miércoles, 21 de marzo de 2018

LA ESCUCHA DEL CORAZÓN ♥🙏🏻

22 DE MARZO
Jn 8, 51-59



En el evangelio de hoy los judíos le dicen a Jesús que está endemoniado porque decía "Quien guarde mi palabra no conocerá la muerte".

Las discusiones entre Jesús y los judíos se han ido haciendo cada vez más fuertes, hoy los judíos llegan incluso a coger piedras para tirárselas a Jesús, es decir, para lapidarlo.

Todo porque Jesús les dice "El que me glorifica es mi Padre, de quien vosotros decís "Es nuestro Dios", aunque no lo conocéis".

Jesús les abre su corazón y les habla con sinceridad, les dice la verdad: que es el Hijo de Dios.

Pero ellos están ciegos y no lo ven.

No soportan que Jesús les hable como Dios ni que se haga igual al Padre.

Pero sobre todo no soportan que diga "Antes de que naciera Abraham yo soy", atribuyéndose así la existencia eterna.

Me da pena que sus corazones cerrados no vieran en Jesús más que a un mentiroso.

¡Qué pena que al que es la Verdad con mayúsculas lo consideraran mentiroso!

Se dejaban llevar por la soberbia y sacaban sus propias conclusiones, no soportaban equivocarse ni que nadie les diera lecciones.

La soberbia les hacía obcecarse y discutir con violencia.

Estaban tan seguros de sí mismos que tenían delante al Hijo de Dios y no lo veían.

Hoy deseemos nosotros ser humildes para ver las maravillas del Evangelio: a Dios hecho hombre, al Verbo encarnado, deseando entregarse por nuestro Amor.

Para ver a Dios es necesaria la humildad, hacernos pequeños y dejar que Él nos lleve en la palma de su mano.

María Dolores, virgen consagrada. Archidiócesis de Madrid.


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