LA ESCUELA DEL ESPÍRITU SANTO 💘💘🙏🏻🙏🏻
Hace unos días un alumno me ha dicho que, si pongo en un examen una pregunta de 4 puntos, el alumno que no se sepa esa pregunta se juega mucho.
La verdad es que tuve que retener en mi cabeza y en la punta de la lengua muchas cosas que por prudencia me callé.
Por ejemplo, cosas posibles para contestarle hubieran sido: "Después de 28 años dando clase, ahora viene el infantito a decirme cómo poner los exámenes,, hablándome con una seguridad que parece un compañero de departamento".
O, por ejemplo, "Si un esquema tiene cuatro partes y cada parte valdría un punto, ¿me estás diciendo que no pregunte ese esquema?".
O, por ejemplo, "También he puesto dos redacciones, cada una vale un punto, un auténtico regalo, eso no lo dices".
Quizá hable con él más tranquilamente en otro momento, pero, de momento, lo que he pensado es que estábamos ante un ejemplo claro de soberbia. Quizá no de mala idea, no vamos a juzgar los corazones, pero sí de soberbia.
Esto me ha llevado a pensar que todos muchas veces somos soberbios, nos creemos que lo sabemos todo y que podemos dar lecciones de todo.
El recordar las palabras de este chico me hace ver lo ridículo de algunas de nuestras actuaciones, cuando somos soberbios.
De una actitud soberbia a veces nacen palabras osadas e imprudentes. Nos comportamos de modo ridículo y encima creemos que tenemos razón.
Dios nos libre de instalarnos en una actitud soberbia, seamos prudentes y, si tenemos que decir algo, digámoslo, pero sin la seguridad aplastante de quien se cree que no se equivoca.
María Dolores, virgen consagrada, archidiócesis de Madrid 💘🙏🏻
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