miércoles, 26 de julio de 2023

 *LA ESCUELA DEL ESPÍRITU SANTO* 

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26 de julio de 2023


El Evangelio de hoy es la parábola del sembrador, el cual siembra la semilla en la tierra, pero ésta da fruto o no dependiendo de donde caiga.


El sembrador es Dios, la semilla es su Palabra y el terreno es nuestro corazón.


Hay varias posibilidades en la siembra:


❤️ Que la semilla caiga al borde del camino:


 *"Salió el sembrador a sembrar. Al sembrar, una parte cayó al borde del camino; vinieron los pájaros y se lo comieron."* 


Este caso sería el corazón dominado por la *soberbia* , que directamente rechaza a Dios.


❤️ Otra posibilidad que se encuentra el sembrador es cuando la semilla cae en terreno pedregoso:


 *"Otra parte cayó en terreno pedregoso, donde apenas tenía tierra, y, como la tierra no era profunda brotó en seguida; pero en cuanto salió el sol, se abrasó y por falta de raíz se secó."*


El terreno pedregoso no permite que la semilla de la Palabra arraigue. Es una tierra que acoge la semilla pero ésta encuentra piedras y no echa raíces. 


Ha habido por parte de este tipo de personas una *pereza* que ha impedido hacer un buen trabajo en esa tierra. 


Se trata de personas perezosas que no están acostumbradas a las dificultades y al trabajo. La semilla no arraiga porque hay que trabajar el terreno y está labor no se hace.


❤️ Otra posibilidad es que la semilla crezca entre abrojos que la ahoguen:


 *"Otra semilla cayó entre abrojos, que crecieron y la ahogaron."* 


¿Qué significa esto? Significa que hay cosas que importan a la persona más que Dios. 


La persona se deja llevar por la *avaricia, la gula, la lujuria* ... Los deseos mundanos..., Y la semilla de la Palabra termina siendo postergada y menospreciada, con lo cual se ahoga su poder redentor y salvador.


❤️ Por último está quien recibe la Palabra con un corazón limpio en el cual Dios se recrea y la semilla da fruto.


Hoy la Palabra nos enseña que, para que ésta dé fruto, tenemos que limpiar previamente nuestro corazón y, como esto no podemos hacerlo nosotros, tenemos que ser humildes, arrepentirnos de nuestras faltas y pedir ayuda al Espíritu Santo.


María Dolores, virgen consagrada, archidiócesis de Madrid ❤️🙏🏻 

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