LA ESCUCHA DEL CORAZÓN ❤🙏🏻
31 DE AGOSTO
Mt 25, 1-13
El evangelio de hoy relata la parábola de las vírgenes necias y prudentes que esperan al esposo.
Se trata nuevamente de una exhortación a la vigilancia, a estar en vela, preparados ante la venida del Señor.
Esta concepción de la vida me recuerda al Adviento. Siempre me ha gustado mucho ese tiempo litúrgico, el vivir la vida en una espera del Señor, en un Adviento permanente, como las vírgenes de la parábola.
Me llama la atención que la parábola no dice que unas vírgenes esperaran al esposo y otras no. Parece que la espera se da por supuesto. Lo que dice la parábola es que unas se proveyeron de aceite y otras no. Es decir, que unas habían cuidado su vida espiritual y otras no.
También me llama la atención que las prudentes no quisieron compartir su aceite con las necias. Esto no parece muy caritativo ni fraterno. Lo que sucede es que se nos está diciendo que la salvación es personal.
Podemos compartir todo pero los méritos para la salvación son personales.
La Obra de la santidad le corresponde al Espíritu Santo pero nuestra correspondencia es personal, nadie la puede hacer por nosotros.
En ese sentido el evangelio de hoy nos llama no sólo a ser constantes en el amor sino también a ser responsables.
Es verdad que con nuestra fidelidad podemos hacer mucho bien a muchas personas pero también es cierto que la correspondencia a la gracia es personal.
No hacemos las cosas para marcarnos tantos, pues ante Jesús sólo somos pobres pecadores, pero sí puede haber en nuestra vida un deseo de fidelidad, que se traduzca en amor, en hechos y actitudes, y esto es personal.
Hoy se nos invita a la santidad personal y a la responsabilidad.
También se nos invita a pensar en la eternidad como en un banquete de bodas: ¡Qué maravilla, estar con los familiares y amigos, con toda la Familia de los hijos de Dios, celebrando la unión eterna entre Dios y cada persona!
PON A LA ESCUCHA EL CORAZÓN ❤🙏🏻
María Dolores, virgen consagrada. Archidiócesis de Madrid.
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