sábado, 25 de noviembre de 2017

LA ESCUCHA DEL CORAZÓN ♥♥🙏🏻🙏🏻

SOLEMNIDAD DE JESUCRISTO REY DEL UNIVERSO
Mt 25, 31-46




El evangelio de este domingo nos refiere cómo será el Juicio final.

Jesús se sentará en su trono y pondrá las ovejas a la derecha y las cabras a la izquierda.

Dirá a los de la derecha "Venid benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la creación del mundo".

Y añade los motivos para heredar el reino: "Porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, fui forastero y me hospedasteis, estuve desnudo y me vestisteis, enfermo y me visitasteis,  en la cárcel y vinisteis a verme".

A continuación Jesús explica que, haciendo  esas acciones a sus hermanos, se le hacen a Él.

Del mismo modo, todos los que dejan de vivir la caridad con sus hermanos, tampoco la viven con Él.

Con esta fiesta se termina el año litúrgico.

Celebramos a Cristo Rey del Universo.

Esta fiesta evoca el fin del mundo y el fin de la Historia.

Se nos anticipa así el final de los tiempos: aunque a veces todo parece indicar que el mal está suelto y que hay pecado, sin embargo, sabemos el fin de la Historia -nunca mejor dicho-: el Bien vencerá, se hará justicia, Cristo reinará eternamente.

Esto tiene que llenarnos de esperanza.

Hay en este evangelio una invitación a vivir la esperanza y a vivir de esperanza.

Pero sobre todo hay una invitación a vivir de amor.

Jesús nos deja muy claro que quien no ame no heredará el reino "preparado para nosotros desde la creación del mundo".

Se nos invita y hasta se nos insiste, diríamos, de forma machacona, con ese estilo paralelístico y repetitivo:

Tuve hambre y me disteis de comer.

Tuve sed y me disteis de beber.

Fui forastero y me hospedasteis.

Estuve desnudo y me vestisteis.

... etc ...

Se nos invita a vivir la caridad insistentemente, recalcando su importancia.

Se nos presenta Cristo como sujeto de nuestras obras de caridad, realizadas en nuestros hermanos.

Hoy la Iglesia nos invita a tener esperanza y a vivir la caridad.

Podemos preguntarnos cómo hacerlo.

Hay personas a las que Dios les pide literalmente dar de comer y de beber a otros, ayudar a otros económicamente, materialmente.

Pero todos podemos preguntarnos si alimentamos a los demás con nuestros consejos y con nuestra amistad.

Si rezamos por los demás para que encuentren a Dios y sacien su sed en Él.

Si somos acogedores.

Si visitamos a los enfermos.

Si nos compadecemos cuando vemos a las personas atrapadas en las cárceles del pecado.

Viviendo así, hacemos presente el Reino de Dios entre nuestros hermanos y al mismo tiempo amamos al Rey del Amor, tratando con amor a todos.

También nos preparamos para heredar el Reino que Jesús nos ganó en la Cruz y que el Padre nos ha preparado desde la creación del mundo.

Es impresionante pensar que desde la creación del mundo Dios Padre pensó en ti y en mí para heredar el Reino.

Ese Reino lo heredamos gracias a Cristo, que reina en la Cruz, y que reina eternamente junto al Padre.

Nunca seremos suficientemente dignos de heredar el Reino pero al menos debemos ser agradecidos amando a Cristo en los hermanos.

Lo que Él desea desde toda la eternidad es reinar en tu corazón y en el mío.

PON A LA ESCUCHA EL CORAZÓN ♥ y oirás al Rey que te dice "Ven, bendito de mi Padre".

María Dolores, virgen consagrada. Archidiócesis de Madrid.

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