmediatamente lo siguieron.

Más adelante Jesús llama a Santiago y a Juan y se fueron tras Jesús "dejando a su padre en la barca con los jornaleros".

Hoy me viene detenerme en el misterio de la vocación.

Podríamos pensar "¿Es que esta gente no come, no necesitaban trabajar, no tenían que llevar sustento a casa?" "¿No les da pena dejar a su padre en la barca con los jornaleros?".

Y sin embargo lo dejan todo y se van tras Jesús.

Tras Jesús, porque Él  dice "Venid en pos de mí".

No valen cálculos racionales y lógicos, la seducción de Jesús es más fuerte.

A las personas consagradas, de modo natural podría apetecernos tener una familia. Y sin embargo somos felices dándole al Señor el corazón en exclusiva.

Las familias cristianas pueden no ser comprendidas en muchos ambientes.

Las personas contemplativas podemos no ser entendidas.

Del mismo modo que los apóstoles pudieron no ser entendidos. Dejaron el trabajo y se fueron tras Jesús.

Y es que cuando Jesús seduce el corazón, vivimos de tal forma que podemos no ser entendidos, pero la experiencia de seducción del corazón es más fuerte.

A veces pienso "Si la gente pudiera ver lo que hay en el corazón de un consagrado o de una persona enamorada de Jesús..."

Es el misterio de la vocación. Jesús se mete en el corazón y anula todo deseo excepto el de estar con Él y hacer su voluntad. Deja el corazón en paz y uno/a vende todo lo que tiene y se queda con esa perla.

Hoy damos gracias por nuestra vocación - todas las vocaciones son preciosas - y pedimos a Jesús permanecer siempre en su Amor.

PON A LA ESCUCHA EL CORAZÓN ♥

María Dolores, virgen consagrada. Archidiócesis de Madrid.

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20 DE ENERO
Mc 3, 20-21

El evangelio de hoy es muy breve pero nos da mucha información.

Nos dice que se juntaba muchísima gente allí donde estaba Jesús, tanta que no les dejaban ni comer.

También nos dice que la familia de Jesús llegó para llevárselo porque decían que estaba fuera de sí.

Vemos un contraste grandísimo entre los que siguen a Jesús, que son muchísimos, y su propia familia, que no le entiende.

A Jesús le debió de doler la actitud de su propia familia. Tendrían que ser los primeros en apoyarlo y sin embargo no le comprendían.

A veces la propia familia son como unas muletas que Dios nos quita para que caminemos solos.

Nos quieren pero no nos entienden.

Es una pequeña cruz.

Recuerdo que San Rafael Arnáiz sufría mucho los días previos a comunicar a sus familiares su vocación, sin embargo era mayor la fuerza interior que le impulsaba a ser fiel a Dios.

El cariño a nuestra familia no debe apartarnos del camino que Dios nos propone, sea el que sea. Tiene que ser más importante nuestra decisión.

Lo mejor que podemos hacer por nuestros familiares es ser fieles a Dios.

María Dolores, virgen consagrada. Archidiócesis de Madrid.

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19 DE ENERO
Mc 3, 13-19

El evangelio de hoy nos dice que Jesús "instituyó doce para que estuvieran con Él, para enviarlos a predicar y con autoridad para expulsar demonios".

A continuación nos enumera a los apóstoles: Pedro, Santiago, Juan, Andrés, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago el menor, Judas Tadeo, Simón el de Caná y Judas Iscariote.

En la mentalidad de los judíos el doce era el número de la perfección y era también claramente el número de las tribus que formaban el pueblo de Israel.

En la elección de los doce es bonito ver que, al fundar la Iglesia, estaba en la mente del Señor formar el nuevo Pueblo de Dios, con doce pilares que son los doce apóstoles, a imagen de las doce tribus de Israel.

Esto implica que estaba en la mente del Señor que la Iglesia que iba a nacer de su costado en la crucifixión habría de caminar por este mundo como Pueblo elegido.

La Iglesia somos, pues, el Nuevo Pueblo de Dios, que camina por este mundo buscando la santidad, camino de la Tierra Prometida, el cielo, la nueva Jerusalén, tierra que mana leche y miel.

Para pertenecer al Pueblo de Dios se nos pide creer en Cristo y frecuentar los sacramentos.

Demos gracias a Dios por habernos redimido y habernos hecho hijos suyos por la Sangre del Hijo.

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María Dolores, virgen consagrada. Archidiócesis de Madrid.

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18 DE ENERO
Mc 3, 7-12

El evangelio de hoy insiste en la cantidad de gente que seguía a Jesús.

Nos dice que "lo seguía una gran muchedumbre".

También nos hace una enumeración de la cantidad de sitios de los que procedía la gente: "Judea, Jerusalén, Idumea, Transjordania,...". Teniendo en cuenta que Jesús estaba en Galilea, la gente venía de bastante lejos.

También nos dice el evangelio que "encargó a sus discípulos que le tuviesen preparada una barca para que no lo estrujara el gentío".

Es impresionante cómo insiste el evangelio en la cantidad de personas que seguían a Jesús.

Podemos preguntarnos qué veían en Él.

Este evangelio me lleva a pensar también que también hoy somos muchos los que seguimos a Jesús pero a menudo divididos.

Hoy empieza la semana de oración por la unidad de los cristianos. Pidamos para que un día no lejano la comunión sea plena.

El Corazón de Jesús nos llama a la unidad y nos pide la unidad.

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17 DE ENERO
Mc 3, 1-6

En el evangelio de hoy vuelve a salir la cuestión del sábado.

Jesús va a la sinagoga en sábado y había allí un hombre con la mano paralizada.

Los fariseos lo observaban, para ver si curaba al enfermo y poder acusarlo, pues curar a un enfermo lo consideraban "trabajar en sábado".

Jesús le dijo al enfermo que extendiera su mano y la mano quedó curada.

De este evangelio me llama la atención que Jesús, sabiendo la mala intención de quienes lo observaban, dice el evangelio que "echó en torno una mirada de ira, dolido por la obstinación de ellos".

A veces pensamos que los enfados son algo negativo, sin embargo el Señor se enfadaba.

Creo que lo que no tenemos que hacer es faltar a la caridad cuando nos enfadamos.

Pero puede haber enfados que tienen una motivación justa.

Y el enfado es una emoción humana.

Hay otra enseñanza de este evangelio, quizá la más importante, relacionada con hacer el bien o el mal.

Jesús pregunta a los presentes "¿Qué es lícito hacer en sábado? ¿El bien o el mal?".

De esta forma, Jesús traslada la problemática sobre la realización de lo correcto al terreno de la conciencia personal.

Lo que Jesús espera de cada uno es que vivamos en conciencia, cara a Dios, y que realicemos el bien a pesar de las dificultades o de no ser entendidos.

Tenemos que pedir al Espíritu Santo fortaleza para realizar el bien, piensen lo que piensen los demás.

Si hacemos oración, se nos revelará la voluntad del Señor y tendremos fortaleza para actuar en conciencia.

Vivamos cara a Dios y hagamos lo que tengamos que hacer en conciencia.

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María Dolores, virgen consagrada. Archidiócesis de Madrid.

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16 DE ENERO
Mc 2, 23-28

En el evangelio de hoy los discípulos de Jesús iban un sábado por un sembrado arrancando espigas.

Los fariseos se lo echan en cara a Jesús porque no estaba ni está permitido a los judíos trabajar en sábado.

Una de las cosas más bonitas de Jesús es que ha venido a introducir el sentido común en la relación con Dios.

Evidentemente que respetamos todas las creencias pero nos sentimos orgullosos de Nuestro Señor.

Lo estricto no es propio de un cristiano. Tenemos que ser exigentes, sobre todo en el Amor a Dios y al prójimo, pero no estrictos.

Tenemos que ser serios con el Señor y con su voluntad.

Y Jesús nos pide que amemos y que seamos exquisitos en el amor.

Pero, por lo demás, podemos eliminar todo lo estricto.

Jesús no quiere personas tiquismiquis envanecidas por el orgullo que sienten por cuidar cosas que son puramente formales y que no añaden ni un milímetro al amor del corazón.

Jesús quiere personas con corazón y con sentido común que desean y buscan ser santas.

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15 DE ENERO
Mc 2, 18-22

En el evangelio de hoy le preguntan a Jesús que por qué Él y sus discípulos no ayunan.

Jesús responde "¿Pueden ayunar los amigos del Esposo mientras el Esposo está con ellos?"

Jesús nos presenta así la relación entre cada alma y Él como un desposorio que terminará en Boda en la otra vida.

Él es el Esposo del alma, y todos los bautizados estamos llamados a vivir una relación esponsal con Él, especialmente los consagrados.

Vivimos esta relación de unión profunda y de exclusividad del amor siempre, en lo profundo del alma y en el corazón, y de forma especial en cada Eucaristía y en cada Comunión.

Jesús es mi Esposo, lo siento de forma más real que si fuera un matrimonio humano.

No tiene sentido el ayuno, porque la existencia se ha convertido en una Boda.

Ayunamos para prepararnos especialmente para la Boda de cada Eucaristía.

Y también ayunamos en Adviento para preparar el desposorio con el género humano que supone el Nacimiento de Nuestro Señor, y en Cuaresma para prepararnos al desposorio de Cristo que es su entrega en la cruz.

Quizá en otros momentos del año también necesitemos ayunar.

Pero a Jesús lo que le importa es el amor y quiere que ayunemos sobre todo de palabras y pensamientos faltos de amor.

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14 DE ENERO
DOMINGO II T.O.
Jn 1, 35-42

El evangelio de hoy nos refiere el primer encuentro de Juan y Andrés con Jesús.

Estaban con Juan Bautista, el cual, al ver a Jesús, les dijo "Este es el Cordero de Dios". Y se fueron tras Él.

Para los judíos el cordero era, y es, el animal que murió sacrificado para salvar a sus antepasados de la esclavitud de Egipto.

Los salvó porque fue sacrificado, y su sangre, untada en la puerta de cada casa, era signo de pertenencia al Pueblo elegido.

Exactamente eso era, y es, Jesús, el Cordero de Dios: es el Cordero enviado por Dios para ser sacrificado y librarnos de la esclavitud del pecado por la recepción de su Sangre.

La Comunión con el Cuerpo de Cristo nos lleva así a ser Comunión con Cristo y con los hermanos, que nos convierte y transforma en Iglesia y nos identifica como nuevo Pueblo de Dios.

Es una comunión que nos convierte en Expresión del Amor de Dios y por tanto nos lanza a la misión de amar.

Siempre me ha cautivado y subyugado la expresión "Cordero de Dios".

Jesús  no es un cordero más. Es el Cordero enviado por Dios, el Único que puede librarnos del pecado y salvarnos por su Sangre constituyéndonos en Pueblo de Dios, nación santa, nacida del Corazón de Jesús, en el cual nacimos y nos alimentamos.

Jesús es el Cordero de Dios, por tanto es el único que nos salva, es el Cordero escogido por Dios, el único que nos lleva a Dios y que nos une a Él.

Su efecto salvador y reconciliador nos une a los hermanos y a Él, y a los hermanos en Él.

Por eso, cuando Juan y Andrés se encuentran con Jesús, inmediatamente quieren que  otros lo conozcan, y Andrés, en cuanto se encuentra a Pedro, le dice "Hemos encontrado al Mesías".

Nosotros también deseamos seguir al Cordero para ser sumergidos en su Sangre y ser sanados y salvados por Él, y ser convertidos así en instrumentos del Amor de Dios, por la recepción de su Sangre.

PON A LA ESCUCHA EL CORAZÓN ♥

María Dolores, virgen consagrada. Archidiócesis de Madrid.

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13 DE ENERO
Mc 2, 13-17

Hoy el evangelio nos refiere la vocación de Mateo, que era recaudador de impuestos y estaba sentado en el mostrador de los impuestos.

Pasó Jesús y le dijo "Sígueme".

Hoy podemos preguntarnos qué significa exactamente "Sígueme".

La respuesta la encontramos también en el evangelio de hoy.

Después de que Jesús llamara a Mateo, fueron todos a comer a su casa.

Estaban por tanto en la comida Jesús, sus discípulos, Mateo y sus amigos, que parece ser que no eran personas especialmente modélicas.

Eran pecadores, igual que tú y yo, pero los fariseos se sorprendían de que Jesús comiera con pecadores, como si no fuéramos todos pecadores.

Jesús les dice "No he venido a llamar a los justos sino a los pecadores".

En estas palabras de Jesús vemos en qué consiste seguir a Jesús.

Para seguir a Jesús tenemos que sentirnos y sabernos pecadores, porque Él llama a los pecadores.

Tenemos que reconocernos pecadores y sabernos amados y llamados por Dios.

Nos llama a darle el corazón para que el Espíritu lo transforme de un corazón enfermo en un corazón que ama.

Tenemos que pedir la gracia de sentirnos pecadores amados por Dios.

PON A LA ESCUCHA EL CORAZÓN ♥

María Dolores, virgen consagrada. Archidiócesis de Madrid.

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12 DE ENERO
Mc 2, 1-12

En el evangelio de hoy le presentan a Jesús un paralítico para que lo cure.

En realidad lo descuelgan por el techo porque había tanta gente que no se podía ni pasar por la puerta.

Cuando le ponen a Jesús el paralítico delante, hace tres cosas propias de Dios:

🕯Perdona los pecados al paralítico.

🕯Pone al descubierto los pensamientos de algunos, que estaban escandalizados por que Jesús perdonara pecados.

🕯Cura al paralítico.

Jesús se muestra así como Dios y también como "Dador de vida", pues hace re-vivir el alma del paralítico y también despierta a la vida los miembros paralizados del paralítico.

Hoy quería fijarme en los pensamientos cerrados de algunos presentes: "¿Por qué habla éste así? ¿Quién puede perdonar pecados sino sólo Dios?" pensaban algunos.

Y Jesús les desmonta su cerrazón.

El evangelio de hoy nos enseña que tenemos que situarnos ante Jesús con la simplicidad de los niños, sin desconfianzas.

Tenemos que dejarnos perdonar y dejarnos amar, tenemos que dejar actuar a Dios, sabiendo que Él lo sabe todo y lo conoce todo, y sin perder nunca la capacidad de sorprendernos.

El paralítico deseaba ser curado de su parálisis corporal y se encontró con que Jesús primero le curó la parálisis del alma.

Tenemos que ponernos ante Jesús y dejarle actuar en nuestra vida y dejarnos sorprender por Él.

PON A LA ESCUCHA EL CORAZÓN ♥

María Dolores, virgen consagrada. Archidiócesis de Madrid.

LA ESCUCHA DEL CORAZÓN ♥🙏🏻

11 DE ENERO
Mc 1, 40-45

En el evangelio de hoy Jesús cura a un leproso.

Se acercó el leproso y le dijo a Jesús "Si quieres, puedes limpiarme". Y Jesús lo tocó y le dijo "Quiero, queda limpio".

Lo peor de la lepra no era la enfermedad en sí sino la exclusión social que suponía la enfermedad.

Los leprosos vivían aislados y no podían entrar en ninguna población.

Si se encontraban a alguien por un camino, tenían que apartarse y avisar de que eran leprosos.

Y este leproso se acerca a Jesús y le dice que, si Él quiere, puede limpiarlo.

Esto ya contravenía todas las normas sociales y culturales de la época.

Pero aún hay más, lo más sorprendente, lo más impresionante, lo que más sobrecoge el corazón, es que el evangelio dice que Jesús "compadecido, lo tocó".

"Compadecido, lo tocó".

Nadie tocaba a un leproso.

El leproso se había acercado a Jesús y dice el evangelio que le pidió que lo curara y que se lo pidió "suplicándole de rodillas".

¡Cuántos años habría pasado este hombre apartado de la sociedad, viviendo en alguna cueva con otros leprosos, sin ver a su familia y amigos, subsistiendo por sus medios, sintiendo que era un desecho de la sociedad!

¿Qué sentiría este hombre cuando Jesús lo tocó?

Lo tocó.

No le mostró asco ni repugnancia ni salió corriendo. Lo tocó y lo curó.

Cuando los leprosos se acercaban a una población los recibían a pedradas. Y Jesús lo tocó.

Me llena de amor pensar en la Misericordia y el Amor de Dios.

Este evangelio me recuerda que nada puede apartarnos del Amor de Dios porque Él se conmueve ante todas las lepras y todas las heridas y todas las exclusiones.

Tenemos que acercarnos a Él y pedirle de rodillas como el leproso, pedirle por nosotros y por todos nuestros hermanos.

Porque Él se compadecerá y mostrará su Misericordia.

PON A LA ESCUCHA EL CORAZÓN ♥

María Dolores, virgen consagrada. Archidiócesis de Madrid.

LA ESCUCHA DEL CORAZÓN ♥🙏🏻

10 DE ENERO
Mc 1, 29-39

Hoy se nos describe una jornada de la vida pública de Jesús.

Primero cura a la suegra de Pedro, que estaba enferma. Después expulsa demonios. De madrugada se levanta y se retira solo a orar. A continuación sigue predicando por las aldeas cercanas.

La narración de la actividad de Jesús da la sensación de un ritmo agotador.

Es el Amor del Corazón de Jesús lo que sostiene e impulsa ese ritmo de entrega por la salvación de las almas.

Es el Amor de Dios que se desborda lo que llevaba a Jesús a predicar, curar y sanar.

La respuesta de la gente es impresionante:

🕯"La población entera se agolpaba a la puerta"

🕯"Todo el mundo te busca" le dicen a Jesús.

Esto es lo que también sucede en la vida de los santos, impulsados por el Amor de Dios: deseo inmenso de entregarse, de ayudar, de anunciar el Evangelio y de orar.

A mí también me gustaría que el Amor de Dios se desbordara a través de mi pobreza.

Eso le pido a Jesús: que el Evangelio llegue a todos, a cuantos más mejor.

Se lo pedimos tú y yo en la oración 🙏🏻

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María Dolores, virgen consagrada. Archidiócesis de Madrid.

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9 DE ENERO
Mc 1, 21b-28

Desde el principio de su vida pública Jesús sorprende por su predicación y porque expulsaba demonios. Así se nos refiere en el evangelio de hoy.

"¿Qué es esto? Una enseñanza nueva expuesta con autoridad. Incluso manda a los espíritus inmundos y le obedecen" comentaban todos.

Nosotros también podemos preguntarnos qué nos llama la atención de Jesús, qué nos ha cautivado de Él.

En mi caso puedo decir que nadie ha llenado mi corazón como Él: siendo suya, mi corazón está calmado; toda la afectividad serena.

También nosotros podemos sentir, por la Acción del Espíritu, que la novedad del Evangelio - que el Hijo de Dios se ha hecho hombre para redimirnos por el amor- nos subyuga el corazón.

Si somos humildes, también nos daremos cuenta de que por nosotros no podríamos nada si Jesús no nos da su gracia.

Demos gracias por haber recibido la luz del Evangelio y por ser librados del mal - como pedimos en el padrenuestro - porque, ¿qué sería de ti y de mí si Jesús no nos librara del mal y de caer en la tentación, cuando humildemente se lo pedimos, y si no se nos hubiera revelado que somos salvados por el Amor?

🙏🏻

María Dolores, virgen consagrada. Archidiócesis de Madrid.

LA ESCUCHA DEL CORAZÓN ♥🙏🏻

8 DE ENERO
Jn 1, 14-20

El evangelio de hoy nos refiere la llamada de Jesús a Pedro y Andrés y a Santiago y Juan para seguirlo.

Me llama la atención que estaban pescando y dejaron la faena y se fueron tras el Señor.

Pedro y Andrés dejaron las redes pero Santiago y Juan dejaron incluso a su padre con los jornaleros. Todos podían haber pensado "Dejan a su padre y se van".

Esto me habla de la urgencia del Evangelio y de que no podemos decirle no al Señor.

Andrés y Pedro, Santiago y Juan entendieron que el Señor era lo más importante.

No quiere decir que tengamos que dejar nuestros trabajos y obligaciones pero sí que tenemos que pensar si el Señor es lo primero y si estamos dispuestos a dejar todo por Él.

Tenemos que pedir al Espíritu que introduzca en nuestro corazón el don de la Sabiduría y con él la comprensión de la urgencia del Evangelio.

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María Dolores, virgen consagrada. Archidiócesis de Madrid.

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7 DE ENERO
FIESTA DEL BAUTISMO DEL SEÑOR
Mc 1, 7-11

El evangelio de Marcos nos refiere hoy el Bautismo del Señor.

Llegó Jesús al Jordán y fue bautizado por Juan. Entonces se rasgó el cielo, bajó el Espíritu Santo en forma de paloma y se oyó la voz del Padre: "Tú eres mi Hijo amado, en ti me complazco".

Juan Bautista decía que él bautizaba con agua pero que Jesús bautizaría con el Espíritu Santo. Esto quiere decir que Jesús nos iba a limpiar los pecados de verdad, nos iba a reconciliar con Dios realmente hasta el punto de hacernos hijos de Dios. 

Es el Espíritu el que nos hace hijos de Dios pues el Hijo nos presenta al Padre en cada Eucaristía y de forma perpetua y, en el Amor de Dios, que es el Espíritu, somos hechos al mismo tiempo hijos del Padre y hermanos del Hijo.

Hoy celebramos el Bautismo del Señor y creo que lo más importante es que se da una revelación de la Trinidad.

También se da una revelación del Amor del Padre por el Hijo y por tanto una revelación de que Jesús es el Hijo de Dios y el Mesías.

Hoy es un día para tener presente que los sacramentos de la Iglesia realmente nos salvan y que en ellos recibimos al Espíritu Santo que nos santifica.

También tenemos que pensar que tenemos que ser humildes como Jesús que, siendo Dios, fue hasta el Jordán y se puso en la fila de los pecadores para ser bautizado.

Nosotros también tenemos que convertirnos y ponernos en la fila de los pecadores para que nos den el perdón de Dios y nos ayuden a ser santos.

María Dolores, virgen consagrada. Archidiócesis de Madrid.