sábado, 13 de octubre de 2018

LA ESCUCHA DEL CORAZÓN ❤🙏🏻

14 DE OCTUBRE
Mc 10, 17-30


El evangelio de hoy nos plantea la dificultad que tienen los ricos para entrar en el reino de los cielos.

Todos tenemos que estar prevenidos porque no se trata de tener más o menos dinero sino de los problemas que pueden aparecer en el corazón si nos apegamos a lo material y al dinero.

El evangelio expresa la Sabiduría de Dios y, efectivamente, las riquezas no son algo malo en sí, pero pueden dañar el corazón si se apoderan de él.

Creo que una de las dificultades que puede sobrevenir por poner el corazón en el dinero es la seguridad que éste proporciona, la cual dificulta que se busque a Dios, porque cuando se busca a Dios se está buscando protección y consuelo, todo aquello que un Padre puede dar, y el dinero puede hacer creer que esta seguridad ya se tiene.

Cuando esto sucede no se piensa ni en la otra vida ni en lo espiritual, por estar tan a gusto en esta vida que parezca que no se necesita más. Esto es un engaño porque, a medida que va pasando la vida, vemos que todo falla menos Dios y, si no se tiene a Dios, se tiene un vacío grandísimo que nada ni nadie puede llenar. Así observamos a muchas personas, con la vida resuelta pero sin Dios y con una gran insatisfacción vital.

Otro problema que se deriva de poner el corazón en el dinero y que se observa en muchos jóvenes cuyos padres tienen algún negocio o riqueza es que la persona puede entontecerse y volverse perezosa y cómoda, pues piensa que ya lo tiene todo resuelto. Puede llegar incluso a no desarrollar virtudes y a volverse exigente y tiránica.

Hay otro problema grandísimo que puede sobrevenirnos si ponemos el corazón en el dinero y es el olvido de los que sufren, tanto de los que sufren cualquier carencia o dificultad como de los que sufren por carecer de lo necesario. Esto sucede porque el corazón lleno de dinero se vuelve egoísta e insensible, se encierra en su comodidad y desarrolla una ineptitud para el amor y la generosidad.

Hay otros problemas más graves que pueden venirnos por poner el corazón en el dinero. Se dan cuando lo que son meras actitudes se desarrollan y enraizan en el corazón y lo dominan apareciendo los pecados capitales.

De esta forma el amor al dinero suele manifestarse en forma de avaricia - tener y acumular sin compartir - y en forma de vanidad o uso del dinero para presumir y humillar a los demás. Estos desórdenes se introducen en el corazón y ciegan a la persona, le producen una ceguera y una torpeza y tosquedad para lo humano y para el amor.

El evangelio de hoy nos dice también que "Todo es posible para Dios".

El problema no está en tener dinero o no, sino en dónde hemos puesto el corazón.

Se precisa de una "vigilancia" espiritual y de humildad para ser conscientes de que somos pobres pecadores que podemos caer en la tentación de poner nuestro corazón en lo material. Esto puede sucedernos teniendo dinero o no.

Tenemos que acudir al Señor y decirle "No te apartes de mí, no dejes que ponga mi corazón en nada que no seas Tú, no permitas que me aparte de Ti".

PON A LA ESCUCHA EL CORAZÓN ❤🙏🏻 y entrégaselo a Él para que haga con Él lo que quiera.

María Dolores, virgen consagrada. Archidiócesis de Madrid.


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