sábado, 9 de septiembre de 2017

LA ESCUCHA DEL CORAZÓN ❤❤🙏🏻🙏🏻

10 DE SEPTIEMBRE
DOMINGO XXIII T.O.
Mt 18, 15-20



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"Si tu hermano peca contra ti, repréndelo estando los dos a solas. Si te hace caso has salvado a tu hermano. Si no te hace caso llama a otro o a otros dos para que todo quede confirmado por boca de dos o tres testigos."

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Hoy el evangelio nos habla de corrección fraterna.

Es fraterna, porque se le hace a un "igual", a un hermano.

Hay otro tipo de corrección que no es fraterna, que es la que hacen los padres a los hijos o los profesores a los alumnos.

Pero el Evangelio dice que hay que corregir a los hermanos.

No dice el Evangelio a los hijos o a los alumnos, eso se da por supuesto, porque es obligación de padres y profesores, sino a los hermanos.

Como todos somos hermanos en Cristo, todos tenemos obligación de corregirnos.

También deja claro el Evangelio el contenido de la corrección: "Si tu hermano peca contra ti".

El contenido es por tanto una ofensa al otro.

Pero no se trata sólo de que algo ofenda al otro sino de que ofenda a Dios.

Porque nos puede ofender algo y en realidad me estoy dejando llevar de la antipatía pero, si ofende a Dios, entonces hay una ofensa real.

Para saber si algo ofende a Dios hay que hacer oración y también hablarlo antes con alguien, con una persona de Dios, para discernir y no equivocarnos.

No está de moda corregir y cuesta mucho hacerlo. Pero hay que valorar ante el Señor si vale la pena.

Yo, cuando alguna vez he corregido, lo he hecho para poder dormir tranquila, ésa es la verdad.

Creo que, si tenemos claro que algo no se hace bien, el silencio es hacerle el juego al demonio.

La corrección fraterna es difícil porque pone en juego virtudes muy difíciles como la fortaleza, la caridad y la humildad, tanto en el que corrige como en el corregido.

Tampoco podemos estar corrigiendo siempre. Hay que tener paciencia y examinar la propia conducta y la propia conciencia.

No podemos pensar que corregir es de listillos o de soberbios. Jesús se pasaba la vida corrigiendo: a sus apóstoles y discípulos, a los fariseos, a los saduceos... a todo el que decía algo poco caritativo o erróneo Jesús le daba una respuesta apropiada.

Tenemos que pedir luces al Espíritu para saber qué decir, que Él nos dé las palabras adecuadas cuando llegue el caso.

No podemos olvidar que corregir es una obra de misericordia. Por tanto hemos de hacerlo con misericordia, y deseando que nuestro hermano se corrija para poder ganar un hermano, tal como dice el Evangelio: "Si te hace caso, has salvado a tu hermano".

María Dolores, virgen consagrada. Archidiócesis de Madrid.


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