LA ESCUCHA DEL CORAZÓN ❤❤🙏🏻🙏🏻
18 DE SEPTIEMBRE
LUNES XXIV T.O.
Lc 7, 1-10
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"Señor, no soy digno de que entres en mi casa pero di una palabra y mi criado quedará sano"
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El centurión que dijo estas palabras no era judío. Era un hombre bueno y respetuoso, que confiaba en el poder de Jesús y que confiaba en que Jesús curaría a su criado.
Siempre me han llamado la atención sus delicadas palabras: "No soy digno de que entres en mi casa".
Son palabras que ponen de manifiesto un corazón grande y humilde, que no se siente digno de que Jesús le dedique tiempo, pero que recurre a Él ante la extrema necesidad.
Siempre me ha parecido muy importante la intención con que decimos las cosas.
Esas palabras tan hermosas, si se malinterpretan, pueden incluso constituir un agravio: se puede "mal-pensar" que este centurión no quería ofrecer su casa al Maestro y que no quería dedicarle tiempo.
Y sin embargo Jesús, que ve en lo profundo del corazón, vio delicadeza y humildad.
Creo que de aquí podemos extraer dos ideas para meditar en nuestra oración.
Una es que tenemos que dirigirnos a Jesús con sencillez, porque Él nos entiende y ve lo profundo de nuestro corazón.
La otra es que tenemos que cuidar no interpretar lo que dicen las personas. Esto trae muchos problemas de convivencia, el sacar conclusiones de cosas que no sabemos.
Hay que evitar los juicios, porque sólo Dios conoce el corazón.
Esas palabras del centurión, tan delicadas, que Jesús elogió tanto, han sido escogidas para la Liturgia y nos sirven en cada Eucaristía para preparar la Comunión.
Jesús viene a nuestro corazón y le expresamos así nuestra indignidad.
Tras la Comunión pongamos A LA ESCUCHA EL CORAZÓN ❤ y seamos humildes como el centurión.
María Dolores, virgen consagrada. Archidiócesis de Madrid.
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