*LA ESCUELA DEL ESPÍRITU SANTO*

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16 de julio de 2023

Las lecturas de hoy giran todas en torno a la imagen del sembrador que siembra la tierra para que dé fruto.

Esta imagen le sirve a Dios para explicar un tipo de relación que quiere tener con cada uno de nosotros, concretamente la relación que tiene el Sembrador (Dios) con su tierra (nosotros) cuidándola y sembrándola para que dé fruto.

En esta relación, a nosotros nos corresponde ser buena tierra para acoger esa semilla del sembrador, que es Dios.

Tenemos que considerar que Dios siempre va a ser el mejor sembrador y su semilla siempre va a ser la mejor semilla. Somos nosotros los que tenemos que revisar qué clase de tierra somos.

Cualquier sembrador, antes de la siembra, remueve la tierra para que se oxigene y la limpia de piedras y de otros objetos que pudieran dificultar la siembra. Esta labor a veces la hace Dios con sus cruces, haciéndonos más puros para acoger mejor la semilla, pero también nosotros podemos colaborar haciendo oración y practicando la virtud.

El Evangelio nos describe varias posibles tierras estériles:

❤️ *"Si uno escucha la palabra del reino sin entenderla, viene el Maligno y roba lo sembrado en su corazón."*

Esta tierra se refiere a ser personas superficiales y sin oración. 

No entender la Palabra es una prueba de vivir en otra sintonía.

En este caso, faltan horas de oración y de invocar al Espíritu Santo.

❤️ El Evangelio nos da otra posibilidad de tierra poco preparada:

 *"Lo sembrado en terreno pedregoso significa el que escucha la palabra y la acepta enseguida con alegría; pero no tiene raíces, es inconstante, y en cuanto viene una dificultad o persecución por la palabra, enseguida sucumbe."*

Esta tierra se refiere a personas inconstantes, sin fortaleza y sin costumbre de vivir la cruz.

❤️ Otra posible tierra estéril que nos describe el Evangelio es ésta:

 *"Lo sembrado entre abrojos significa el que escucha la palabra; pero los afanes de la vida y la seducción de las riquezas ahogan la palabra y se queda estéril."*

Son personas que no han puesto a Dios en lo más alto de su escala de valores y en el lugar más preciado de su corazón.

❤️ Hoy el Evangelio nos muestra qué tenemos que hacer para acoger la Palabra de Dios. La respuesta es muy sencilla: *enamorarnos de Jesucristo,* sólo así seremos una tierra agradecida con la Palabra de Dios.

María Dolores, virgen consagrada, archidiócesis de Madrid