sábado, 2 de septiembre de 2017

LA ESCUCHA DEL CORAZÓN ❤❤🙏🏻🙏🏻

3 DE SEPTIEMBRE
DOMINGO XXII T.O.
Mt 16, 21-27



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Jesús les dijo a sus discípulos que tenía que ir a Jerusalén y padecer mucho, ser ejecutado y resucitar al tercer día. Pedro se lo llevó aparte y le dijo "Lejos de ti tal cosa, Señor". Jesús le contestó "Aléjate de mí, satanás, tú piensas como los hombres, no como Dios".

Es sorprendente que Jesús le dijera esas palabras tan duras a Pedro, que se apartara de él, que lo llamara satanás y que le dijera que pensaba como los hombres, no como Dios.

Jesús confesó a sus discípulos que iba a ser crucificado, necesitaría consuelo y se encontró con que el demonio le hablaba por medio de Pedro.

En el evangelio de hoy se delinean claramente dos pensamientos opuestos: el pensamiento del demonio que señala a la cruz como una barbaridad y el pensamiento de Dios, que pone la cruz en la vida de quien más ama.

La cruz es un Misterio y como tal no podemos entenderlo. Sólo podemos vivirlo con humildad y desde la fe.

La Virgen les dijo a Francisco y a Jacinta Marto que iban a sufrir mucho y murieron pequeños con muchos dolores.

No podemos entenderlo pero así fue.

La cruz está presente en nuestra vida y en la vida de los santos. Es bueno que la identifiquemos y que nos dejemos clavar en ella.

Esto no es masoquismo, es santificarnos uniéndonos a Cristo que nos presenta al Padre para que el Padre nos haga hijos suyos en el Hijo, reconociéndonos como hijos porque llevemos en nuestra carne las marcas del Hijo, las Llagas.

Todos estamos llamados a este camino por el hecho de estar bautizados: a morir y resucitar con Cristo, a reproducir sus llagas, de forma visible o invisible, en el cuerpo o en el alma, llagas que son heridas que se volverán gloriosas cuando nos rindamos y nos entreguemos.

Éste es el pensamiento de Dios y lo contrario es el pensamiento del demonio.

Hoy es un día para que pensemos delante de Jesús en nuestras cruces y se las entreguemos a Jesús y le pidamos al Espíritu que nos santifique y nos haga otros cristos.

Es bueno que le pongamos nombre a nuestras cruces y que pidamos ayuda para vivirlas como Dios quiere.

Santa María es Maestra de entrega en la cruz. Nadie como Ella nos ayudará.

María Dolores, virgen consagrada. Archidiócesis de Madrid.

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