22 DE MAYO
Jn 15, 1-8
Jesús dijo "Yo soy la vid y vosotros los sarmientos. El que permanece unido a mí y yo a él, da mucho fruto".
Los sarmientos sólo dan fruto si permanecen unidos a la vid. Si se separan de la vid, se secan.
Del mismo modo, nosotros sólo daremos fruto si estamos unidos a Jesús.
La vid da como fruto las uvas, con las cuales se hace el vino.
El vino es el alimento que, consagrado e ingerido, confirma la Nueva Alianza, y también es la Sangre de nuestro Señor, que nos une a Él de forma inefable.
La unión de los sarmientos con la vid es pues imagen de la unión con Jesús-Eucaristía.
Por tanto, es la Comunión del Cuerpo de Cristo lo que nos hace estar unidos a Él y dar fruto.
María Dolores, virgen consagrada. Archidiócesis de Madrid.
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