LA ESCUCHA DEL CORAZÓN ❤🙏🏻

1 DE JULIO
Mc 5, 21-30.33-43

El evangelio de hoy nos pondera grandemente la virtud de la fe.

Este evangelio nos cuenta que Jesús realiza dos milagros.

El primero lo realiza sin intención: una mujer enferma de hemorragias se acerca por detrás y le toca el manto. Jesús, al sentir que sale una fuerza de Él, se vuelve y le dice a la mujer: "Tu fe te ha salvado".

El otro milagro es la resurrección de una niña, la hija de Jairo, jefe de la sinagoga. Cuando se dirigían hacia la casa a curarla, llega el aviso de que había muerto, pero Jesús le dice a Jairo: "No temas, basta que tengas fe". A continuación Jesús llega a la casa y resucita a la niña.

El evangelio de hoy nos invita a confiar en Jesús más allá de toda esperanza y cuando ya no hay esperanza.

La mujer enferma de hemorragias había gastado todo su dinero en médicos y no sólo no se había curado sino que había empeorado.

Curar a la hija de Jairo era imposible, porque había muerto, sin embargo Jesús le pide a su padre que tenga fe.

Hoy se nos pide también a nosotros que tengamos fe.

Siempre se nos pide que tengamos fe pero hoy se nos pide que la tengamos cuando ya hemos puesto medios y no ha habido solución y cuando todo está perdido y no hay nada que hacer.

Hoy se nos pide que entonces - antes también pero concretamente en esos momentos - cuando ya no hay, humanamente hablando, nada que hacer, se nos pide que sigamos confiando.

Esto sólo es posible si llevamos una vida de frecuencia de sacramentos y de oración.

Pues sostener una fe sin ninguna esperanza supone que toda la Esperanza está en Dios y esto lo hace el Espíritu en la oración.

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María Dolores, virgen consagrada. Archidiócesis de Madrid.

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30 DE JUNIO
Mt 8, 5-17

El evangelio de hoy nos cuenta que un centurión se acercó a Jesús para rogarle que curara a su criado enfermo.

También le dijo que no hacía falta que fuera a su casa, que bastaba con que lo dijera de palabra - que su criado se curara -.

Jesús elogia al centurión con estas palabras: "En verdad os digo que en Israel no he encontrado en nadie tanta fe". Y añadió "Vendrán muchos de oriente y de occidente y se sentarán con Abraham, Isaac y Jacob en el reino de los cielos".

Me parecen muy bonitas y reveladoras estas palabras, pues se ve que en el Corazón de Jesús ya estaba el abrir su Iglesia a todos los hombres, establecer una Nueva Alianza con todo el Pueblo de Dios, abriendo los brazos a todos los pueblos, que ahora serían Pueblo de Dios.

Nosotros también tenemos que tener ese corazón universal de Cristo y sentir a todos los hombres como hermanos, miembros de la Familia de los hijos de Dios, hermanos en Cristo e integrados por el bautismo en su Iglesia.

El evangelio de hoy nos pide que tengamos corazón universal y que no rechacemos a nadie a priori: el centurión era romano y demostró tener gran fe y grandísimo respeto por Jesús.

Del mismo modo, muchas personas pueden tener un abismo de generosidad en su corazón y nos sorprenderían.

Tenemos que ser prudentes, pues el pecado existe, pero al mismo tiempo no dejar nunca de creer en la bondad de las personas, pues pueden sorprendernos.

María Dolores, virgen consagrada. Archidiócesis de Madrid.

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28 DE JUNIO
Mt 7, 21-29

El evangelio de hoy me parece sorprendente porque dice que no vale de nada echar demonios e incluso hacer milagros en nombre de Jesús si no hacemos la voluntad de Dios.

Sinceramente tengo que decir que si no lo pusiera el mismísimo Evangelio no lo creería.

¿Alguien podría pensar que se pueden echar demonios y se pueden hacer milagros y que esa persona no está haciendo la voluntad de Dios?

Pues lo dice el mismo Jesús:

Dice el evangelio que pueden llegar personas que le digan "¿No hemos profetizado en tu nombre y en tu nombre echado demonios y no hemos hecho milagros en tu nombre?" Y Él puede contestar "No os conozco".

Me parece fortísimo.

En primer lugar porque se nos deja bien claro la importancia de hacer la voluntad de Dios, sea la que sea.

Y por otra parte, me llama muchísimo la atención que puede haber personas que estén haciendo cosas extraordinarias pero que no son la voluntad de Dios, o que puede haber personas que hacen cosas extraordinarias pero ellas en su vida no hacen la voluntad de Dios.

El evangelio de hoy creo que tiene que llevarnos a pensar en la oración si hacemos la voluntad de Dios.

También tiene que llevarnos a confiar en Dios por encima de todo.

Dios en su misericordia puede servirse de personas para hacer grandes cosas pero no me gustaría que un día me dijera que no me conoce, por no haber hecho su voluntad.

Tratemos a Jesús en la oración. Así sabremos su voluntad y nunca podrá decirnos "No te conozco".

Pidamos al Espíritu que nos libre de llevar "una doble vida".

María Dolores, virgen consagrada. Archidiócesis de Madrid.

LA ESCUCHA DEL CORAZÓN ❤🙏🏻

27 DE JUNIO
Mt 7, 15-20

En el evangelio de hoy Jesús nos advierte de los falsos profetas, es decir, de las personas que o bien nos hablan en nombre de Dios pero en realidad no vienen de parte de Dios.

O bien sí las ha enviado Dios pero se han pervertido con el tiempo, buscando no el reino de Dios sino el reino de este mundo, con lo que implica de poder y de riqueza material.

Jesús nos da dos señales para reconocer a los falsos profetas: una es su falsedad - bajo una apariencia de inocencia esconden intenciones poco rectas -, la otra es su falta de fruto: sus seguidores son escasos o, del mismo modo que ellos mismos, no viven el Evangelio.

También puede suceder que los falsos profetas tengan muchos seguidores y los buenos profetas tengan pocos, pues a veces Dios permite la humillación de sus elegidos.

En cualquier caso, hemos de estar atentos, pedir luces al Espíritu, ser prudentes.

Sobre todo hemos de ser humildes y honestos, pues sólo el que vive en la verdad reconocerá cuándo ésta falta.

También es bueno pedir consejo a quien nos conoce bien, para contrastar con rectitud aquello que pensamos.

En cualquier caso recemos por la Iglesia, para que sea santa en todos sus miembros y para que no busquemos más que la santidad.

No debemos escandalizarnos por el pecado, porque éste existe, tampoco creer que todo es bueno y perfecto o que todo está mal, ni lo uno ni lo otro.

Hemos de ser prudentes y buscar la verdad con rectitud.

María Dolores, virgen consagrada. Archidiócesis de Madrid.

LA ESCUCHA DEL CORAZÓN ❤🙏🏻

26 DE JUNIO
Mt 7, 6.12-14

Dijo Jesús: "¡Qué estrecha es la puerta y qué angosto el camino que lleva a la vida!".

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Estas palabras de Jesús las expresó muy bien San Juan de la Cruz cuando dijo "Para ir adonde quieres, has de ir por donde no quieres".

Las expresó así de bien porque las vivía, y, cuando uno vive algo, de la abundancia del corazón habla la boca.

San Juan de la Cruz seguía el camino de la santidad evangélica, que no es ni fácil ni cómodo, pero sin embargo lleva a la vida.

Es el mismo camino que siguió Jesús - pues no hacemos otra cosa que seguirlo a Él, que va delante, y al cual seguimos todos - cuando cogió la Vía Dolorosa y cargó con la cruz, la cual, por su fidelidad, nos llevó, y nos sigue llevando, a la Vida.

Hoy la Iglesia nos pide que nos abracemos a nuestras cruces - siempre las hay - y cojamos el Camino de la Cruz.

Jesús será nuestro cirineo, María nos acompañará hasta la oblación y quizá alguna Verónica nos limpie el rostro.

Todas estas palabras son bonitas pero al vivirlas nos encontramos que la realidad es costosa.

Cuando tenemos que aceptar y vivir con injusticias, calumnias, enfermedades, incomprensiones, adversidades, ingratitudes... a veces no es fácil ver la Vía Dolorosa y la cruz y a Jesús y a María...

A veces he tenido la impresión durante años y años, y sigo teniéndola, de estar crucificada interiormente, literalmente puesta en una cruz y sintiendo que Dios me ha abandonado.

Sabes por la fe que no es así pero eso es lo que sientes.

No te salen las palabras ni eres capaz de decir nada, sólo te sale - y sientes que el Espíritu lo hace en ti, porque tú no te ves capaz - una oración de ofrecimiento callado, que es como un grito a la vez ensordecedor y silencioso.

No ves ni sientes nada. Sólo sabes que María está allí, como una luz en la noche, como un faro en la tempestad.

María Dolores, virgen consagrada. Archidiócesis de Madrid.

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25 DE JUNIO
Mt 7, 1-5

Jesús dijo "No juzguéis"

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El evangelio de hoy nos advierte sobre lo pecaminoso que puede haber cuando nos fijamos en el comportamiento de los demás para sacar unas conclusiones.

Si esas conclusiones no son caritativas podemos estar ofendiendo a Jesús y haciendo un gran mal al hermano.

No digamos ya si esas conclusiones no son ciertas o no están sujetas totalmente a la verdad.

Juzgar a alguien supone conocer todo su interior, sus motivaciones, sus intenciones, su grado de advertencia, sus circunstancias, cosas que sólo Dios sabe.

Podemos ver lo que una persona hace pero no conocemos su interior, así pues, tenemos que dejar un margen de error a nuestro pensamiento, pues podemos equivocarnos.

Siempre al hablar de los demás o pensar en los demás hemos de decir "Esto parece así o así, pero no podemos estar seguros porque no conocemos todo, así que seamos prudentes y no digamos más".

No digamos ya si los actos de los que hablamos los conocemos sólo parcialmente y no personalmente.

Lo contrario a juzgar es dis-culpar. Porque el que juzga suele culpar y el que dis-culpa precisamente porque dis-culpa no juzga.

Dejemos los juicios a Dios y no tengamos la osadía de ponernos en su lugar.

Podemos ver los hechos y pueden no gustarnos pero no podemos pasar la linde de emitir el juicio. Eso se lo dejamos a Dios.

Tampoco podemos actuar como tontos y decir que lo que está mal está bien, pero condenamos los hechos,  no a las personas.

En la oración purificamos la intención.

María Dolores, virgen consagrada. Archidiócesis de Madrid.

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24 DE JUNIO
Lc 1, 57-66.80

El evangelio de hoy relata la elección del nombre de Juan Bautista por parte de sus padres.

Pensaban llamarlo Zacarías pero, para sorpresa de todos, sus padres prefirieron llamarlo Juan, aunque nadie de su familia se llamaba así.

Es muy interesante la relación entre el significado del nombre "Juan" - "fiel a Dios" - y la vida de Juan Bautista, ejemplo de fidelidad a Dios.

Parece que el nombre es un signo de lo que fue la vida de la persona.

Y es que Juan no vivió más que para ser fiel a Dios y hacer la voluntad de Dios.

Siendo él el precursor de Jesús, anunció su venida imitando en la entrega a Aquél al que anunciaba: siendo fiel y cumpliendo la voluntad de Dios. Siendo coherente hasta dar la vida.

Del mismo modo que el propio Cristo vino a este mundo para hacer la voluntad del Padre, Juan Bautista cumplió su cometido de anunciar la venida de Cristo y el fin de la Antigua Alianza de forma fidelísima, imitando a Aquel al que anunciaba, y preparando a todos para su llegada.

Hoy podemos preguntarnos si somos fieles a lo que Dios quiere, si somos fieles cada uno a su vocación, sea la que sea.

Y si vivimos nuestra vocación desde la humildad, pensando que no somos dignos de desatar las sandalias de Jesús.

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María Dolores, virgen consagrada. Archidiócesis de Madrid.

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23 DE JUNIO
Mt 6, 24-34

Este evangelio nos anima a vivir el presente y a no preocuparnos por nada excepto por el reino de Dios y su justicia, es decir, por amar a Dios y al prójimo.

Nos anima a vivir el presente porque Jesús nos dice "No os agobiéis por el mañana, porque el mañana traerá su propio agobio".

En una época en la que abundan los libros de autoayuda, vemos que Jesús nos habla a través del Evangelio con un sentido común impresionante, orientado a nuestra salud psíquica y espiritual.

Lo que sucede es que en el caso del Evangelio no sólo se nos da un buen consejo y a continuación se nos deja huérfanos de una razón más poderosa, sino que se nos dice que vivamos el presente y a continuación el porqué: "Ya sabe vuestro Padre de qué tenéis necesidad".

Es decir, no os agobiéis, vivamos el presente, porque ya Dios cuida de todos y cada uno.

Si cuida de toda la obra de su Creación, de los pájaros, de las flores... ¿Cómo no va a cuidar de los hombres, hijos suyos, hechos a su imagen?

El evangelio de hoy nos anima a vivir el presente y a confiar en Dios, que no quiere decir no hacer nada, no trabajar, no resolver los problemas, no poner medios para conseguir objetivos, Dios nos ha dado cualidades e inteligencia para usarlas para el bien.

Lo que tenemos que hacer es poner en juego las capacidades que Él nos ha dado y confiar en Él.

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María Dolores, virgen consagrada. Archidiócesis de Madrid.

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22 DE JUNIO
Mt 6, 19-23

El evangelio de hoy nos explica diferencias importantes entre los bienes materiales y los bienes espirituales.

Los bienes materiales son perecederos ("la polilla y la carcoma los roen") y pueden sernos arrebatados ("los ladrones abren boquetes y los roban").

En cambio, los bienes espirituales son para siempre y nadie nos los puede arrebatar, son personales e intransferibles.

También nos dice el evangelio de hoy que los bienes materiales son bienes de este mundo mientras que los bienes espirituales son bienes del cielo, es decir, de la eternidad.

Hoy podemos pensar si nuestro corazón está apegado a lo material o si tenemos el corazón puesto en Dios .

Creo que tenemos que ser personas normales, sin rarezas ni extravagancias, ni tan espirituales que parezca que no somos de este mundo, ni tan materiales que el materialismo nos vuelva egoístas y rudos. Personas que usan de lo que necesitan y que disfrutan de lo que Dios les da, con el corazón puesto en Él.

El evangelio de hoy nos dice que donde está nuestro tesoro está nuestro corazón. Si tenemos el corazón en Dios, nuestra preocupación será agradarle y el Espíritu nos hará santos y nos llenará de tesoros espirituales para que Jesús se recree amándonos.

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María Dolores, virgen consagrada. Archidiócesis de Madrid.

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21 DE JUNIO
Mt 6, 7-15

El evangelio de hoy nos expone la enseñanza del padrenuestro por parte de Jesús.

Algunas veces he oído que esta oración es una síntesis de las verdades del cristianismo.

Conviene meditarlo de vez en cuando para que éstas calen en el alma.

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"Padre nuestro, que estás en el cielo"

Dios es nuestro Padre. Démosle gracias por la filiación divina que Jesús nos ganó muriendo por nosotros en la cruz.

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"Santificado sea tu nombre"

Tratemos a Dios con Piedad y con santo Temor de Dios. Pidamos estos dones al Espíritu Santo.

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"Venga a nosotros tu reino"

Que venga la Trinidad a nuestras almas, a nuestras vidas. Que el Espíritu de Amor transforme el mundo y la Iglesia.

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"Hágase tu voluntad en la Tierra como en el Cielo"

Espíritu Santo, transfórmamos hasta la identificación plena con Jesucristo, que sólo desea hacer la voluntad del Padre.

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"Danos nuestro pan de cada día"

Espíritu Santo, convierte nuestro corazón para que confiemos en la Providencia divina, que en todo nos cuida.

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"Perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden"

El perdón es lo más genuino del cristianismo. Espíritu Santo, ordena el perdón en cada uno de nosotros.

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"No nos dejes caer en la tentación"

Espíritu Santo, introduce en nuestro corazón el Amor de Dios, que limpie todo pecado.

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"Y líbranos del mal"

Señor, danos la verdadera libertad, líbranos del mal para que, rescatados del pecado, seamos auténticamente libres.

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María Dolores, virgen consagrada. Archidiócesis de Madrid.

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20 DE JUNIO
Mt 6, 1-6.16-18

El evangelio de hoy nos aconseja que cuando oremos o demos limosna o ayunemos no lo hagamos para ser bien considerados por los hombres, sólo para agradar a Jesús.

Se nos aconseja, si oramos, hacerlo en la habitación, no a la vista de la gente. Si ayunamos,
no presentarnos ante los demás con la cara desencajada y sin habernos arreglado. Y si damos limosna, no pregonarlo.

Sin embargo, también hemos de pensar que, cuando hacemos el bien, no tenemos que disimularlo por lo que vayan a pensar o no pensar los demás.

Lo importante es la intención y, en este sentido, tenemos que sentirnos libres para hacer el bien.

A veces conviene disimular nuestros buenos actos si esto nos ayuda a rectificar la intención, porque, hechos con vanidad, no valen para nada.

Pero también a veces podemos rectificar la intención desde el principio, decirle a Jesús "Esto es para Ti y por Ti", y no esconderlos por lo que los demás vayan a pensar.

Hemos de pensar que quizá ver nuestros buenos actos, hechos con humildad, ayude a otros a ser mejores.

En cambio no les ayudará, sino más bien al contrario, si ven con los hacemos con orgullo y vanidad.

Creo que también les ayudará ver que vivimos con libertad y con naturalidad, con paz y con simplicidad, pues éstos son los signos del Espíritu en una vida entregada.

Hoy la Iglesia nos anima, por medio de este evangelio, a ofrecer a Dios cada día nuestra vida en el silencio del corazón.

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19 DE JUNIO
Mt 5, 43-48

"Amad a vuestros enemigos"

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Jesús nos ha enseñado que hemos de amar a todos, a los que nos aman y a los que no nos aman.

Sabemos también que tenemos mayor obligación de amor con los que tenemos más próximos, que normalmente son los familiares y amigos. También los compañeros de trabajo y los vecinos.

La forma de amar a los enemigos será devolver bien por mal, si convivimos con ellos.

Y siempre rezar por ellos, convivamos o no con ellos.

También evitar habladurías, convivamos o no con ellos.

Muchas veces, por lo menos a mí me sucede,  lo más difícil de amar a los enemigos no es hacer un favor o ser educada o sonreír - eso se hace con ayuda de Dios -, muchas veces lo peor es el malestar en el corazón cuando recuerdas lo que hacen o siguen haciendo.

Ese malestar sólo se cura poniendo el corazón en remojo en la oración. Sobre todo si ha habido ingratitudes y calumnias.

Para amar al enemigo tiene que darse el perdón y, por lo menos en mi caso, lo vivo como un don de Dios, algo que se da en mí si me abandono en Él.

También es cierto que la defensa propia es legítima y que, sin hacer daño a nadie, a veces es prudente tomar distancia prudencial - valga la redundancia - de determinadas personas para no ser heridos y para evitar ofender a Jesús.

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María Dolores, virgen consagrada. Archidiócesis de Madrid.

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18 DE JUNIO
Mt 5, 38-42

Dijo Jesús "No hagáis frente al que os agravia"

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Tenemos que intentar no responder a quien nos agravia. Es un gasto de energía inútil pero sobre todo es un consejo de nuestro Señor.

Aunque nuestra respuesta a quien nos agravia sea con buenos deseos y con el anhelo de aclarar malentendidos, hemos de ir con cuidado, porque el mal existe y quizá la otra persona no desea aclarar nada, solo crear más confusión y enredo, más enfado y ofensa, y después más calumnias y falsedades.

Cuando alguien nos agravia es mejor guardar silencio y rezar, como hizo nuestro Señor ante Pilato, como hizo también en la cruz.

También hay veces que es bueno hablar - Jesús también respondía a las acusaciones de los fariseos - pero teniendo en cuenta a quién nos estamos dirigiendo, porque quizá sea una persona que no desea aclarar nada, sólo crear más confusión y ofender más.

Hay veces que es mejor hablar, otras veces es mejor callar, hay que discernirlo en la oración, pero siempre se puede rezar y pedir ayuda al Señor para amar al enemigo.

María Dolores, virgen consagrada. Archidiócesis de Madrid.

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17 DE JUNIO
Mc 4, 26-34

En el evangelio de hoy Jesús nos explica a qué se parece el reino de Dios y nos dice que se parece a una semilla que, tras ser sembrada, crece misteriosamente, sin saber cómo.

También nos dice que el reino de Dios se parece a la semilla de la mostaza que, siendo la más pequeña, cuando se siembra y germina crece tanto que pueden anidar en sus ramas los pájaros.

El reino de Dios está en nuestra alma y Jesús nos explica con estas imágenes que, si estamos en gracia, ahí, misteriosamente, actúa el Espíritu si lo dejamos.

El Espíritu de Jesús siembra su semilla y ésta va creciendo en silencio y sin saber cómo, hasta dar frutos de amor que se manifiestan en obras de amor.

Como la semilla de la mostaza germina hasta echar ramas tan grandes que llegan al cielo, también la semilla del Espíritu, sembrada en nuestra alma, nos hace crecer a cada uno mirando al cielo, teniendo el corazón más en el otro mundo que en éste.

La acción de Dios es así, va introduciendo su Palabra y su Amor en nuestros corazones, reparando las zonas del alma heridas por el pecado, lavando y vivificando las zonas dormidas o desfallecidas, inspirando y soplando gracias y carismas, desde el silencio y la humildad de Dios.

Ésa es la forma de actuar de Dios, en nuestra alma y en nuestra vida.

También los sucesos de nuestra vida, cuando son obrados por Dios, tienen ese sello: se reconocen porque van viniendo a nuestra vida sin forzar, casi sin sentir, de pronto están ahí las situaciones y las personas y ha ido cambiando la realidad.

Cuando somos los hombres los que cambiamos la realidad sucede lo contrario: los cambios vienen marcados por la brusquedad y la aparatosidad.

Hoy entreguemos nuestra vida al Señor para que Él haga lo que quiera.

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María Dolores, virgen consagrada. Archidiócesis de Madrid.

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16 DE JUNIO
Mt 5, 33-37

Dijo Jesús "Que vuestro hablar sea sí, sí, no, no. Lo que pasa de ahí viene del maligno".

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Esto es algo importantísimo, decir siempre la verdad y tener fama de ello, ser conocidos como personas verdaderas, fiables y creíbles.

Decir la verdad es muy importante porque nadie que diga mentiras puede progresar en la vida espiritual, es absolutamente imposible. A Dios no podemos engañarlo y Él detesta la mentira, la simulación, la tergiversación, no digamos ya la calumnia y la difamación.

El Espíritu no puede actuar o actúa a duras penas en una persona que miente.

En la Exhortación Gaudete et exsultate el papa Francisco nos habla de la posibilidad de ser perseguidos por ser coherentes. Aquí podemos incluir el decir la verdad, porque quien es coherente vive en la verdad.

Tenemos que amar tanto la verdad que se convierta en vida de nuestra vida y nos lleve a una inevitable coherencia que sirva de testimonio, aunque a algunos les lleve a perseguirnos. Recemos por ellos.

Tenemos que amar tanto la verdad que nos lleve a decirla siempre en conciencia, sobre todo cuando se falte a la justicia.

Tenemos que amar tanto la verdad que no consintamos habladurías en nuestra presencia.

Tenemos que amar tanto la verdad que esta actitud nos lleve a Dios facilitándole al Espíritu nuestra santificación.

PON A LA ESCUCHA EL CORAZÓN ❤

María Dolores, virgen consagrada. Archidiócesis de Madrid.

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15 DE JUNIO
Mt 5, 27-32

El evangelio de hoy nos dice que, si un ojo o una mano nos inducen a pecar, es preferible perder ese ojo o esa mano que pecar.

Esto se puede expresar con otras palabras: que uno tiene que estar dispuesto a perder cualquier cosa antes que perder a Jesús.

O también se puede expresar con otras palabras: que lo único que nos tiene que importar de verdad es Dios y hacer la voluntad de Dios, y, fuera de esto, todo lo demás es relativo.

Hoy en la oración pedimos luz para entender que lo único importante es tener a Dios, y gracia para vivir en su presencia según su voluntad.

María Dolores, virgen consagrada. Archidiócesis de Madrid.

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13 DE JUNIO
Mt 5, 17-19

Dijo Jesús a sus discípulos "No he venido a abolir la ley y los profetas sino a dar plenitud"

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Muchos judíos se preguntarían si Jesús tenía intención de abolir la ley y los profetas pero Jesús no había venido a abolir nada sino a dar plenitud.

Esto significaba dos cosas.

Una. Que todo lo contenido en el Antiguo Testamento no iba a ser abolido sino perfeccionado.

La otra cosa que Jesús deseaba expresar, y la más importante, es que las profecías sobre el Mesías se iban a cumplir y se estaban cumpliendo en Él.

Por tanto, Él le iba a dar todo su sentido al Antiguo Testamento, pues todo su sentido es esperar al Mesías. Una vez que Él ha venido, el Antiguo Testamento ha logrado su plenitud, al mismo tiempo que ha cumplido su objetivo: preparar y disponer al pueblo judío para la venida del Mesías.

Hoy nos disponemos a acoger en el corazón la Nueva Alianza, a acoger a nuestro Mesías y a acoger su Ley de Amor.

Del mismo modo que sucede con el Antiguo Testamento, Él no ha venido a abolir nada en nuestra vida, salvo el pecado.

No ha venido a abolir sino a dar plenitud. Sólo desea que le entreguemos el corazón, que lo amemos y nos dejemos amar por Él, que dejemos la vida de pecado y que, reconociendo en Él al Mesías, no vivamos de esperas ni nos quedemos en el Antiguo Testamento sino que vivamos felices con Él la plenitud que Él nos da, la plenitud de la Nueva Alianza.

María Dolores, virgen consagrada. Archidiócesis de Madrid.

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12 DE JUNIO
Mt 5, 13-16

El evangelio de hoy nos habla de dar luz a los hombres y de que esa luz la damos con nuestras buenas obras.

Tal y como decíamos hace días, puede haber obras sin amor, pero, si hay amor, necesariamente tiene que haber obras, y esas obras dan luz a los hombres.

Leer este evangelio nos recuerda la gran responsabilidad que tenemos ante Jesús de dar luz a nuestros hermanos los hombres.

Ese dar luz nos lo explica el evangelio mediante imágenes bonitas: tenemos que ser sal, tenemos que dar luz como una lámpara encendida y tenemos que estar presentes como una ciudad puesta en lo alto de un monte.

Estas imágenes nos expresan la necesidad que tienen los hombres de recibir luz para sus vidas.

No sólo de recibir luz sino de que estemos presentes en sus vidas con amor. Esto es lo que más luz da.

En este sentido se nos habla de no escondernos ni esconder nuestra fe, de confesar nuestra fe y nuestro seguimiento de Cristo y de estar presentes en la vida de los demás, con amor y delicadeza y respetando la libertad.

No podemos estar ausentes de las vidas de nuestros familiares y amigos y de todo aquel a quien veamos que hemos de ayudar. Tenemos que ser partícipes de sus alegrías, preocupaciones,  disgustos y necesidades,  y ahí dar luz con nuestras buenas obras.

María Dolores, virgen consagrada. Archidiócesis de Madrid.

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11 DE JUNIO
Mt 10, 7-13

"Id y proclamad que el reino de los cielos está cerca"

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El reino de los cielos es el reino del amor, más concretamente es el reino del Amor de Dios, y Jesucristo es el Rey del Amor.

Esto parecen palabras bonitas y, además de serlo, esconden realidades profundas.

Hay mucha gente que no sabe, o que ha olvidado, o que no se acaba de creer, que hay una realidad diferente a la que vemos, la realidad espiritual, que da una felicidad sustancialmente mejor y mayor que las cosas de este mundo. Recordarles que esa realidad existe es recordarles que el reino de los cielos está cerca.

También hay mucha gente que no sabe, o que no quiere saber, que Jesús se ha entregado en oblación al Padre por los hombres y que, si vivimos de gracia y de amor, la Trinidad habita en nuestra alma y establece el reino de los cielos tan cerca que está en ti y en mí.

Recordarles esta realidad también es recordarles que el reino de los cielos está cerca, tan cerca que está en ti y en mí.

Para recordar a los demás que el reino de los cielos está cerca, tenemos que comenzar recordándolo cada uno personalmente.
 
Para ello, PON A LA ESCUCHA EL CORAZÓN ♥🙏🏻

María Dolores, virgen consagrada. Archidiócesis de Madrid.

LA ESCUCHA DEL CORAZÓN ♥🙏🏻

10 DE JUNIO
Mc 3, 20-35

Los familiares de Jesús se presentaron donde Él estaba para buscarlo, y los que estaban con Él se lo dijeron.

Entonces Jesús dijo "¿Quiénes son mi madre y mis hermanos? Quien haga la voluntad de Dios es mi hermano y mi hermana y mi madre".

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Creo que esta respuesta del Señor en absoluto hay que entenderla en sentido despreciativo hacia su familia, simplemente revela la realidad de que Él ahora se estaba dedicando a la familia que iba a formar, la familia de los hijos de Dios, la familia de los que queremos hacer la voluntad de Dios.

Exactamente igual que cualquier persona que se casa y forma su propia familia, no se olvida de su familia "de origen" pero tiene que cuidar de su propia familia.

O exactamente igual que los sacerdotes y los consagrados. No nos olvidamos de nuestra familia pero, además de nuestra familia, nos entregamos en la oración y en el apostolado a las personas espiritualmente, vivimos una maternidad o paternidad espiritual, y en ese sentido tenemos obligaciones y sentimos en el corazón a los demás como "nuestra familia".

De este modo, Jesús estaba queriendo decir lo que tantas veces había dicho a lo largo de su vida, que "tenía que ocuparse de las cosas de su Padre".

Aunque su madre y sus hermanos fueran a buscarlo, si no había una razón de peso no podía irse sin más, porque tenía que hacer la voluntad del Padre, Él el primero, y fundar la Iglesia, que es la Familia de los que queremos hacer la voluntad de Dios, o lo que es lo mismo, de los que queremos ser santos.

Hoy podemos preguntarnos si nos entregamos a nuestra familia.

Los casados sobre todo tienen que preguntarse si se entregan a la familia que han formado. Ésa es la voluntad de Jesús para ellos.

Los consagrados y sacerdotes podemos pedir luz al Espíritu para que nos ilumine y ver qué podemos hacer por la Familia de los hijos de Dios, la Iglesia, que es nuestra familia en términos espirituales. Ésa es la voluntad de Dios para nosotros.

Doy gracias a Jesús que, a pesar de mi pobreza, me permite sentir en el corazón como hijos en el Espíritu a todas las personas.

María Dolores, virgen consagrada. Archidiócesis de Madrid.

LA ESCUCHA DEL CORAZÓN ♥🙏🏻

9 DE JUNIO
Lc 2, 41-51

El relato del evangelio de hoy es el del Niño Jesús perdido y hallado en el Templo.

El relato nos explica que los padres de Jesús solían ir cada año a Jerusalén por Pascua y que, cuando Jesús tenía doce años, se perdió durante el viaje.

Tras buscarlo tres días, lo encontraron en el Templo, sentado junto a los maestros, hablando con ellos y haciéndoles preguntas.

María, su Madre, le dijo "Hijo, ¿por qué nos has tratado así? Tu padre y yo te buscábamos angustiados" y Jesús contestó "¿No sabíais que debo ocuparme de las cosas de mi Padre?".

Ellos no comprendieron la respuesta de Jesús, se volvieron los tres a Nazaret y María guardaba todas estas cosas en su corazón.

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Jesús, siendo niño, se perdió durante la Pascua y su Madre lo buscó hasta que lo encontró en el Templo. Muchos años después, María también quiso estar cerca de su Hijo en la que iba a ser la Nueva Pascua y lo acompañó hasta la cruz.

En la Nueva Pascua María también buscaría a su Hijo en Jerusalén y también lo encontraría dedicado a las cosas de su Padre, redimiendo al mundo en la flagelación, en el Camino de la cruz y en la crucifixión.

María encontró a su Hijo siendo niño dando lecciones a los maestros del Templo. En su Pasión María encontró a su Hijo dando lecciones de Amor a toda la humanidad.

María guardaba todas estas cosas en su Corazón. Iría comprendiendo que su Hijo tenía que dedicarse a las cosas de su Padre. Lo iría comprendiendo contemplando a su Hijo y escuchando al Espíritu en su Corazón.

Su Corazón virginal iría amasando todas las cosas hasta que llegó a la cruz y se ofreció con Jesús.

Ella siempre estuvo con Él y su Amor creció con Él. En cada Pascua estuvo con su Hijo y en la Nueva Pascua se entregó con Él.

Su Corazón orante siempre guardó todas las cosas de su Hijo. En la cruz su Corazón fue atravesado por una espada al mismo tiempo que el de su Hijo era atravesado por una lanza.

María siempre fue fiel y orante. No vivió más que para estar con su Hijo y entregarse por Él y con Él.

Hoy contemplamos el Corazón de María, lleno de amor por su Hijo y por todos los hombres.

PON A LA ESCUCHA EL CORAZÓN ♥

María Dolores, virgen consagrada. Archidiócesis de Madrid.

LA ESCUCHA DEL CORAZÓN ♥🙏🏻

8 DE JUNIO
Jn 19, 31-37

"Uno de los soldados con la lanza le traspasó el costado y al punto salió sangre y agua"

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A Jesús le traspasaron el Corazón.

Parece una imagen de la realidad.

Porque Él sigue con el Corazón traspasado.

Se lo tienen roto los pecadores.

Y se lo tienen herido de Amor todos los hombres, porque de todos está enamorado.

El soldado traspasó su corazón con la lanza pero en realidad parece un designio para mostrar una realidad más profunda:

La realidad del Amor y la Misericordia infinitas que están encerradas en el Corazón de Jesús y que se desbordaron de Amor en la Cruz.

Se desbordaron en raudales infinitos de Amor para que nos saciemos todos.

Esos raudales son los sacramentos, la Sangre del Cordero que manó de su Corazón tras la lanzada.

Así como el Corazón traspasado es una imagen que se corresponde con una realidad, la Sangre que manó de su Corazón es una realidad en sí misma, es la realidad de los sacramentos, que nos alimentan a todos y que conforman la Iglesia.

La Iglesia es la Expresión del Amor de Dios, que nació en la cruz, contenida en el Corazón de Jesús y alumbrada también por María.

Hoy es un día especial para la oración y la contemplación.

PON A LA ESCUCHA EL CORAZÓN ♥🙏🏻

María Dolores, virgen consagrada. Archidiócesis de Madrid.

LA ESCUCHA DEL CORAZÓN ♥🙏🏻

7 DE JUNIO
Mc 12, 28b-34

Un escriba le preguntó a Jesús que cuál es el mandamiento principal. Jesús le respondió que el primer mandamiento es "Amarás al Señor con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser" y que el segundo mandamiento es "Amarás a tu prójimo como a ti mismo".

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Creo que el amor, tanto el amor a Dios como el amor al prójimo, tiene que expresarse con obras. Ya lo dice el refrán "Obras son amores y no buenas razones".

Las obras son manifestación y expresión de una realidad más profunda, descubren dónde tenemos puesto el corazón.

Si las obras son de amor, nos revelan la fe de la persona y facilitan que arraigue.

El amor no tiene que comenzar por las obras,  sino por el corazón, pero las obras tienen que darse, si el corazón ha sido transformado por el Espíritu y si el amor es verdadero.

Tenemos que pedir con humildad al Espíritu Santo que nos cambie el corazón, para que entre en él el Amor de Dios y Éste pueda expresarse en obras.

Tras ser transformados, vendrán las obras, pero no como expresión de autorrealización o como huida frenética de una realidad que no soportamos, sino como necesidad de derramar en los demás lo que el Espíritu está haciendo en nuestra vida.

Y como deseo de que Jesús ame a los demás en ti y en mí, desde ti y desde mí, a través de ti y a través de mí.

Hoy preguntémonos cómo expresamos el amor a Dios y el amor al prójimo.

PON A LA ESCUCHA EL CORAZÓN ♥

María Dolores, virgen consagrada. Archidiócesis de Madrid.

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6 DE JUNIO
Mc 12, 18-27

Hay una cosa que me admira y es la cantidad de problemas que le planteaban al Señor para ver si los resolvía.

Nos hemos acostumbrado a sus respuestas pero quienes le planteaban las cuestiones debían de quedarse asombrados y pasmados con ellas.

En el evangelio de hoy le plantean a Jesús que si una mujer ha estado casada sucesivamente con 7 hermanos (se moría su marido y se casaba con un hermano suyo, y así sucesivamente hasta 7), de quién será mujer en la otra vida.

Lo primero que pienso es que quienes le planteaban estos problemas al Señor se calentaban la cabeza en lugar de pensar en disfrutar del Señor y en amar al prójimo.

Quienes le plantean este problema al Señor eran saduceos, los cuales no creían en la resurrección.

Jesús les contesta que en la otra vida viviremos como ángeles.

Es muy hermoso esto. Creo que los matrimonios vivirán como ángeles, y vivirán en el Amor de la Trinidad, como todos viviremos en el Amor de la Trinidad.

Si han estado casados más de una vez, vivirán como Dios les conceda en su corazón pero vivirán como ángeles.

El vínculo matrimonial será ya innecesario pero vivirán unidos en el amor que se hayan tenido. Creo que esto será así.

Creo que en la otra vida nos amaremos todos, inmersos en el Amor de la Trinidad, pero de alguna forma estaremos unidos de forma especial con los que hemos estado vinculados en este mundo de forma especial, esto incluye lógicamente a los matrimonios.

En cuanto a la forma de vida de los consagrados y sacerdotes, que es en este mundo ya un reflejo de ese "vivir como ángeles" propio de la vida futura, o debería serlo, creo que a esa forma de vida que ya vivimos en esta vida se añadirá el vivir plenamente inmersos en la Trinidad amando a todos, lo cual de alguna forma se nos concede ya en esta vida viviendo la paternidad y maternidad espirituales.

Creo que el evangelio de hoy debe servir para recordarnos a todos la vida futura.

En realidad, si seguimos a Cristo, estar con Él es nuestro fin primero y último, y, si queremos amar a Dios, Que es eterno, en esa eternidad queremos vivir, con Él y con nuestros hermanos.

Pidamos al Espíritu que nos ayude a comprender mejor la vida futura y a ser conscientes de que ése es al mismo tiempo nuestro final y nuestro principio.

PON A LA ESCUCHA EL CORAZÓN ♥🙏🏻

María Dolores, virgen consagrada. Archidiócesis de Madrid.

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5 DE JUNIO
Mc 12, 13-17

Los fariseos se acercaron a Jesús y le dijeron "¿Es lícito pagar el impuesto al César?"

Esta pregunta debía de ser tema de conversación frecuente entre los judíos. Estaban dominados por los romanos y debía de escocerles bastante tener que pagar un impuesto a un enemigo que los tiranizaba y al que odiaban.

La respuesta a esta pregunta ciertamente mostraba una ideología y una forma de ver el mundo.

Si los fariseos querían tener algo de que acusar a Jesús, era la pregunta adecuada.

Si decía que había que pagar, le ponían en contra al pueblo. Si decía que no había que pagar, le ponían en contra a los romanos.

El problema de los fariseos es que no distinguían bien la separación entre Dios y este mundo, entre los preceptos divinos y los humanos.

Es verdad que en este mundo estamos y que en este mundo tenemos que ser santos pero no podemos confundirnos.

Los preceptos divinos son fundamentalmente dos: amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a uno mismo. Mientras no faltemos a ellos, todo lo demás es opinable.

Por eso Jesús respondió "Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios", porque el César es el poder de este mundo y Dios lo que nos pide es una vida de amor.

Los fariseos habían mezclado las cosas, precisamente porque ellos ejercían una autoridad supuestamente venida de Dios pero al modo humano y buscando perpetuarse en este mundo.

Hoy pidamos al Espíritu que nos haga santos en este mundo, sabiendo que lo único importante es amar.

Recemos también para que quien tenga que recordarnos los preceptos divinos no se contamine de la ambición humana.

María Dolores, virgen consagrada. Archidiócesis de Madrid.