miércoles, 10 de enero de 2018

LA ESCUCHA DEL CORAZÓN ♥🙏🏻

11 DE ENERO
Mc 1, 40-45



En el evangelio de hoy Jesús cura a un leproso.

Se acercó el leproso y le dijo a Jesús "Si quieres, puedes limpiarme". Y Jesús lo tocó y le dijo "Quiero, queda limpio".

Lo peor de la lepra no era la enfermedad en sí sino la exclusión social que suponía la enfermedad.

Los leprosos vivían aislados y no podían entrar en ninguna población.

Si se encontraban a alguien por un camino, tenían que apartarse y avisar de que eran leprosos.

Y este leproso se acerca a Jesús y le dice que, si Él quiere, puede limpiarlo.

Esto ya contravenía todas las normas sociales y culturales de la época.

Pero aún hay más, lo más sorprendente, lo más impresionante, lo que más sobrecoge el corazón, es que el evangelio dice que Jesús "compadecido, lo tocó".

"Compadecido, lo tocó".

Nadie tocaba a un leproso.

El leproso se había acercado a Jesús y dice el evangelio que le pidió que lo curara y que se lo pidió "suplicándole de rodillas".

¡Cuántos años habría pasado este hombre apartado de la sociedad, viviendo en alguna cueva con otros leprosos, sin ver a su familia y amigos, subsistiendo por sus medios, sintiendo que era un desecho de la sociedad!

¿Qué sentiría este hombre cuando Jesús lo tocó?

Lo tocó.

No le mostró asco ni repugnancia ni salió corriendo. Lo tocó y lo curó.

Cuando los leprosos se acercaban a una población los recibían a pedradas. Y Jesús lo tocó.

Me llena de amor pensar en la Misericordia y el Amor de Dios.

Este evangelio me recuerda que nada puede apartarnos del Amor de Dios porque Él se conmueve ante todas las lepras y todas las heridas y todas las exclusiones.

Tenemos que acercarnos a Él y pedirle de rodillas como el leproso, pedirle por nosotros y por todos nuestros hermanos.

Porque Él se compadecerá y mostrará su Misericordia.

PON A LA ESCUCHA EL CORAZÓN ♥

María Dolores, virgen consagrada. Archidiócesis de Madrid.


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