LA ESCUCHA DEL CORAZÓN ❤🙏🏻
26 DE JUNIO
Mt 7, 6.12-14
Dijo Jesús: "¡Qué estrecha es la puerta y qué angosto el camino que lleva a la vida!".
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Estas palabras de Jesús las expresó muy bien San Juan de la Cruz cuando dijo "Para ir adonde quieres, has de ir por donde no quieres".
Las expresó así de bien porque las vivía, y, cuando uno vive algo, de la abundancia del corazón habla la boca.
San Juan de la Cruz seguía el camino de la santidad evangélica, que no es ni fácil ni cómodo, pero sin embargo lleva a la vida.
Es el mismo camino que siguió Jesús - pues no hacemos otra cosa que seguirlo a Él, que va delante, y al cual seguimos todos - cuando cogió la Vía Dolorosa y cargó con la cruz, la cual, por su fidelidad, nos llevó, y nos sigue llevando, a la Vida.
Hoy la Iglesia nos pide que nos abracemos a nuestras cruces - siempre las hay - y cojamos el Camino de la Cruz.
Jesús será nuestro cirineo, María nos acompañará hasta la oblación y quizá alguna Verónica nos limpie el rostro.
Todas estas palabras son bonitas pero al vivirlas nos encontramos que la realidad es costosa.
Cuando tenemos que aceptar y vivir con injusticias, calumnias, enfermedades, incomprensiones, adversidades, ingratitudes... a veces no es fácil ver la Vía Dolorosa y la cruz y a Jesús y a María...
A veces he tenido la impresión durante años y años, y sigo teniéndola, de estar crucificada interiormente, literalmente puesta en una cruz y sintiendo que Dios me ha abandonado.
Sabes por la fe que no es así pero eso es lo que sientes.
No te salen las palabras ni eres capaz de decir nada, sólo te sale - y sientes que el Espíritu lo hace en ti, porque tú no te ves capaz - una oración de ofrecimiento callado, que es como un grito a la vez ensordecedor y silencioso.
No ves ni sientes nada. Sólo sabes que María está allí, como una luz en la noche, como un faro en la tempestad.
María Dolores, virgen consagrada. Archidiócesis de Madrid.
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