domingo, 16 de septiembre de 2018

LA ESCUCHA DEL CORAZÓN ❤🙏🏻

17 DE SEPTIEMBRE
Lc 7, 1-10


Un centurión mandó recado a Jesús rogándole que fuese a su casa a curar a su criado.

Jesús se puso en camino y, cuando no estaba lejos, nuevamente recibió a unos amigos del centurión que de parte de él le decían que él no se consideraba digno de que fuera a su casa y que simplemente dijera de palabra que el criado quedara sano y sanaría.

Jesús se quedó admirado por tanta fe y, cuando los amigos del centurión regresaron de nuevo a casa, el criado estaba curado.

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A veces pensamos que para que Jesús nos ayude en algo hay que cumplir con una serie de formalidades o requisitos como por ejemplo ir a determinada iglesia o a determinada capilla y pedir allí y muchas veces las cosas son mucho más sencillas, se trata simplemente de pedirle y encontrarnos con Él donde buenamente podamos, y confiar.

El centurión no fue personalmente a hablar con Jesús, por dos veces le envió mensajeros, y tampoco consideró necesario que Él fuera hasta su casa, no era necesario para él que se cumplieran todos los protocolos, sin embargo confiaba totalmente en Jesús, que es lo que importa.

Tampoco se consideraba el centurión digno de que Jesús "perdiera más tiempo" con él y le mandó recado para decirle que no era necesario que fuera hasta su casa.

El centurión confiaba en Jesús y no se sentía importante como para que Jesús le dedicara tiempo, pensaba que Jesús tendría cosas más importantes que hacer.

Sin embargo el centurión tenía el corazón preparado y bien dispuesto, que es lo que importa, pues era sencillo, exponía las cosas sin dobleces ("necesito esto pero si no tienes tiempo no hace falta que vengas hasta aquí") y pedía aunque no se consideraba digno.

La humildad le hacía exponer su necesidad con sencillez.

Por todo esto Jesús lo alabó, porque mostró sencillez y humildad y una gran fe.

A veces entre los creyentes encontramos personas que nos hacen sufrir y entre los no creyentes o los no tan creyentes encontramos personas nobles. Jesús alabó al centurión que era romano y sin embargo muchos judíos no lo entendían y le hacían sufrir.

El evangelio de hoy nos conmina a ser sencillos y humildes y a pedir con fe y humildad y a confiar en que Jesús nos va a ayudar en nuestra necesidad, a no tener la más mínima duda.

PON A LA ESCUCHA EL CORAZÓN ❤🙏🏻

María Dolores, virgen consagrada. Archidiócesis de Madrid.


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