15 DE ABRIL
Lc 24, 35-48
El evangelio del tercer domingo de Pascua narra una aparición de Jesús resucitado a sus discípulos.
Se presentó en medio de ellos y les dijo "Paz a vosotros".
También les dijo "Mirad mis manos y mis pies" y "Palpadme". Y pidió que le dieran comida.
Y les estuvo explicando cómo las Escrituras se habían cumplido en Él: "Así está escrito: el Mesías padecerá, resucitará de entre los muertos al tercer día y en su nombre se predicará la conversión para el perdón de los pecados".
♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥
Dios ha querido que la redención se realice así: que su Hijo se hiciera hombre y viniera al mundo y diera testimonio del Amor de Dios, que fuera amado por unos y odiado por otros, que padeciera injustamente hasta morir, que resucitara de entre los muertos y que los testigos de su Resurrección predicaran la conversión para el perdón de los pecados, en nombre de Jesús.
Todos los bautizados, por el hecho de estar bautizados, estamos llamados a anunciar a los demás el perdón de los pecados, mediante la conversión, en nombre de Jesús.
Podemos hacerlo en la familia, con los amigos, en el trabajo, en el vecindario, en la Iglesia...
Podemos hacerlo de palabra o dando testimonio de vida.
Estamos llamados a ser testigos de Cristo resucitado y por tanto estamos llamados a tener un encuentro con Cristo resucitado.
No se nos puede llamar a testimoniar algo que no hemos visto o de lo que no hemos tenido noticia.
Si estamos llamados a testimoniar la Resurrección de Cristo, estamos llamados también a encontrarnos con Cristo resucitado.
Y por tanto a vivir la cruz para resucitar con Él.
Pues sólo así nos encontraremos con Cristo resucitado.
O mejor dicho Él nos encontrará si nos dejamos encontrar por Él en la oración y en los sacramentos.
Así pues dispongámonos con humildad a que Jesús nos visite y nos muestre sus Llagas, a tener un encuentro con Cristo resucitado.
PON A LA ESCUCHA EL CORAZÓN ♥
María Dolores, virgen consagrada. Archidiócesis de Madrid.
No hay comentarios :
Publicar un comentario