domingo, 18 de febrero de 2018

LA ESCUCHA DEL CORAZÓN ♥🙏🏻

19 DE FEBRERO
Mt 25, 31-43.46



Jesús nos dice que lo que hacemos a sus hermanos a Él se lo hacemos.

Nos dice "Tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, fui forastero y me hospedasteis, estuve desnudo y me vestisteis, enfermo y me visitasteis, en la cárcel y vinisteis a verme".

Todo esto se lo hacemos a Jesús si se lo hacemos a sus hermanos.

Sus hermanos somos todos porque con su Sangre nos hizo hijos de Dios y hermanos suyos.

Cuando santa Teresa de Calcuta vivió la experiencia mística que cambió su vida en una estación de tren, lo que sintió fue que Jesús, en un pobre, le decía "Tengo sed".

Después, en sus horas de oración, Jesús le fue explicando que esa sed consistía sobre todo en sed de que los niños fueran salvados, que no hubiera tantos niños por las calles solos y abandonados al pecado.

Tenemos que preguntarnos qué sed de Jesús desea Él que calmemos en el hermano.

Hay personas que tienen carismas especiales para socorrer a los pobres o necesitados.

Pero todos tenemos que vivir la caridad y orar para saber qué sed de Jesús tenemos que calmar.

Esa sed será la misma que tenía Jesús en la cruz, sed de almas, sed de corazones entregados.

Tenemos que pensar qué necesidades tiene el mundo y qué espera Jesús que hagamos, qué sed de Jesús tenemos que aplacar socorriendo al hermano, qué obra de misericordia podemos practicar, qué consejo o qué rato de compañía podemos dar, qué gesto, qué sonrisa.

Tenemos que pedir al Espíritu que nos ilumine y nos empuje a saciar la sed de Jesús en el hermano.

Sobre todo tenemos que amar a Jesús en los más cercanos, en los familiares y amigos, vecinos y compañeros, en lo pequeño y en lo cotidiano.

PON A LA ESCUCHA EL CORAZÓN ♥

María Dolores, virgen consagrada. Archidiócesis de Madrid.


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