24 DE DICIEMBRE
DOMINGO iv de Adviento
Lc 1, 26-38
El evangelio de este domingo iv de Adviento es el Anuncio del ángel Gabriel a María de que iba a ser Madre de Dios y la Encarnación del Verbo en sus entrañas.
Es un evangelio tan hermoso y tan rico que cualquier detalle de él puede transmitirnos un mensaje del Espíritu para nuestras vidas.
"El ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de David, el nombre de la virgen era María".
Se detalla el envío del ángel, las órdenes son precisas, lugar concreto, persona concreta. Dios prepara la forma como va a entrar su Hijo en este mundo y nada se deja al azar. Todo está cuidado y todo está sometido a la consideración y al plan de Dios.
María es virgen pero está desposada, lo que parece un impedimento también es designio divino, porque Dios desea que la Madre de su Hijo sea virgen y conviene que esté desposada para que el desposorio con José pueda protegerla. Es por tanto el momento justo de su vida para el envío del ángel: desposada y virgen.
El diálogo del ángel con María es exquisito.
Primero se le revela que está Dios con Ella y que no cabe más gracia en Ella: "Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo".
La declaración de Amor por parte de Dios a María es sublime. Nada se ha dejado al azar, esto tampoco.
A continuación el ángel expone el verdadero motivo de su presencia ante Ella: "Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo y le pondrás por nombre Jesús".
María podía haber pensado que ese hijo sería de José pero el hecho de que no se le nombre es un detalle delicado para hacerle ver que él no va a intervenir.
Entonces a María le surge la duda: "¿Cómo va a suceder esto si soy virgen?".
El ángel le revela el misterio: "El Espíritu Santo vendrá sobre ti". El Hijo que va a concebir es de Dios.
Ella contesta "He aquí la esclava del Señor. Hágase en mí según tu palabra".
Y el ángel se retiró.
Da la impresión de que hasta el ángel, que está acostumbrado a estar ante Dios, siente pudor ante lo que está sucediendo allí.
En ese momento el poder creador de Dios obra el milagro y un óvulo de María es fecundado.
El Autor de la Vida fecunda a María y se mete en su vientre.
Y Ella, a quien se le acaba de decir que está llena de gracia y que va a ser Madre de Dios por obra del Espíritu, se refiere a sí misma como "Esclava del Señor".
Es un evangelio tan bello que es mejor no decir nada para no estropearlo.
Sólo consideremos en nuestro corazón que la fecundidad viene del Espíritu, que se vuelca en el humilde, y que aquí comienza el Nuevo Testamento, con la Encarnación del Mesías en la Virgen María.
Ante el Misterio contemplemos en silencio.
PON A LA ESCUCHA EL CORAZÓN ♥🙏🏻🕯
María Dolores, virgen consagrada. Archidiócesis de Madrid.
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