27 DE JULIO
Mt 13, 24-30
Jesús contó esta parábola:
Un hombre sembró buena semilla en su campo pero de noche un enemigo sembró también mala hierba, la cual, cuando creció el trigo, creció también junto a él.
Al verla crecer junto al trigo, los labradores le preguntaron al señor que si la arrancaban, pero él les dijo que era mejor que crecieran juntos en trigo y la mala hierba, y separarlos al cortar el trigo, en la siega.
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El evangelio de hoy trata del bien y del mal, que coexisten en el corazón humano.
El bien ha sido sembrado por Dios, se asocia con la luz y produce alimento para los demás.
El mal ha sido sembrado por el diablo, se asocia con la oscuridad y con las acciones realizadas a escondidas y no produce ningún fruto, servicio o beneficio.
El bien y el mal coexisten en nuestro corazón y, teniendo en cuenta lo que nos dice el evangelio, hemos de ignorar al mal, saber que existe pero no pensar en ello, simplemente aceptar que el mal está ahí, no fomentarlo e ignorarlo.
Frente a esto, hagamos lo posible por hacer el bien, por vivir en conciencia, por amar a todos y por dar mucho fruto.
María Dolores, virgen consagrada. Archidiocesis de Madrid.
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