miércoles, 24 de julio de 2019

LA ESCUCHA DEL CORAZÓN 🙏🏻❤

25 DE JULIO
Mt 20, 20-28


La madre de Santiago y Juan se acercó a Jesús y le pidió que sus hijos se sentaran en su reino, uno a su derecha y otro a su izquierda.

Jesús les contestó "No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber la copa amarga que yo voy a beber?" Ellos contestaron que sí, pero aun así Jesús les dijo que eso no le correspondía a Él darlo sino a Dios Padre.

Los demás discípulos, cuando vieron lo que Santiago y Juan habían pedido, se enfadaron.

Entonces Jesús les dijo "El que quiera ser grande, que sirva a los demás, y el que quiera ser el primero, que sea vuestro esclavo".

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El evangelio de hoy nos habla del reconocimiento y de la grandeza.

A menudo tenemos la tentación de buscar que se reconozca lo que hacemos.

Sin embargo Jesús nos quiere tan libres que ni siquiera de eso dependamos.

A veces ese reconocimiento es una simple necesidad humana que no hemos de buscar ni fomentar. Simplemente agradecer cuando nos la dan. Pero sin apegarnos a ello y viviendo con el corazón en Jesús.

Buscándolo a Él cuando necesitamos afecto.

Sin embargo hay otra forma de buscar reconocimiento totalmente impregnada de soberbia, de la cual Dios nos libre.

Es cuando el reconocimiento se usa para dominar a los demás o para imponer cosas. Dios nos libre de esto.

Lo que Jesús nos propone es lo contrario: servir y dar la vida, como Él, "que no vino para ser servido sino para servir y dar la vida".

En definitiva, hagamos lo que Jesús nos pide, démosle cuentas a Él y no esperemos reconocimiento de nadie más.

Pidamos la sabiduría de no esperar nada de nadie, sólo de Dios.

María Dolores, virgen consagrada. Archidiócesis de Madrid.


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