domingo, 3 de septiembre de 2017

LA ESCUCHA DEL CORAZÓN ❤❤🙏🏻🙏🏻

4 DE SEPTIEMBRE
LUNES XXII T.O.
Lc 4, 16-22.24-27.29-30



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"El Espíritu del Señor está sobre mí. (...) Me ha enviado a evangelizar a los pobres"

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Muchas veces creemos que somos nosotros los que hacemos las cosas, elaboramos los planes y trazamos las sendas.

Y es verdad que en cierto modo lo hacemos, y también podemos decidir qué pasos seguir y qué dirección tomar.

Pero, al mismo tiempo, Dios va dirigiendo sabiamente nuestra vida y nos va llevando por donde Él quiere.

Nada es casualidad ni pasa por casualidad.

Si eso sucede con las cosas exteriores y accidentales, mucho más con los deseos santos del corazón.

Deseos como confesar, cambiar de vida, hacer oración, hacer una obra de misericordia, hacer una peregrinación... son puestos en nuestro corazón por el Espíritu de Dios.

Nos creemos que lo hemos decidido pero lo único que hacemos es decidir secundar lo que Dios ha decidido.

Es lo único que hacemos pero es mucho.

Cristo también se nos presenta así en el Evangelio: como el que es impulsado por el Espíritu para evangelizar.

Una vez más fue a los suyos y los suyos no lo recibieron.

Jesús en el evangelio de hoy va a Nazaret y los suyos se pusieron furiosos con Él cuando les dio a entender que no iba a hacer milagros allí.

El Espíritu también a nosotros nos impulsa a evangelizar. No debemos asustarnos. Si amamos a Cristo lo único que tenemos que hacer es comportarnos con naturalidad como somos, el Espíritu hará el resto.

Tampoco debemos asustarnos si no nos entienden.

El evangelio de hoy dice que Jesús "se abrió paso entre ellos y siguió su camino".

Nosotros tenemos que hacer lo mismo con quien no nos entiende o no desea ser evangelizado: seguir nuestro camino, que no significa desentendernos sino seguir la vida con paz.

María Dolores, virgen consagrada. Archidiócesis de Madrid.


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