martes, 8 de enero de 2019

LA ESCUCHA DEL CORAZÓN ❤🙏🏻

9 DE ENERO
Mc 6, 45-52


Estaba Jesús con sus discípulos y con mucha gente enseñando y les pide a sus discípulos que se dirijan a la otra orilla del lago en barca.

Mientras, él iba a despedir a la gente y se reunirían más tarde en la otra orilla.

Tras despedir a la gente, fue al monte a orar y después, andando sobre el agua, se dirigió adonde estaban sus discípulos, que aún estaban en la barca en medio del lago.

Ellos se asustaron al verlo andar sobre el agua, porque parecía un fantasma. Al llegar a ellos, subió a la barca y se calmó el viento, que era fuerte.

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Me llama la atención la gran actividad que desarrollaba Jesús: primero está enseñando a la gente, después se queda solo para orar, después va a buscar a sus discípulos y el viento se calma.

Puede parecer que quien ora no tiene tiempo después para nada y es al revés: el tiempo se multiplica.

Porque la oración te introduce en el ritmo del amor, que elimina todo lo que estorba para amar.

La vida se vuelve así ágil y sincera y toda la diversidad de cosas que se realizan están como unidas o atravesadas por el vínculo del amor, permaneciendo todo en la calma y en la unidad de vida.

Pidamos al Espíritu que nos ilumine para ver la importancia de la oración y para no dejarla nunca.

María Dolores, virgen consagrada. Archidiócesis de Madrid.


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