El evangelio de hoy narra que Jesús entró donde estaban reunidos los discípulos con las puertas cerradas.
Les saludó deseándoles la paz y les mostró las manos y el costado llagados.
Después los envió al mundo, como el Padre lo había enviado a Él, y sopló sobre ellos diciéndoles "Recibid el Espíritu Santo".
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En Pentecostés celebramos la venida del Espíritu Santo sobre los Apóstoles y sobre María Santísima.
Es mi fiesta preferida de todo el año, pues siento y creo que en esta fiesta celebramos todo: partiendo de la Encarnación y de la Natividad, volvemos a celebrar la Resurrección de Cristo y nuestra Redención, así como la instauración de todos los sacramentos y la Maternidad de María.
Lo celebramos todo porque, al fin y al cabo, la finalidad y la consecuencia de la Redención de Cristo era que viniera el Espíritu Santo, eso implica celebrar esto y "todo lo anterior" que lo ha posibilitado.
Para mí es una fiesta preciosa y la celebro siempre con mucho cariño.
Por supuesto, también celebramos la vida de la Iglesia.
Pero la Iglesia nació del costado de Cristo en la Cruz, hoy celebramos que el Espíritu Santo viene sobre todos y cada uno de nosotros, constitiyéndonos en un Cuerpo animado por el mismo Espíritu.
En Pentecostés celebramos eso y celebramos todo lo demás que lo ha posibilitado.
Celebramos la culminación de todo lo que ha hecho posible la venida del Espíritu y también el poder vivir en la maravilla del Amor de Dios, que ha querido vivir en nosotros, en todos y en cada uno, derramándose por medio de su Espíritu.
Como la Palabra de Dios es viva y actual, lo que leemos en la Palabra también se cumple hoy, por tanto, dispongámonos a recibir al Espíritu Santo y pidamos que nos mantenga en la unidad con los hermanos.
VEN ESPÍRITU SANTO ❤️🕊️
María Dolores, virgen consagrada, archidiócesis de Madrid.
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