LA ESCUCHA DEL CORAZÓN ❤🙏🏻
2 DE SEPTIEMBRE
Mc 7, 1-8.14-15.21-23
Los judíos ortodoxos tienen la costumbre de lavarse las manos antes de comer pero no lo hacen exactamente por higiene - que también - sino sobre todo como un signo de purificación de la persona.
No es que esté bien o mal lavarse las manos. Está claro que es una buena costumbre. El problema es dónde ponemos el acento y la importancia de las cosas y, sobre todo, qué concepto de pureza y de purificación tenemos.
Tenemos que tener claro que nuestra purificación la realiza el Espíritu Santo si somos humildes y le dejamos tomar posesión de nuestra alma.
En el evangelio de hoy los fariseos le echan en cara a Jesús que sus discípulos comen con manos impuras, es decir, sin respetar la tradición de lavarlas.
Jesús les contesta con una frase del profeta Isaías: "Este pueblo me honra con los labios pero su corazón está lejos de mí".
Esto también es lo que tenemos que pensar nosotros: delante del Señor tenemos que ver dónde hemos puesto el corazón y qué tenemos en él.
Porque eso es lo que Jesús quiere de nosotros, como dice el salmo: "Un corazón quebrantado y humillado Tú Señor no lo desprecias".
Tenemos que cuidar esto porque se nos puede pasar la vida de acá para allá y haciendo hasta buenas obras y no le hemos entregado el corazón al Señor.
Y en realidad eso es lo único que importa. Es como dice la primera carta a los corintios: "Si no tengo amor, de nada me sirve".
Tenemos que entregarle el corazón a Jesús, primero porque Él se muere de Amor por hacerlo suyo.
Segundo porque sólo si Jesús, que es el Amor, toma el corazón, podremos amar de verdad, porque será Él quien ame en ti y en mí.
Casualmente llevo varios días diciendo en mi oración personal: "Espíritu Santo, por favor, toma mi corazón y mi alma y hazlos tuyos, haz con ellos lo que quieras". Ojalá que lo haga.
PON A LA ESCUCHA EL CORAZÓN y entrégale a Jesús tu corazón ❤💘🙏🏻
María Dolores, virgen consagrada. Archidiócesis de Madrid.
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