*LA ESCUELA DEL ESPÍRITU SANTO* 

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21 de agosto de 2023

El Evangelio de hoy es el del joven rico y hoy especialmente me ha llamado mucho la atención. 

Cuenta que se acercó un joven y le dijo a Jesús *«Maestro, ¿qué tengo que hacer para obtener la vida eterna?».*

Jesús le contestó *«Guarda los mandamientos»* y añadió: *«No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, honra a tu padre y a tu madre, y ama a tu prójimo como a ti mismo».*

Entonces el joven contestó *«Todo eso lo he cumplido. ¿Qué me falta?».*

Cuando he leído esto, me he quedado alucinada. Es un Evangelio que todos conocemos y que hemos leído o escuchado muchas veces y hoy, de pronto, al leer esa respuesta del joven de "Todo eso lo he cumplido", he pensado "¿En serio? ¿En serio has cumplido todo eso?".

No me lo puedo creer, eso es lo que he pensado. No me puedo creer que no tengas nada que reprocharte. 

Siempre se nos ha dicho que el joven rico se fue triste porque Jesús le dijo que vendiera sus bienes y en realidad no quería venderlos, y hoy lo que pienso es que iba "de sobrado", que se tenía a sí mismo en alta estima y que tenía un alto concepto de si mismo, y pienso si no se iría triste no porque tuviera riquezas de las que no quería desprenderse sino porque Jesús le descubrió que no era perfecto y él pensaba que sí lo era.

Creo que la perfección evangélica está en reconocer nuestros pecados y entregárselos a Dios. Intentar mejorar, por supuesto, pero partiendo de la base de que somos pecadores y de que no vamos a impresionar a Cristo mostrando nuestros logros sino que más bien *le impresionaremos intentando amar y hacer el bien desde la humildad.* 

Por supuesto que hacemos cosas bien (la verdadera humildad no consiste en decir que hacemos bien lo que hacemos mal o que hacemos mal lo que hacemos bien, la humildad es la verdad, como decía santa Teresa) pero demos gracias a Dios por ello y no lo utilicemos como carta de presentación con el Señor. Simplemente demos gracias y continuemos haciendo el bien con sencillez.

No digamos "Todo eso lo he cumplido" con esa seguridad, sin ningún asomo de duda, sino más bien "Soy una persona pecadora que intento hacer el bien y amar con la gracia de Dios".

María Dolores, virgen consagrada, archidiócesis de Madrid ❤️🙏🏻