*LA ESCUELA DEL ESPÍRITU SANTO*
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31 de octubre de 2022
Las lecturas de hoy nos animan a *no ser personas interesadas* .
El Evangelio nos pide que no invitemos a comer a amigos y familiares, que nos pueden devolver la invitación, sino a pobres y lisiados, que no nos pueden devolver la invitación. Dice así: *"Cuando des una comida o una cena, no invites a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a los vecinos ricos; porque corresponderán invitándote,* *y quedarás pagado. Cuando des un banquete, invita a pobres, lisiados, cojos y ciegos; dichoso tú, porque no pueden pagarte; te pagarán* *cuando resuciten los justos.»*
Evidentemente, en realidad no se nos está pidiendo de forma literal que no invitemos a familiares y amigos, esto no sería evangélico; *lo que se nos está queriendo decir es que no seamos personas interesadas, que actúan por lo que van a recibir a cambio* .
La Carta a los filipenses nos lo dice claramente: *"No os encerréis en vuestros intereses, sino buscad todos el interés de los demás."*
Del mismo modo, el Salmo 130, en esta línea de no ser personas interesadas, nos aconseja ser humildes y no ser pretenciosos.
Normalmente, la soberbia y la vanidad son el caldo de cultivo de las personas interesadas. Por eso el Salmo 130 nos aconseja pedirle a Dios ser humildes y sencillos: *"Señor, mi corazón no es ambicioso, ni mis ojos altaneros; no pretendo grandezas que superan mi capacidad."*
Normalmente, la persona soberbia no ve en los demás a personas que hay que respetar sino que ve en las personas medios para obtener fines, de ahí que el ser soberbio y el ser interesado son cosas que suelen ir unidas, como dos caras de la misma moneda.
Por tanto, es muy necesario que seamos humildes, como nos aconseja la Carta a los filipenses: *"No obréis por rivalidad ni por ostentación, dejaos guiar por la humildad y considerad siempre superiores a los demás."*
María Dolores, virgen consagrada, archidiócesis de Madrid 💘🙏🏻