El evangelio de hoy narra la desaparición del Niño Jesús en Jerusalén, con doce años.
Fueron sus padres y Él a Jerusalén por Pascua y, a la vuelta, Él se quedó allí sin que sus padres lo advirtieran.
Como no lo encontraban en la caravana del viaje de vuelta, volvieron a Jerusalén a buscarlo, y lo encontraron al cabo de tres días en el templo, sentado entre los maestros de la ley, hablando con ellos e intercambiando conocimientos.
Sus padres le preguntaron que por qué había hecho eso y él respondió que debía dedicarse a las cosas de su Padre.
Después de esto, volvieron los tres a Nazaret, y María guardaba todo esto en el corazón.
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Este evangelio me recuerda la Resurrección de Cristo, que había de suceder muchos años después, también a continuación de Pascua.
Como en este evangelio, Jesús "desaparecerá" con su muerte, y lo buscaremos/esperaremos junto con María durante tres días.
El motivo de su desaparición será, en este evangelio y también cuando muera, mostrar su Sabiduría.
En este evangelio se quedó en el templo enseñando; en la Pascua de muchos años después, morirá por enseñar su Sabiduría y resucitará tres días después.
Tanto en este evangelio como en la espera tras la muerte de Jesús, María busca/espera a su Hijo.
Debemos aprender a buscar/esperar a Jesús junto a Ella, cuando lo perdemos o se nos desdibuja la fe, haciendo oración, y guardando como Ella la cosas en el Corazón.
María Dolores, virgen consagrada. Archidiócesis de Madrid.
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