20 DE JULIO
Mt 12, 1-8
Jesús atraviesa un sembrado en sábado con sus discípulos y éstos, que tenían hambre, iban arrancando las espigas y comiéndoselas. Los fariseos, al verlo, le dijeron a Jesús que eso no estaba permitido.
Jesús contestó recordándoles que David y sus hombres comieron panes que estaban reservados a los sacerdotes, porque tenían hambre.
Este evangelio viene en ayuda de nuestros posibles agobios porque nos dice que alguna vez podemos saltarnos un precepto POR SENTIDO COMÚN y HABLÁNDOLO CON EL SEÑOR.
Porque Él es el Señor del sábado y de todo.
También se nos da otro motivo para saltarnos alguna vez un precepto: el motivo más importante de todos: la caridad.
Por eso dice Jesús también en este evangelio: "Misericordia quiero y no sacrificio".
Es decir, llegado el caso, es más importante, caso de entrar en conflicto, vivir la caridad y practicar el sentido común.
Conocí a una persona a la que hicieron bullying en un grupo y su director espiritual la dispensó del "precepto" de asistir a reuniones con esas personas. Era más importante el sentido común que el precepto.
Seamos personas normales y decidamos siempre hablando con Jesús en la oración.
No olvidemos que el único "precepto" ineludible es el amor y demos gracias al Espíritu Santo por descomplicarnos.
María Dolores, virgen consagrada. Archidiócesis de Madrid.
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