viernes, 5 de enero de 2018

LA ESCUCHA DEL CORAZÓN ♥🙏🏻

6 DE ENERO
SOLEMNIDAD DE LA EPIFANÍA DEL SEÑOR
Mt 2, 1-12




El evangelio de hoy cuenta la llegada de unos magos a Jerusalén. Venían buscando al Señor y siguiendo una estrella.

En Jerusalén Herodes convoca a los sacerdotes e informa a los magos de que el Mesías tiene que nacer en Belén.

Los magos se dirigen allí y nada más salir de Jerusalén vuelve a aparecer la estrella.

Encuentran al Niño y lo adoran y, aunque Herodes les había dicho que volvieran a decirle dónde estaba el Niño, los magos desconfían y se vuelven por otro camino.

En este evangelio hay unas personas que buscan con sinceridad a Dios.

Y Dios les pone una estrella.

Seguir una estrella no debe de ser fácil. Yo al menos cuando miro al cielo me parecen todas casi iguales.

Debía de ser una estrella con un especial fulgor.

Esa estrella era un signo de Dios. El camino sería duro e inhóspito pero tenían la estrella.

Dios se muestra así: quiere que lo busquemos y nos pone una estrella pero tampoco es todo fácil-fácil.

Y es que buscar a Dios no es fácil. Hay que salir de las comodidades y adentrarse en el desierto. A veces tenemos que alejarnos de lo conocido y seguir una estrella, una luz, un impulso interior.

No encuentran los magos a Dios entre las riquezas del palacio. Allí desaparece la estrella y se encuentran con el mal.

El mal disfrazado de bien. Herodes les busca información, les ayuda, pero sus intenciones son perversas.

También nosotros podemos encontrar a satanás en el camino. Satanás disfrazado de bien. Sin embargo allí no está la estrella.

Notaremos que aquello no es el bien y que allí no está Dios porque la estrella desaparece. Perdemos la paz y en la oración hemos aprendido a distinguir cuándo perdemos la paz.

Los magos salieron de Jerusalén y siguieron buscando a Dios.

Volvieron a tomar el camino hacia Dios y volvió a aparecer la estrella.

Nosotros también tenemos que retomar el camino cuando lo perdemos. Tenemos que seguir la estrella, la luz que Dios nos da.

Y llegaron junto al Señor. No lo encontraron en palacios sino hecho Niño junto a su Madre en una casa sencilla.

Lo adoraron y le ofrecieron regalos.

Tenemos que pensar si adoramos a Dios y si le ofrecemos regalos.

¿Qué espíritu tenemos ante Dios? ¿Tenemos espíritu de adoración? ¿Qué le ofrecemos?

Si somos pobres y no tenemos nada que ofrecer, podemos ofrecer nuestros pecados.

Los magos eran prudentes. Tenemos que aprender mucho de ellos. Hicieron un largo camino para encontrarse con el Señor. Perdieron el camino pero no coquetearon con el mal: después de adorar a Jesús volvieron a su casa por otro camino.

Este evangelio nos enseña mucho del camino hacia Dios, de dejar las comodidades, de seguir la propia estrella, de confiar en los signos de Dios, de volver al camino cuando lo perdemos, de no buscar al Señor en palacios, de no fiarnos de las apariencias - si no hay estrella, no está Dios -, de buscar a Dios para adorarlo y de entregarnos a Él.

Hoy le pedimos a Jesús seguir la propia estrella y no dejar el camino.

PON A LA ESCUCHA EL CORAZÓN ♥

María Dolores, virgen consagrada. Archidiócesis de Madrid.



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