15 DE FEBRERO
Lc 9, 22-25
Jesús les dijo a sus discípulos "El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, ser desechado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar al tercer día".
Me parece impresionante que Jesús les profetizara a sus discípulos cuál iba a ser su "final" en este mundo.
Precisamente para esto nos estamos preparando en Cuaresma, para vivir en el Triduo Pascual con Él lo que Él acaba de contar: su Pasión, Muerte y Resurrección.
Después de decirles esto añadió "Si alguno quiere venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga".
Para vivir el Misterio Pascual con Jesús tenemos el tiempo litúrgico de la Semana Santa.
Pero en Semana Santa y siempre podemos vivir el Misterio Pascual viviendo el misterio de la cruz cada día.
Podemos vivirlo ofreciendo nuestra vida con nuestras cruces en cada Eucaristía, en cada rato de oración y en cualquier momento, pues nuestra vida tiene que hacerse Eucaristía y oración.
Con la vivencia del misterio de la cruz "nos jugamos todo" pues para eso hemos nacido y hemos sido creados y pensados en la mente de Dios desde toda la eternidad, para unirnos a Jesús, transfigurar nuestras llagas en las Suyas, y hacernos uno con Él en el Amor a Dios y a los hermanos.
Por eso Jesús en el evangelio de hoy dice claramente "El que quiera salvar su vida, la perderá, pero el que pierda su vida por mi causa la salvará".
Porque sólo en el desapego de la propia vida que implica vivir el misterio de la cruz con Cristo, salvaremos la vida.
Esto no podemos hacerlo sin la intervención del Espíritu.
PON A LA ESCUCHA EL CORAZÓN ♥
María Dolores, virgen consagrada. Archidiócesis de Madrid.
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