LA ESCUCHA DEL CORAZÓN ♥❤🙏
16 DE AGOSTO
MIÉRCOLES XIX T.O.
Mt 18, 15-20
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"Si tu hermano peca contra ti, repréndelo estando los dos a solas. Si te hace caso, has salvado a tu hermano. Si no te hace caso, llama a otro o a otros dos, para que todo el asunto quede confirmado por boca de dos o tres testigos. Si no les hace caso, díselo a la comunidad (...)"
A mí me ha pasado que una persona me ha hecho varios desprecios. Se lo he comunicado - no por mí sino porque lo que hacía repercutía en muchas personas - y no ha hecho caso.
Se lo he comunicado delante de dos o tres testigos y no ha hecho caso.
Me falta el último paso que dice el Evangelio: comunicarlo a la comunidad. Esto no lo voy a hacer porque es un follón impresionante.
Mi experiencia con la corrección fraterna es que es algo muy evangélico y se queda una muy tranquila pero se pasa muy mal.
Se pasa mal antes de decir nada porque es una complicación muy grande, como si no tuviéramos bastantes complicaciones en la vida.
Tiene una que orarlo y hablarlo en la dirección espiritual y no es plato de gusto.
Se pasa mal diciendo las cosas. Con mucha paz, pero no es agradable.
Cuando peor se pasa es después. Se queda una con mucha paz y ni media duda de lo que ha dicho pero muy sola delante del Señor.
Sin embargo creo que la corrección fraterna hay que hacerla.
Hay que hacerla cuando realmente la otra persona no ha actuado bien.
No podemos estar pendientes de la mínima para ir a saco con nuestros hermanos. Eso tampoco.
Tenemos que tener paciencia.
Pero si algo no lo vemos claro hay que hablarlo, pedir consejo y decirlo.
Los cristianos no podemos ir con chismes por detrás.
Tenemos que decir las cosas como las decía Jesús.
Estoy leyendo a santa Teresa de Jesús y hoy precisamente he leído que tenemos que hacer el bien sin esperar nada, sin esperar que nos quieran.
Madre, te pido humildad y espíritu de gratitud cuando me corrijan.
María Dolores, virgen consagrada. Archidiócesis de Madrid.
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