martes, 31 de octubre de 2017

LA ESCUCHA DEL CORAZÓN ♥♥🙏🏻🙏🏻

1 DE NOVIEMBRE
SOLEMNIDAD DE TODOS LOS SANTOS
Mt 5, 1-12



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En la fiesta de todos los santos la Iglesia nos da como alimento el evangelio de las bienaventuranzas, que constituyen todo un programa de santidad.

Es como si la Iglesia nos dijera: "Esto es lo que han vivido los santos", para que lo vivamos también nosotros.

Si nos fijamos, hay muchas bienaventuranzas que nos hablan de las virtudes de los santos.

Así por ejemplo, los santos han sido pobres de espíritu y humildes, han sido mansos, personas nobles y limpias de corazón, han tenido hambre y sed de justicia y han sido misericordiosos y pacíficos.

Todas estas virtudes han resplandecido en ellos por obra del Espíritu, porque los santos han sido sobre todo hombres y mujeres que se han dejado hacer por el Espíritu, y todas esas virtudes no han sido otra cosa que el Amor de Dios habitando en ellos.

Hoy quería fijarme en otras bienaventuranzas que, curiosamente, nos hablan, no de las diversas facetas que la caridad ha adoptado en los santos ( pobreza de espíritu, mansedumbre, justicia, misericordia,... ) sino de cómo ha sido su vida:

"Bienaventurados los que lloran porque serán consolados"

"Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia porque de ellos es el reino de los cielos"

"Bienaventurados cuando os insulten y os persigan y os calumnien de cualquier modo por mi causa. Estad alegres porque vuestra recompensa será grande en los cielos".

Es como si hubiera bienaventuranzas que nos mostraran cómo actúa el Espíritu en el alma de los santos, mientras que otras nos muestran más bien cómo es su vida. Hoy el Espíritu me sugiere fijarme en éstas últimas.

Es curioso porque la palabra Bienaventurado significa "feliz" y sin embargo los santos han sido felices en situaciones muy difíciles.

Hoy quería fijarme en ese detalle, que no es un detalle de poca importancia, y que viene recogido en las Bienaventuranzas: Cómo la Providencia no ha rodeado a los santos de facilidad y de comprensión sino más bien de todo lo contrario.

Han sido personas muy probadas, muchas veces incomprendidas, a menudo calumniadas, perseguidas y a veces hasta expulsadas, olvidadas o arrinconadas.

A veces Dios ha permitido que los que más tenían que acogerlos los hirieran y traicionaran.

Estas facetas de las vidas de los santos no nos deben pasar desapercibidas sino que hemos de meditar en ellas porque esas virtudes esculpidas por el Espíritu en ellos, que aparecen recogidas en las otras bienaventuranzas mencionadas antes, han sido vividas muchas veces en situaciones adversas y dolorosas.

A menudo tuvieron que resolver dificultades, a menudo recibieron palos y a veces sufrieron soledad y exclusión.

Recordemos a san Juan de la Cruz encarcelado por sus hermanos de religión, a san Enrique Ossó olvidado por la propia congregación que él fundó, al beato Pablo vi incomprendido por querer aplicar el Concilio, a santa Faustina Kowalska y a santa Bernardita, que sufrieron de incomprensiones y envidias, a santa Teresa de Jesús, que en la Iglesia no recibió más que palos...

Esas vidas santas se desarrollaron muchas veces en medio de la purificación, de la soledad, la traición o la incomprensión.

La persecución y la calumnia fueron muchas veces el signo de la cruz en medio del cual se desarrollaron sus vidas, su amor incondicional a Cristo, su entrega y su identificación con Él.

No podemos olvidar que las vidas de los santos no sólo han sido santas sino también difíciles, y que muchas veces se han identificado con Cristo en medio del dolor, la soledad y hasta la oscuridad, como santa Teresa de Calcuta.

Hoy damos gracias a Dios por los santos, los canonizados y beatificados y por toda la gran multitud de santos, y también damos gracias porque fueron felices y fieles en la cruz.

Hoy nos abandonamos al Señor y pedimos que Él nos haga santos.

Hoy más que nunca PON A LA ESCUCHA EL CORAZÓN ♥

María Dolores, virgen consagrada. Archidiócesis de Madrid.



lunes, 30 de octubre de 2017

LA ESCUCHA DEL CORAZÓN ♥♥

31 DE OCTUBRE
Lc 13, 18-21



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Hoy Jesús compara el reino de los cielos con una semilla de mostaza y con la levadura.

Estos dos elementos tienen en común que pueden crecer, dar crecimiento o hacer crecer, a pesar de su pequeñez.

La semilla de la mostaza es diminuta y el árbol que produce es muy grande.

La cantidad de levadura en la masa es mínima, y sin embargo fermenta la masa y la hace crecer hasta dar un pan grande y esponjoso.

Se nos compara el reino de los cielos con dos elementos que pueden crecer a partir de la pequeñez.

El reino de los cielos es el reino de la verdad y del amor.

La verdad y el amor se caracterizan por abrirse paso en medio de las dificultades y por estar llamados a crecer.

En cambio la mentira y el odio son el no-ser y la negación de la realidad y de la vida.

Para amar debemos hacernos como niños, quitar todo lo que estorba y simplemente dejarnos llevar por lo que nos da paz y felicidad, que no son sólo signos del Espíritu sino también el lenguaje de nuestra propia naturaleza.

En los que se hacen como niños se cumple que el reino de los cielos está llamado a crecer a partir de la pequeñez.

Es la pequeñez la verdad de lo que realmente somos. Se ve claramente cuando eliminamos todo lo que es egoísmo y queda lo que realmente somos.

Es la fuerza de Dios y su gracia lo que realmente hacen que el evangelio se difunda.

Nosotros sólo tenemos que entregar nuestra pobreza y el Rey de los cielos pone el incremento.

Si no ponemos obstáculos, con nuestra pequeñez Él hace grandes milagros.

Pidamos ser despojados por el Espíritu de todo lo que no es Dios, para que Él haga grandes cosas con nuestra pequeñez.

Como dijo María "El Poderoso ha hecho obras grandes por mí, porque ha mirado la humillación de su esclava".

María Dolores, virgen consagrada. Archidiócesis de Madrid.

domingo, 29 de octubre de 2017

LA ESCUCHA DEL CORAZÓN ♥♥🙏🏻🙏🏻

30 DE OCTUBRE
Lc 13, 10-17




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En el evangelio de hoy Jesús cura en sábado a una mujer encorvada.

Los judíos no pueden realizar trabajo alguno en sábado y, al ver la curación que ha realizado Jesús, el jefe de la sinagoga se molesta.

Lo que hoy nos pide la Iglesia que meditemos por medio de este evangelio es qué es más importante: cualquier precepto o el amor.

Por la actuación de Jesús vemos que lo más importante es el amor, que ha de manifestarse con hechos concretos.

En realidad el amor es el único precepto. Todos los demás preceptos hemos de cumplirlos si nos llevan a amar.

Si nos impiden amar, la decisión ha de estar clara, sin ningún tipo de remordimiento.

Claro está que, aunque el amor es el único precepto, no hemos de vivirlo como un precepto.

Tenemos que vivirlo con naturalidad y con sencillez, ayudando a los demás como si no tuviéramos nada mejor que hacer.

Aunque el amor es el único precepto, ayudar a los demás no nos debe justificar como para dejar de cumplir nuestras obligaciones.

Si así fuera, no estamos ayudando a los demás sino evadiéndonos de nuestras responsabilidades.

Porque la caridad comienza por llevar a cabo nuestras obligaciones y los compromisos propios de nuestro estado.

Pidamos en la oración ver a Cristo en los demás y estar atentos a sus necesidades.

PON A LA ESCUCHA EL CORAZÓN ♥♥

María Dolores, virgen consagrada. Archidiócesis de Madrid.





sábado, 28 de octubre de 2017

LA ESCUCHA DEL CORAZÓN ♥♥🙏🏻🙏🏻

29 DE OCTUBRE
DOMINGO XXX T.O.
Mt 22, 34-40


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"Jesús dijo "Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente. Este mandamiento es el primero. El segundo es semejante a éste: "Amarás a tu prójimo como a ti mismo"".

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Hoy me he fijado en que Jesús nos pide que lo amemos

- con todo el corazón

- con toda el alma

- con toda la mente.

No vale decir simplemente "yo amo". Hay que ver si todas nuestras potencias y posibilidades de amar están puestas en Él.

Jesús nos dice que el mandamiento del Amor a Dios es el primero y principal.

El Espíritu de Dios es el Amor y es Él el que tiene que amar a todas las personas en ti y en mí.

Por eso, si amamos a Dios, Él amará al prójimo en ti y en mí, desde ti y desde mí, porque ya nos dijo Jesús "Al que me ama, mi Padre lo amará y vendremos a él y haremos morada en él".

La vida se convertirá así en amor. La contemplación de la Trinidad, que nos habita, nos llevará al amor, y el amor se manifestará acogiendo a la Trinidad presente en el alma.

Contemplaremos a la Trinidad presente en la persona, en la propia persona y en la persona de los demás, Cuyas Personas se aman entre Sí, La Cual desde el alma de la persona ama a la persona en cuya alma habita, y ama también a todas las personas, desde el templo que es la persona en la que habita.

Amar a Dios se convierte así en no poner obstáculos a que Él nos habite por dentro. De esta forma desarrollamos toda una vida de Amor.

Amando a Dios, Él nos ama y nos habita. Y nosotros, entrando en esa dinámica de amor la potenciamos aún más, porque al mismo tiempo acogemos y amamos a la Trinidad y acogemos y amamos al prójimo, participando del Amor de Dios.

Vale la pena situarnos desde cada nivel del ser humano -el corazón, el alma, la mente- y ver si son de Jesús.

Vale la pena entregar a Dios todo el corazón. Que la afectividad sea suya. El cariño, lo más profundo, íntegro y sincero de la persona tiene que ser suyo.

Vale la pena que la voluntad sea suya, para que hagamos la voluntad de Jesús y la Trinidad venga a vivir en nuestra alma.

Vale la pena darle a Jesús todo el ser, también la mente, los pensamientos, las ideas, la memoria purificada.

Dejémonos ser de Dios, dejemos que Él nos haga suyos, y así viviremos en comunión con Él y con los hermanos, esto es amar a Dios y al prójimo.

Y este amor ha de manifestarse de forma concreta, con favores, con ayuda, con escucha, con preocupación por los demás, con acogida, con evangelización. Con oración.

PON A LA ESCUCHA EL CORAZÓN ♥

María Dolores, virgen consagrada. Archidiócesis de Madrid.


viernes, 27 de octubre de 2017

LA ESCUCHA DEL CORAZÓN ♥♥🙏🏻🙏🏻

28 DE OCTUBRE
Lc 6, 12-19


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Nos presenta este evangelio unas escenas de la vida de Jesús, narradas en distintas imágenes o secuencias.

Se nos habla de Jesús, que "pasa la noche orando a Dios".

Y que, cuando se hace de día, elige a los Doce Apóstoles.

A continuación se reúne "con una muchedumbre (...) que venían a oírlo".

También se nos dice que la gente venía para que los curara, porque "salía de Él una fuerza que los curaba a todos".

A este Jesús nuestro, -orante, misionero y sanador - hemos de contemplarlo en la oración.

Como decía santa Teresa de Jesús, podemos imaginar en nuestro interior la escena, y entablar un diálogo con Jesús.

También podemos contemplarlo pidiendo gracia.

La contemplación tiene que dar como fruto el amor, que nos identificará con Cristo y que nos llevará a la transformación.

Como el amor es difusivo de por sí, si la contemplación nos lleva al amor, también nos llevará a la ayuda a los demás y a la misión.

Porque lo propio del amor es difundirse.

Será el Espíritu quien nos mueva y nos lleve de la contemplación al amor.

El amor que recibimos en la contemplación es amor transformante que nos llevará de la contemplación a la transformación y a la misión.

Seamos personas contemplativas, pues la contemplación nace del amor y lleva al amor, y el amor nos lleva a la misión.

Así estaremos imitando a Jesús en el amor y en la misión.

María Dolores, virgen consagrada. Archidiócesis de Madrid.


jueves, 26 de octubre de 2017

LA ESCUCHA DEL CORAZÓN ♥♥🙏🏻🙏🏻

27 DE OCTUBRE
Lc 12, 54-59



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"Sabéis interpretar el aspecto de la tierra y el cielo, ¿cómo no sabéis interpretar el tiempo presente?"

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Cuando nos acostumbramos a hacer oración, el Espíritu va modelando nuestra alma y nos va familiarizando con el lenguaje de Dios, de tal forma que sus signos se nos hacen cercanos e inteligibles.

Entendemos como signos todo aquello que sucede en nuestra vida a partir de lo cual y en lo cual nos está hablando Dios.

Cuando nos acostumbramos a tratar con el Señor, sentimos que nos habla continuamente, no sólo en los ratos de oración.

Su comunicación se vuelve elocuente y pacificadora, expresiva y profunda.

Se nos comunica el Señor con las circunstancias de la vida, con los sucesos, con las coincidencias, con los encuentros con familiares, amigos y conocidos.

Nos comunica que nos ama y que cuida de nosotros, aunque haya cruz, disgustos y dificultades. Nos comunica también su Espíritu, que nos ayuda a confiar.

Nos comunica muchas cosas y siempre la misma: su Amor, su predilección, su deseo de que permanezcamos en Él.

Se nos comunica Jesús sobre todo en la oración, en los sacramentos, en la lectura de la Palabra pero también en toda circunstancia, porque el Espíritu nos hace ver la Providencia de Dios en toda circunstancia.

Pidamos al Espíritu que nos haga delicados y constantes en la oración para saber interpretar el tiempo presente.

María Dolores, virgen consagrada. Archidiócesis de Madrid.


miércoles, 25 de octubre de 2017

LA ESCUCHA DEL CORAZÓN ♥♥🙏🏻🙏🏻

26 DE OCTUBRE
Lc 12, 49-53



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"He venido a prender fuego en el mundo y ¡cuánto deseo que ya esté ardiendo! Con un bautismo tengo que ser bautizado ¡y qué angustia sufro hasta que se cumpla!"

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Cuando Jesús murió por nosotros, nos presentó al Padre como hermanos suyos, para que el Padre nos amara, y el Padre respondió amándonos en el Hijo.

Este Amor del Padre es el Espíritu, y es el fuego que Jesús ha traído a este mundo, para que arda de Amor.

El Espíritu es el Amor que se tienen el Padre y el Hijo y ambos han deseado desde toda la eternidad que el Espíritu venga a este mundo para que arda de Amor.

Tal era la pasión que el Hijo tenía por obedecer al Padre en este deseo de que el Espíritu viniera, que sentía angustia hasta que llegara el momento de poder entregarse en su Pasión.

Con su Pasión y Muerte no sólo nos presentó al Padre como hermanos sino que abrió los caminos de la santidad que brotan de su Corazón abierto, y el Padre envió así el Espíritu a la Iglesia, junto con el Hijo, para que puedan identificarse con el Hijo todos los hombres de todos los tiempos, y puedan así ser amados por el Padre en el Hijo, por medio del Espíritu, que obra la santificación.

La conversión que obra el Espíritu es tan radical que puede dividir a las personas, porque quien no es transformado por el Espíritu muchas veces no comprende a quien sí está siendo transformado por Él. Por eso dice Jesús: "No he venido a traer paz sino división".

El Espíritu viene a nosotros a unir, a unificar, a curar, sanar y transformar.

Pero la transformación puede ser tal que quien no la vive puede no entenderla.

La transformación del Espíritu comienza con el Bautismo, en el cual somos sumergidos en el Misterio Pascual, y se espera nuestra respuesta y docilidad a lo largo de nuestra vida para ser transformados en el Espíritu.

Tenemos que ser bautizados con el mismo bautismo con que fue bautizado Cristo -su Pasión, Muerte y Resurrección-, estamos llamados, por el hecho de estar bautizados, a identificarnos con Él a lo largo de nuestra vida y a ser hombres y mujeres nuevos en el Espíritu.

Ven Espíritu Santo!

María Dolores, virgen consagrada. Archidiócesis de Madrid.

martes, 24 de octubre de 2017

LA ESCUCHA DEL CORAZÓN ♥♥🙏🏻🙏🏻

25 DE OCTUBRE
Lc 12, 39-48



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En estos días el Evangelio nos recuerda que hemos de vivir de acuerdo con la voluntad de Dios y que hemos de vivir así siempre.

Vendrá Jesús a buscarnos para llevarnos con Él a la Gloria y se disgustará si no nos encuentra dignos de entrar en el Banquete de Bodas.

Jesús nos indica hoy qué le gusta que hagamos mientras esperamos que Él venga a buscarnos.

"El Señor dijo: ¿Quién es el administrador fiel y prudente a quien el Señor pondrá al frente de su servidumbre para que reparta la ración de alimento? Bienaventurado aquel criado a quien su amo al llegar lo encuentre así."

Hoy Jesús nos invita a preguntarnos si somos fieles y prudentes y si damos alimento a nuestros hermanos.

Dar alimento es hacer algo por los demás. Hoy se nos pide que pensemos qué hacemos por los demás. Qué oración, qué favores, qué escucha, qué amistad... Qué hacemos por los demás.

Jesús nos pide que pensemos cómo nos ocupamos de aquello que nos ha encomendado (familia, amigos, compañeros, personas que están a nuestro cargo...): "Al que mucho se le dio, mucho se le reclamará; al que mucho se le confió, más se le pedirá".

Esta época del año es muy buena para revisar la vida, para pensar qué estamos haciendo con ella.

Pidamos al Espíritu que nos cambie el corazón.

Sobre todo pidamos ser buenas personas para agradar a Jesús.

Como dice el poeta: "Que aunque no hubiera cielo yo te amara y aunque no hubiera infierno te temiera".

PON A LA ESCUCHA EL CORAZÓN ♥

María Dolores, virgen consagrada. Archidiócesis de Madrid.


lunes, 23 de octubre de 2017

LA ESCUCHA DEL CORAZÓN ♥♥🙏🏻🙏🏻

24 DE OCTUBRE
Lc 12, 35-38



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Jesús nos insta hoy a tener ceñida la cintura y encendidas las lámparas.

Ceñida la cintura porque las túnicas se llevaban ceñidas y el cinturón se quitaba para dormir.

Encendidas las lámparas porque éstas se apagaban para dormir.

Jesús nos aconseja que estemos despiertos, pues en la vida espiritual el sueño significa retroceder en el amor.

También nos aconseja Jesús que lo esperemos como se espera en la noche a quien no se quiere hacer esperar cuando llegue.

Hay una alusión clara a Jesús, como Aquél a quien hemos de esperar siempre, pues se dice que hay que esperar como se espera al señor que viene de la boda. Y Jesús es el Señor que viene de la boda porque siempre y permanentemente se une a nosotros en cada Eucaristía, que es una Boda.

Jesús nos dice que, si nos encuentra así, esperándolo, Él mismo se pondrá a servirnos.

Este evangelio es muy rico, profundo y sugerente.

Jesús nos habla de la noche espiritual por la que todos hemos de pasar.

Es la noche de los sentidos, en la que vivimos sólo de fe. ¿Quién no se ha sentido en su vida a oscuras, viviendo sólo de fe?

Jesús nos visitará de vez en cuando y tiene que encontrarnos firmes en la fe, en la esperanza y en el amor. Para ello tenemos que perseverar en la oración aunque estemos a oscuras.

Jesús valora mucho vivir de fe. Es un amante celoso y desea saber si somos fieles en su ausencia, esto es vivir de pura fe.

También sus "ausencias" tienen el objeto de purificarnos para valorar más su Amor.

Jesús nos dice que, si cuando llegue, nos encuentra esperándolo, Él mismo nos servirá. Esto lo decía santa Teresa de Jesús, ella decía que, a quien se le entregaba totalmente, Él también se entregaba totalmente a esa persona, de tal forma que se intercambiaban los papeles y Él llegaba a convertirse en servidor.

También dice el Evangelio "Si el señor llega en la segunda o en la tercera vigilia, bienaventurados a los que encuentre así".

La segunda o la tercera vigilia es la madrugada, muy entrada la noche. También ahí tenemos que seguir con la lámpara encendida. Es una noche más profunda. El espíritu se queda a oscuras y siente que se le pide algo que no es capaz de dar. Es la cruz y sólo la infancia espiritual sirve en esta oscuridad.

Es el Abandono el que mantiene la luz de la lámpara.

Cuando uno siente que no sabe nada ni puede nada, sólo puede arrojarse confiado en los brazos de Dios.

Yo me siento así. Y siento que a oscuras estoy en el Corazón de Jesús y que ahí me alimento y vivo.

María Dolores, virgen consagrada. Archidiócesis de Madrid.


domingo, 22 de octubre de 2017

LA ESCUCHA DEL CORAZÓN

23 DE OCTUBRE
Lc 12, 13-21



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Un hombre rico tuvo una gran cosecha, la almacenó y pensó dedicarse a descansar sin preocupaciones, pues lo almacenado duraría muchos años.

Pero esa noche Dios le dijo "Necio, esta noche te van a reclamar tu alma, ¿de quién será lo que has preparado?".

Y añadió Jesús "Así es el que atesora para sí y no es rico ante Dios".

Hay mucha gente que vive como si la eternidad no existiera, viven en una especie de anestesia y adormecen el recuerdo de la realidad de la muerte, viven como si fuéramos a quedarnos aquí siempre.

Hacen su vida a espaldas de la realidad de la muerte, gestionando todo como si la muerte estuviera lejos y fuera casi inalcanzable.

Sin embargo, los santos han vivido con el pensamiento de la muerte presente, no obsesionados, pero sí conscientes, e incluso deseándola, por lo que supone de encuentro con Dios, de entrar en su Presencia y vivir en su Amor para siempre.

La actitud que tenemos ante este mundo y ante los bienes y la actitud que tenemos ante la muerte son un termómetro de cómo está nuestra alma.

En estos días la Iglesia nos hace reflexionar sobre la codicia y el deseo de poseer.

Hay una parte moral en el poseer: el deseo legítimo de tener lo necesario para desarrollar nuestra vida y nuestros apostolados e incluso vivir cómodos y con buen gusto, que es distinto que vivir con lujo y derroche.

El problema es cuando el deseo de poseer coge el corazón de la persona, el corazón que está hecho para ser sólo de Dios.

Entonces el corazón entra en el sufrimiento de la insatisfacción y en la oscuridad del pecado.

El corazón enferma y vive con un miedo atroz, pero no es consciente de nada.

Entra en un círculo vicioso: cuanto más tiene, más vacío se siente, cuanto más vacío, más quiere, y nuevamente más vacío, y así sucesivamente.

El deseo de poseer muchas veces no sólo tiene como objeto el dinero y los bienes sino muchas cosas que son vanas como la imagen que damos o la consideración que se tiene de nosotros. Con estos deseos desordenados también tenemos que estar precavidos.

Tenemos que pedir luces al Espíritu para que introduzca en nuestro corazón que menos Dios todo es vano y pasajero.

Vivamos con naturalidad pero siempre con el corazón puesto en el Señor.

María Dolores, virgen consagrada. Archidiócesis de Madrid.


sábado, 21 de octubre de 2017

LA ESCUCHA DEL CORAZÓN ♥♥🙏🏻🙏🏻

22 DE OCTUBRE
DOMINGO XXIX T.O.
Mt 22, 15-21


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Los fariseos estaban decididos a pillar a Jesús con alguna pregunta comprometida.

Le preguntaron si era lícito pagar el impuesto al César. Pensaban que con esta pregunta no tendría escapatoria.

Si decía que sí, pondrían en su contra a la gente.

Si decía que no, pondrían en su contra a los romanos. Esto era casi mejor, porque se aseguraban la pena de muerte para Él.

¡Qué pena, estar tramando contra Dios!

Ya lo tenían todo pensado. Al hacer la pregunta, enviaban testigos y todo.

Lo tenían todo pensado. Todo menos lo más importante: que Jesús es el Hijo de Dios. Se les escapaba "un pequeño detalle".

Y Jesús les responde como Dios, con la Sabiduría de Dios: "Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios", que es como decir "En asuntos de este mundo tenéis libertad para actuar en conciencia, siempre y cuando no ofendáis a Dios".

Jesús con esta respuesta da la vuelta a los planes torcidos. Hizo con los enviados de los fariseos como hizo Dios con las tropas del faraón que perseguían al pueblo de Israel: los hundió en las aguas.

Y es que, cuando Dios lo considera conveniente, ata las manos de los malvados.

Y da respuestas formidables para callar la boca a los perversos.

Jesús hoy nos enseña que tenemos que confiar en que el justo no perecerá.

También nos enseña que entre el mundo y Dios hay una separación infranqueable, por eso pagar el impuesto al Cesar y ser fieles a Dios son cosas diferentes.

Mientras no ofendamos a Dios y no seamos injustos, en las cosas de este mundo hay libertad.

Hoy Jesús nos pide que actuemos en todo con justicia y con libertad.

Pero sobre todo nos pide que vivamos cara a Dios y que nuestro corazón esté siempre a LA ESCUCHA DEL CORAZÓN DE JESÚS.

"Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios". Hoy Jesús nos pide que pensemos si le damos a Dios lo que le corresponde.

Jesús nos pide el corazón, pensemos si se lo damos a Él, pues es suyo.

Pensemos en la oración de quién es nuestro corazón.

PON A LA ESCUCHA EL CORAZÓN ♥

María Dolores, virgen consagrada. Archidiócesis de Madrid.


viernes, 20 de octubre de 2017

LA ESCUCHA DEL CORAZÓN ♥♥🙏🏻🙏🏻

21 DE OCTUBRE
Lc 12, 8-12



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Para Jesús es muy importante la fidelidad.

Vivimos en un mundo en el que casi todo es considerado relativo y muchas veces la palabra dada no tiene valor.

No es eso lo que espera Jesús de nosotros sino que seamos fieles a nuestros compromisos y a las personas con las que nos hemos comprometido.

Por el Bautismo y la Confirmación nos hemos comprometido a seguir a Jesús y a identificarnos con Él.

También nos hemos comprometido a renunciar al pecado.

Por el matrimonio los casados se han comprometido con su esposo/a a entregarse como Cristo se entregó a su Iglesia.

Por el orden sacerdotal los sacerdotes se han comprometido a entregarse por la Iglesia, a vivir castidad celibataria, a presidir los sacramentos y a predicar.

Las consagradas nos hemos comprometido el día de la consagración a vivir castidad perfecta, a ser madres "en el espíritu" para los demás, a dar testimonio y a vivir vida intensa de piedad y de oración.

Todos nos hemos comprometido con Cristo.

Jesús nos dice que "Al que se declare por mí ante los hombres, también Él se declarará por esa persona ante los ángeles de Dios".

¿Qué mayor declaración podemos hacer de que amamos a Jesús que vivir aquello a lo que nos hemos comprometido con Él?

Hoy Jesús nos pide que pensemos si somos conscientes de que en nuestra vida nos hemos comprometido con Él y con nadie más.

Si no somos fieles o no vivimos cristianamente o no hacemos oración es a la fidelidad con Él a la que faltamos.

Hoy el Espíritu nos sugiere que veamos nuestra vida como una relación personal con Cristo.

También se nos pide que recordemos que no somos fieles por nuestros medios sino porque el Espíritu nos ayuda: "El Espíritu Santo os enseñará", nos dice Jesús.

PON A LA ESCUCHA EL CORAZÓN ♥

María Dolores, virgen consagrada. Archidiócesis de Madrid.


jueves, 19 de octubre de 2017

LA ESCUCHA DEL CORAZÓN ❤❤🙏🏻🙏🏻

20 DE OCTUBRE
Lc 12, 1-7



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No tenemos que tener miedo, nos dice Jesús.

Y añade "No tengáis miedo a los que matan el cuerpo y después de esto no pueden hacer más".

Es una clara alusión a los fariseos, que acabarían con Él.

Son las palabras de quien está preparado para la muerte: Jesús sabía que lo iban a matar y pensaría "¿Qué más pueden hacerme además de matarme? Matarán mi cuerpo pero no pueden hacerme nada más".

Es también la forma de razonar de los mártires y de los confesores de la fe: "Pueden matar mi cuerpo pero no pueden quitarme a Dios".

Es una forma de pensar inspirada por el Espíritu, El Cual también nos lleva a confiar en Dios totalmente y a tener la certeza de vivir en el Amor de Dios.

Es maravilloso saberse en manos de Dios, saber que somos sus criaturas y que, entendamos o no entendamos nuestra vida, Él está detrás de todo, todo tiene un porqué y nada está dejado al azar. Somos demasiado valiosos para Él.

De todo esto tiene que convencernos el Espíritu.

Él tiene que introducir en nuestra alma el Amor e instruirnos en la Sabiduría de sabernos amados y cuidados por Dios.

Hoy en mi oración de repente me fijé en la inscripción que hay en un confesionario: "Dejaos reconciliar por Dios".

A continuación miré al Crucifijo y pensé "Todo lo hace el Espíritu, nos une a Él y nos convierte si nos dejamos, también ora en nosotros con gemidos inefables".

La oración ha de ser un dejar orar al Espíritu que nos habita y que elimina en nosotros el miedo, porque el miedo es contrario al Amor, y que nos hace vivir en la confianza y en el Abandono.

Así el Espíritu hace realidad las palabras de Jesús "No tengáis miedo".

Es el Espíritu el que hace que no tengamos miedo. Pidámosselo.

María Dolores, virgen consagrada. Archidiócesis de Madrid.



miércoles, 18 de octubre de 2017

LA ESCUCHA DEL CORAZÓN ❤❤🙏🏻🙏🏻

19 DE OCTUBRE
Lc 11, 47-54



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En el evangelio de hoy Jesús les echa en cara a los fariseos que sus antepasados habían matado a algunos de los profetas que Dios les había enviado.

Lógicamente, ellos no tenían la culpa de lo que hicieron sus padres. Pero Jesús ve en ellos el mismo fondo: querer eliminar a quien ellos consideraban que les "hacía la competencia".

Pues ellos, más que desear la voluntad de Dios, deseaban el poder y que la gente los siguiera a ellos.

Creo que Jesús les echa en cara lo que hicieron sus padres con los profetas porque veía con dolor que con Él harían lo mismo.

Esa maldad hacía enfadar a nuestro Señor.

Él sabía que a Él también lo iban a matar y que en su corazón retorcido residía el deseo de poner todos los medios para impedir que la gente se le acercara.

Dios Padre envió a los profetas para ayudar a la conversión y por último envió a su Hijo querido para nuestra salvación y ellos lo crucificaron.

Pero Dios lo levantó sobre todo y le dio el Nombre sobre todo Nombre.

El poder de Dios lo exaltó a pesar de haber querido eliminarlo los fariseos.

Odiaban tanto a Jesús que quisieron eliminarlo hasta el punto de que jamás fuera recordado, tal era su odio.

Hoy en nuestra oración tenemos que decirle a Jesús que queremos amarlo y hacer lo posible para que otros lo amen.

Y que agradecemos nuestra redención.

Hoy también es un día para confiar.

A pesar de los obstáculos al final se impone el Amor de Dios.

María Dolores, virgen consagrada. Archidiócesis de Madrid.


martes, 17 de octubre de 2017

LA ESCUCHA DEL CORAZÓN ❤❤🙏🏻🙏🏻

18 DE OCTUBRE
Lc 10, 1-9



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A Jesús le gusta el símil entre la Iglesia y un campo.

Él, que es el dueño de la finca, cuando llega la cosecha, busca trabajadores para realizar el trabajo.

"La mies es abundante y los obreros pocos" nos dice.

Así hemos de sentirnos, como trabajadores que Jesús necesita para colaborar, no en la siembra, eso ya lo hace Él, sino en la recogida del fruto.

En el evangelio de hoy Jesús envía a sus discípulos.

Su misión es decirle a la gente "El reino de Dios ha llegado a vosotros".

Para poder decirles eso, tenemos que llevar el reino de Dios en el corazón.

Jesús dijo que, a quien le amara, su Padre y Él vendrían a su alma y vivirían allí.

Ése es el Reino de Dios: la Trinidad que nos habita.

Para mostrar a los demás el Reino, tienen que ver personas enamoradas de Jesús.

Tienen que ver personas que viven la mansedumbre en medio de las dificultades: "Os envío como corderos en medio de lobos".

Tienen que ver personas que, viviendo con naturalidad, no estén apegadas a este mundo: "No llevéis bolsa ni alforja ni sandalias".

Para que venga el Reino de Dios, Él tiene que reinar en cada corazón.

Mostremos que ya reina en el tuyo y en el mío.

Y escuchemos a Jesús, que nos habla en el interior.

PON A LA ESCUCHA EL CORAZÓN ❤

María Dolores, virgen consagrada. Archidiócesis de Madrid.


lunes, 16 de octubre de 2017

LA ESCUCHA DEL CORAZÓN ❤❤🙏🏻🙏🏻

17 DE OCTUBRE
Lc 11, 37-41



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Jesús les dijo a los fariseos "Limpiáis la copa y el plato pero por dentro rebosáis de rapiña y de maldad".

Los judíos tienen que cumplir muchas normas relacionadas con la limpieza. Se esfuerzan en limpiar todos los utensilios de cocina y en lavarse  las manos con pulcritud. En tiempos de Jesús se esmeraban en cumplir estos preceptos especialmente los fariseos.

Sin embargo al Señor le llamaba la atención que no se preocuparan por tener la misma pulcritud en su alma.

Se entendía la purificación más bien como algo externo, no entendían que lo que realmente ensucia al hombre radica en su interior.

Jesús les dice "Dad limosna de lo de dentro y lo tendréis limpio todo".

Lo que les quería decir es que, si rectificaran y no fueran avariciosos, estarían haciendo una auténtica limpieza en su interior.

Hoy Jesús nos pide que entendamos que es nuestro corazón lo que Él quiere, que desea habitar en nuestra alma y que estará muy a gusto en un alma llena de amor.

Tenemos que limpiar cuerpo y alma pero teniendo claro que limpiar el cuerpo no purifica el alma ni viceversa, pues son partes de nuestro ser que pertenecen a órdenes diferentes.

Es en el interior donde suceden los grandes hechos de la vida de una persona: las decisiones, los actos de amor, las rectificaciones y las conversiones.

También los pecados se fraguan en el interior.

Es nuestro interior lo que tenemos que examinar y convertir.

Porque es en el interior donde nos jugamos todo y porque es nuestro corazón lo que Dios quiere.

PON A LA ESCUCHA EL CORAZÓN ❤

María Dolores, virgen consagrada. Archidiócesis de Madrid.


domingo, 15 de octubre de 2017

LA ESCUCHA DEL CORAZÓN ❤❤🙏🏻🙏🏻

16 DE OCTUBRE
Lc 11, 29-32



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Jesús en el evangelio de hoy se muestra enfadado y dolido porque mucha gente pedía un signo.

Se sobreentiende que pedían un signo para saber si Él era el Mesías.

Jesús ya les había dado muchos signos y pedían otro.

Creo que en nuestra debilidad a veces podemos necesitar signos.

A la hora de tomar una decisión o ante una situación delicada o conflictiva, quizá necesitamos signos para saber cuál es el camino y cuál es la voluntad de Dios y cómo debemos actuar.

A veces no nos basta con hacer oración y hablar con un sacerdote o una consagrada para saber cómo actuar.

A veces también necesitamos un signo.

Algo así como leer unas palabras especialmente iluminadoras o que suceda algo que parezca casual pero que nos toca el corazón, algo que parece una respuesta a nuestras preguntas.

También podemos necesitar un signo para ser confortados en una situación dura.

Creo que, si pedimos un signo con humildad, con rectitud de intención, mostrando nuestra necesidad o nuestra debilidad, el Señor lo entiende.

Creo que lo que no debemos hacer es abusar de los signos, tenemos que reservarlos para situaciones concretas, porque también la fe hay que vivirla en la desnudez de los sentidos  y confiados en la Palabra y en el Amor de Dios.

Para cualquier cosa que Dios nos pida, nos dará las gracias que necesitemos.

A veces, si no vemos, es porque tenemos que hacer más oración o tener paciencia y crecer en fe y esperanza.

O porque Jesús quiere purificar nuestra fe sin signos ni sentimientos.

A veces podemos pedir un signo pero sobre todo hay que tener A LA ESCUCHA EL CORAZÓN ❤ para entender lo que Jesús nos comunica e interpretar la realidad con visión sobrenatural.

A veces podemos pedir un signo si lo necesitamos pero muchas veces lo que Jesús nos pide es que cojamos la cruz y nos entreguemos.

Otras veces, invocando al Espíritu, simplemente tenemos que hacer una lectura creyente de la realidad.

Para ello tenemos que poner A LA ESCUCHA EL CORAZÓN ❤

María Dolores, virgen consagrada. Archidiócesis de Madrid.


sábado, 14 de octubre de 2017

LA ESCUCHA DEL CORAZÓN ❤❤🙏🏻🙏🏻

15 DE OCTUBRE
DOMINGO XXVIII T.O.
Mt 22, 1-14



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Jesús nos dice que el reino de los cielos se parece a un rey que celebraba la boda de su hijo.

Preparó un banquete pero los convidados no quisieron asistir.

Entonces decidió invitar a los que se encontraran por los caminos.

Cuando entró en la sala del banquete, no le gustó ver a un invitado sin el traje de fiesta y mandó que lo expulsaran.

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El Rey de los cielos, Dios Padre, celebra por toda la eternidad la Boda de su Hijo.

Jesús se ha desposado en la cruz con la humanidad, con cada persona concreta.

Esto significa que desea una unión total, íntima y profunda con cada hombre y con cada mujer, una unión eterna con fidelidad y correspondencia amorosas.

Esta llamada a vivir este desposorio con el Hijo de Dios la sentimos y vivimos especialmente las personas consagradas.

Dios Padre celebra por toda la eternidad la Boda de su Hijo.

La celebra en cada Eucaristía, que es al mismo tiempo desposorio, boda y banquete, todo al mismo tiempo.

El Padre celebra esta Boda en el Cielo, que es una Eucaristía-Boda eterna.

Estamos todos invitados a las Bodas del Hijo. El Pueblo de Dios es al mismo tiempo invitado y contrayente.

Todos los días me desposo con el Hijo de Dios. En la Consagración Él se entrega y yo me entrego. En la Comunión se consuma la entrega.

La vida se convierte en entrega y la Eucaristía se hace vida, y a su vez la vida se convierte en espera entre una Eucaristía y otra.

Entre una Eucaristía y otra doy gracias por mi vocación contemplativa y deseo que mi unión con Jesús fructifique en hijos para Él.

En la Eucaristía celebramos el desposorio de Jesús y nos unimos a la celebración eterna del Cielo.

La Eucaristía es la celebración del Amor eterno, unidos los que estamos en el tiempo a la celebración de los que ya están en la eternidad.

Igual que Jesús dijo que se iba a prepararnos un sitio, también le pedimos que nos prepare un vestido adecuado para la celebración de bodas de la eternidad. También le pedimos que nos hagamos dignos de ese vestido.

¡ Qué hermoso es entender y vivir la vida como una Boda! ... Es algo que colma todos los anhelos...

María Dolores, virgen consagrada. Archidiócesis de Madrid.



LA ESCUCHA DEL CORAZÓN ❤❤🙏🏻🙏🏻

14 DE OCTUBRE
Lc 11, 27-28



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"Una mujer levantó la voz y le dijo a Jesús: "Bienaventurado el vientre que te llevó y los pechos que te criaron"".

Diciéndole a Jesús esa expresión, esa mujer le estaba hablando de su madre.

Nosotros también la llamamos Bienaventurada, Madre de Dios y Madre nuestra.

Somos hijos de Dios, hijos en el Hijo, y hermanos de Jesús, y la Madre del Hijo de Dios también nos adopta como hijos, hermanos de su Hijo.

Ella se encontró en la Cruz con que su Hijo estaba ofreciendo al Padre a todos los hombres como hermanos, y nos adoptó como hijos.

Somos hermanos de Cristo, hijos adoptados por el Padre a precio de la Sangre del Hijo.

Nos adopta Dios Padre y también nos adopta la Madre.

Jesús asoció a su Madre a su entrega en la cruz, y Ella, entregando al Hijo, se convirtió en madre nuestra.

Ella es la Madre de Dios, la mujer virgen consagrada, contemplativa y discreta, que nos lleva en el corazón como madre.

Por el Misterio Pascual su Hijo nos vincula a Ella como hijos, nos convertimos realmente en hijos suyos porque su virginidad queda asociada a la Cruz y porque su identificación con su Hijo es total y porque está PLENA de Gracia.

Su Maternidad es el fruto de la vid. Unida a su Hijo, dio como fruto la maternidad de los hombres, porque no cabía más santidad en Ella.

Su Maternidad es proporcional a su unión con Cristo.

Ella nos introduce en el Corazón de su Hijo si se lo pedimos.

Por tanto nos introduce en la Iglesia.

Estos misterios son muy profundos y damos gracias porque se nos haya hecho partícipes de ellos a nosotros, que somos una motita de polvo.

PON A LA ESCUCHA EL CORAZÓN ❤

María Dolores, virgen consagrada. Archidiócesis de Madrid.


jueves, 12 de octubre de 2017

LA ESCUCHA DEL CORAZÓN ❤❤🙏🏻🙏🏻

13 DE OCTUBRE
Lc 11, 15-26



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En el evangelio de hoy Jesús habla de la expulsión de demonios.

Jesús había expulsado un demonio y algunos decían que lo hacía por arte del demonio.

Jesús les hace ver que es poco inteligente decir esto, pues el demonio no va a luchar contra sí mismo.

Todo su interés es adueñarse de las personas y que caigan bajo su dominio, para que no sigamos a Jesús ni nos dejemos poseer por Él.

Ése es satanás, el que va directamente contra Dios, mientras que Dios envía a su Hijo precisamente para librarnos de ese monstruo que es el demonio.

Creo que es muy importante que tomemos conciencia de esto.

El demonio existe y busca arrebatarnos la felicidad apartándonos del Señor.

Es muy curioso este evangelio justo en el día del centenario del milagro del sol.

Porque la Virgen se apareció en Fátima para recordarnos que tenemos que convertirnos y entregarle nuestro corazón a Jesús.

Ella, que es la que le pisa la cabeza a la serpiente demoníaca, nos recuerda en Fátima que tenemos que entregarnos a Jesús y confiar en Ella y en su Corazón Inmaculado.

No debemos temer pero sí ser muy prudentes porque el demonio está empeñado en arrebatarnos de las manos de Dios, sólo por ir contra Dios.

El demonio sabe cuánto nos ama Dios y quiere que no seamos de Cristo sólo por ir contra Dios. Es la pura maldad.

No debemos temer porque el poder de Dios está por encima de todo.

Pero sí ser prudentes y protegernos con la Gracia que recibimos en los sacramentos y en la oración y con el ayuno y la respuesta generosa.

Ayuno que no tiene que ser sólo de comida, pues "no sólo de pan vive el hombre", sino de todo aquello que nos impide tener A LA ESCUCHA EL CORAZÓN ❤

Para no caer bajo el poder de satanás, Jesús nos ha dado un camino seguro: la consagración al Corazón de su Madre. Ella prometió en Fátima que su Inmaculado Corazón vencería.

María Dolores, virgen consagrada. Archidiócesis de Madrid.


miércoles, 11 de octubre de 2017

LA ESCUCHA DEL CORAZÓN ❤❤🙏🏻🙏🏻

12 DE OCTUBRE
Lc 11, 27-28



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"Bienaventurados los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen"

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Jesús ha prometido la felicidad a los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen.

Esto es, a los que meditan la Palabra de Dios e intentan hacer en su vida lo que el Espíritu les inspira.

Jesús nos ha prometido la felicidad por este camino. Muchas veces se prueban cosas para ser feliz, probemos esto.

Estoy convencida de que llevar una vida de oración es lo único que da felicidad, porque deja una paz y una seguridad que nadie puede dar.

Te pone el sentimiento de ser cuidada y protegida y te asienta en la confianza de que todo encaja y de que Él se ocupa de todo.

No nos quita la cruz pero sentimos que Él está en ti y en mí y la lleva.

Las palabras de Cristo "Bienaventurados los que escuchan la Palabra de Dios" nos invitan a abrir el corazón en la oración y a PONERLO A LA ESCUCHA ❤

No se trata sólo de leer la Palabra de Dios sino de leerla pensando qué me quiere decir Jesús.

Él quiere que seamos hombres y mujeres del Espíritu, que viven atravesados por Él, cuyo día está atravesado por su santa inspiración, cuya presencia nos conforta misteriosamente y sin palabras.

Hoy se nos pide escuchar la Palabra y cumplirla como santa María.

PON A LA ESCUCHA EL CORAZÓN ❤

María Dolores, virgen consagrada. Archidiócesis de Madrid.



martes, 10 de octubre de 2017

LA ESCUCHA DEL CORAZÓN ❤❤🙏🏻🙏🏻

11 DE OCTUBRE
Lc 11, 1-4



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Los discípulos le pidieron a Jesús que les enseñara a orar: "Señor, enséñanos a orar".

Y Jesús les enseñó el padrenuestro.

Les enseñó a dirigirse al Padre con confianza, llamándolo Padre.

Muchas veces en la oración hablamos de nosotros mismos, y hay que hacerlo.

Sin embargo Jesús enseñó que antes que ninguna otra cosa tenemos que tratar a Dios con respeto, mostrándole amor, dirigiéndonos a Él con la debida reverencia: "Santificado sea tu nombre".

Es muy importante desagraviar por tantas personas que le ofenden y que blasfeman.

También le mostramos en el padrenuestro nuestro deseo de que Él sea amado y conocido: "Venga a nosotros tu reino".

Y le expresamos nuestro deseo de ser santos: "Hágase tu voluntad", porque nada es mayor indicio de santidad que desear sinceramente que se cumpla la voluntad de Dios y amar la voluntad de Dios.

Muchas veces olvidamos en la oración personal mostrarle a Jesús nuestro respeto y reverencia como lo hacemos en el padrenuestro.

Nos dedicamos a pedir, cosa legítima y que también hay que hacer: "Danos nuestro pan". En esta petición se compendian todas nuestras peticiones materiales.

A continuación solicitamos en el padrenuestro bienes espirituales, pedimos perdón: "Perdona nuestras ofensas". Lo hacemos poniendo como argumento el perdón que nosotros damos a los demás: "Como nosotros perdonamos a los que nos ofenden".

Pedimos también no caer en la tentación. Es una forma de expresar humildad y deseo de santidad.

Y, por último, que nos libre de todo mal.

Demos gracias a Dios por poder rezar esta oración que el propio Jesús nos enseñó.

María Dolores, virgen consagrada. Archidiócesis de Madrid.


lunes, 9 de octubre de 2017

LA ESCUCHA DEL CORAZÓN ❤❤🙏🏻🙏🏻

10 DE OCTUBRE
MARTES XXVII T.O.
Lc 10, 38-42




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El evangelio de hoy describe el pasaje en el que Jesús está en casa de Marta y María y, mientras Marta se dedica a las tareas del hogar, su hermana está sentada a los pies del Señor escuchándole.

Marta se queja de tener que trabajar sin ayuda y Jesús le dice "Andas inquieta y preocupada por muchas cosas y sólo una es necesaria. María ha escogido la parte mejor y no le será quitada".

Me llama la atención que María se sienta a escuchar al Señor y está escogiendo lo mejor y, sin embargo, en el presente, muy pocos se ponen junto al Sagrario a escuchar al Señor.

¿Por qué sucede esto, si escuchar al Señor y orar son la misma cosa?

Mucha gente  rehúsa la oración o se excusa o la pospone y sin embargo María lo prefirió, Jesús no se lo censuró y Marta lo veía como una especie de "privilegio", algo que alejaba a su hermana de ayudarla y sobrecargaba a Marta.

No estamos justificando que no se ayude a los demás o que no se colabore en las tareas domésticas.

Lo que resulta curioso es que no tengamos el mismo deseo de escuchar a Jesús que tenía María, que muchas personas no vean la oración como un escuchar al Señor, que lo vean como algo tedioso y aburrido, que no se pongan a la escucha, cuando el Jesús del Sagrario y el Jesús que hablaba a María son el mismo.

Tenemos que cumplir nuestras tareas pero al mismo tiempo ver con sana envidia a María escuchando a Jesús y desear imitarla escuchando a Jesús ante un Sagrario.

No tendríamos que ver tanta diferencia, tenemos que orar ante el Señor y su Espíritu nos hará escuchar sus palabras. Pidámoslo antes de orar.

No olvidemos que la oración es la parte mejor, porque estar con Jesús y escucharle es lo mejor.

PON A LA ESCUCHA EL CORAZÓN ❤

María Dolores, virgen consagrada. Archidiócesis de Madrid.


domingo, 8 de octubre de 2017

LA ESCUCHA DEL CORAZÓN ❤❤🙏🏻🙏🏻

9 DE OCTUBRE
LUNES XXVII T.O.
Lc 10, 25-37



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En el evangelio de hoy se nos presenta la parábola del hombre que fue apaleado en un camino y fue atendido por un samaritano, después de que un sacerdote y un levita pasaran de largo al verlo.

Hoy se nos pide que reflexionemos sobre el Amor a Dios y al prójimo.

Continuamente aparecen en el evangelio las clases sociales de la época. Se conoce que las diferencias entre unos y otros estaban muy marcadas.

El sacerdote y el levita eran personas muy bien consideradas, mientras que los samaritanos eran considerados personas medio paganas, poco o nada ortodoxos, una especie de infieles e idólatras.

Jesús parece querer decirnos todo el tiempo que tenemos que deshacer los prejuicios, que una cosa es lo que la gente piensa y otra muy distinta la persona concreta, su corazón, su verdadero fondo.

Jesús siempre va a la persona, a su alma, a su verdadero fondo.

La cuestión de hoy es quién es nuestro prójimo.

El hombre apaleado era prójimo del sacerdote, del levita y del samaritano, porque todos se encontraron con él. Pero sólo el samaritano lo trató como prójimo.

El prójimo en realidad lo decidimos cada uno.

Uno puede decidir si alguien es su prójimo o no.

Según cómo tengamos de grande el corazón, tendremos muchos o pocos prójimos.

Deberíamos decidir que los prójimos de Jesús son nuestros prójimos. Así tendríamos a todo el mundo en el corazón.

Esto, por supuesto, no es decisión nuestra. El Espíritu Santo tiene que meternos esto en el corazón, tiene que ordenar en nosotros el Amor.

Tenemos que ser transformados en la oración y en los sacramentos, para que nuestro corazón se agrande y Jesús pueda amar en ti y a través de ti.

También tenemos que deshacer los prejuicios.

Conozco a una persona a la que un grupo formado por un sacerdote y unas consagradas le hicieron acoso durante años.

La dejaron apaleada y medio muerta y pasaron de largo.

Y personas que no son tan devotas curaron sus heridas con la amistad.

Estas cosas también hay que pensarlas delante del Señor. No sólo hay que hacer obras de misericordia sino que también hay que ser sencillamente buenas personas.

A veces no solo hay que poner A LA ESCUCHA EL CORAZÓN ❤ sino dejarlo un buen rato en remojo delante del Sagrario para que se le caigan todas las costras y se remojen bien todos los pecados.

Y, si tenemos heridas, para que nuestro Jesús, nuestro Samaritano, nos las cure.

Pidamos al Espíritu que nos introduzca a todos los prójimos en el corazón.

O que nos introduzca en el Corazón de Cristo para que se nos revelen los misterios de su Amor.

O que nos haga Eucaristía para que seamos en la Iglesia el Amor, como santa Teresa del Niño Jesús.

María Dolores, virgen consagrada. Archidiócesis de Madrid.

sábado, 7 de octubre de 2017

LA ESCUCHA DEL CORAZÓN ❤❤🙏🏻🙏🏻

8 DE OCTUBRE
DOMINGO XXVII T.O.
Mt 21, 33-43



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Jesús cuenta la parábola del dueño de la viña, que arrendó la viña a unos labradores y, pasado un tiempo, envió criados para recibir los frutos.

Pero los labradores a uno lo mataron y a otros dos les dieron una paliza.

El dueño envió más criados y los labradores hicieron lo mismo.

Por último, el dueño envió a su hijo y con éste se portaron aún peor, pensaron que, por ser el heredero, podían quedarse con la herencia.

En el tiempo de Jesús, cuando Él contó esta parábola, se refería a los profetas enviados por Dios y maltratados por los judíos, mientras que el hijo enviado por el dueño, que los labradores matarían, era Él mismo.

Hoy tenemos que preguntarnos qué nos está queriendo decir Jesús.

La viña claramente es la Iglesia.

Se nos ha entregado a los bautizados la Iglesia, Expresión del Amor de Dios, para que demos fruto.

A unos se nos va a exigir más responsabilidad que a otros pero la Iglesia es de todos, se nos ha entregado a todos, porque es de los hijos de Dios, que somos todos.

Esto tiene que llevarnos a pensar delante del Señor qué fruto estamos dando.

¿ Frutos de amor, de oración, de evangelización?

¿ O vivimos guardándonos lo que Dios nos da, centrados en nuestro yo, como una pequeña reunión, arropados junto al brasero con las faldas de la mesa camilla?

¿Tenemos mirada universal o mirada provinciana?

Hay una cosa que me llama mucho la atención de este evangelio. Es el sentido de la propiedad.

El problema de los labradores es que se creían que la viña era suya y trabajaban para sí mismos, no para su señor.

No querían darle los frutos al dueño, porque los querían para sí.

Esto me parece muy iluminador.

Me duele cuando veo que hay personas que actúan así, como si la Iglesia fuera suya.

No es nuestra, es de Dios.

Y lo que trabajemos y los frutos que demos son para Él, para que Él sea amado.

Tenemos que hacer la voluntad de Dios porque la Iglesia es de Dios, no es nuestra.

A veces he visto personas que hacen lo que quieren sin hablarlo, se ponen a mandar sin tener encargo ni cargo, y te lo justifican. Si se lo dices, hacen contigo lo mismo que los labradores con los criados del dueño o con su propio hijo.

Creo que tenemos que pensar si actuamos como si la Iglesia fuera nuestra. O como humildes servidores que entregan los frutos y no buscan apoderarse de ningún mérito ni de ninguna gloria ni buscan tampoco hacer su voluntad por encima de todo.

Es muy importante ser personas de oración para que el Espíritu nos cambie el corazón.

Entonces recibiremos luces y seremos desprendidos de nosotros mismos y no buscaremos mandar mas que si se nos da esa responsabilidad.

PON A LA ESCUCHA EL CORAZÓN ❤

Pidamos sentir a la Iglesia como lo que es, una Institución divina.

María Dolores, virgen consagrada. Archidiócesis de Madrid.



viernes, 6 de octubre de 2017

LA ESCUCHA DEL CORAZÓN ❤❤🙏🏻🙏🏻

7 DE OCTUBRE
FIESTA DE NUESTRA SEÑORA LA VIRGEN DEL ROSARIO
Lc 1, 26-38



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La Iglesia nos ofrece hoy el precioso evangelio de la Anunciación y la Encarnación.

Escuchemos o leamos con gratitud, reverencia y espíritu contemplativo.

El Cielo y la tierra se unen de forma admirable: un arcángel viene de parte de Dios y le anuncia a una mujer virgen que va a ser Madre de Dios por obra del Espíritu Santo.

Es la obra más grande del Espíritu Santo.

Era como decirle a santa María que el Amor de Dios se iba a volcar en Ella hasta desbordarla.

Más Amor de Dios imposible.

La Trinidad se preparó un Cielo en Santa María.

El Padre deposita en Ella su complacencia, el Espíritu la llena de gracia, el Padre se recrea en su Obra, la mira, la ama, la ve llena de gracia.

María dice sí, el Espíritu desciende sobre Ella y el Hijo de Dios se encarna en el Cielo de su vientre.

Ella tenía que ser virgen para asemejarse al Cielo lo más posible, allí donde ya no se buscará ni marido ni esposa porque viviremos como ángeles.

La Trinidad se preparó un Cielo en Santa María.

El amor de María hizo de su vientre un Cielo para su Hijo.

Gracias a Ella pudo venir Dios al mundo a amarnos, como deseaba desde toda la eternidad.

"Mis delicias es estar con los hijos de los hombres".

Con cada avemaría le mostramos a María nuestro cariño y gratitud y rememoramos la Anunciación y Encarnación. Recemos muchos rosarios.

María Dolores, virgen consagrada. Archidiócesis de Madrid.

jueves, 5 de octubre de 2017

LA ESCUCHA DEL CORAZÓN ❤❤🙏🏻🙏🏻

6 DE OCTUBRE
VIERNES XXVI T.O.
Lc 6, 13-16



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Jesús se muestra dolido con ciudades como Corozaín, Betsaida o Cafarnaún, ciudades en las que se entregó mucho y sin embargo no se convertían.

Esto podemos trasladarlo a nuestra propia vida.

También en ti, en tu persona, en tu vida, Jesús ha hecho muchos milagros, ha puesto personas en tu vida que te han ayudado, te ha dado gracias y luces para tu vida, te ha cuidado mostrándote el camino hacia Él.

Y quizá tú y yo no respondemos con generosidad.

No sólo no hacemos lo que Él espera de nosotros, quizá ni siquiera nos ponemos en su Presencia para averiguarlo.

Quizá tu corazón se ha acostumbrado a la frialdad, no está habituado a la oración y, como suele decirse, el roce hace el cariño.

Quizá Jesús está dolido y espera una conversación especial entre tú y Él.

Cuando lo trates con asiduidad, el corazón se habituará a su Presencia y en seguida reconocerás su sentir y su obrar en ti.

También reconocerás en seguida lo que Jesús piensa y lo que le sucede, que normalmente será que sufre por no se amado y porque no te entregues a Él y a todos.

El corazón se habitúa al Amor con el trato. PON A LA ESCUCHA EL CORAZÓN ❤

María Dolores, virgen consagrada. Archidiócesis de Madrid.